Adelina nació en la localidad bonaerense de Chivilcoy el 5 de junio de 1927, donde se recibió de maestra en la Escuela Normal. Luego se vino a vivir con sus dos hijos a La Plata.

El 5 de mayo de 1977, en la localidad de Ensenada, fue secuestrado por personal civil su hijo Carlos, de 21 años, que militaba en la Juventud Peronista Regionales. Era delegado de la UES de Bellas Artes y uno de los jóvenes que encabezó la lucha por el boleto estudiantil. Al momento de ser desaparecido, Carlos cursaba la carrera de Psicología y alternaba sus estudios con un trabajo en una tornería de Berisso.

“La Plata fue la ciudad que elegimos mi hijo, mi hija y yo para vivir juntos. La vida nos dio otro qué hacer, pero es lo que elegimos y lo que recibimos, y lo agradezco profundamente”, dijo Adelina al momento de ser declarada ciudadana ilustre por el Concejo Deliberante en 2014.

Junto a las Madres y a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) logró reunir una extraordinaria cantidad de documentos sobre la dictadura que la UNESCO declaró “Registro de la Memoria del Mundo”.

También en 2014 publicó un libro titulado “La marca de la infamia” sobre asesinatos, complicidad e inhumaciones en el cementerio de La Plata. Lo publicación logra poner luz a las prácticas violentas e ilegales en las que incurría la dictadura militar para esconder a sus víctimas.

Adelina también fue declarada ciudadana Ilustre de Chivilcoy, de la Provincia de Buenos Aires (Cámara de Diputados en el 2008), Adulta Destacada en Educación y Derechos Humanos (Cámara de Diputados de la Nación, 2008), y Doctora Honoris Causa en Derechos Humanos de la Universidad Nacional de La Plata (2010), entre otras distinciones.