Todo empezó hace 5 meses, cuando sus hijos salieron a jugar y volvieron con 10 vecinos a tomar la leche. “Tomamos la iniciativa junto a mi esposo Martin, de acomodar un poco el patio de mi casa para que puedan concurrir más niños. Por ahora se trata solamente de la merienda, pero nos gustaría también dar el almuerzo”, comentó la vecina a Blanco sobre Negro.

Actualmente ya son 70 los chicos que van a la casa de Natalia a merendar. “Hay más niños que realmente necesitan pero tuvimos que empezar a decir que no porque no nos alcanza para todos”, aseguró.

En lugar, los chicos de 2 a 12 años también reciben el cariño de un grupo de voluntarios de la ONG “Un paso al frente”. “Pasan un lindo rato, dibujan, juegan. También colaboran varios vecinos”, detalló Natalia.

“En el barrio se ve mucha necesidad y cada vez es peor. Es un lugar muy carenciado, los chicos están descalzos y sin abrigo”, comentó Jackeline Reyna, colaboradora del lugar al que bautizar “Mis cuatro soles”.

PEDIDO DE AYUDA

En este momento y por el frio se necesitan calzados, ropa, abrigo y garrafas. También piden leche, chocolatada, azúcar, harina, mate cocido, té, aceite, para que puedan concurrir más chicos.

También piden donación de maderas y chapas para poder cerrar el lugar donde Natalia da la merienda debido a que es un lugar es muy precario que prácticamente está a la intemperie.