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Dicen los que intiman con Moldavsky que lo suyo es un “show de humor, donde su protagonista abarca temas que pueden ir desde su exceso de peso, sus conflictos personales, sus malos ratos en fogones de campamentos, su deseo de ser un perro, o ser el único judío en una iglesia”. Y confiesan: “Lo que no sabemos es cuáles de estos temas (u otros que no fueron mencionados), puedan aparecer en el show y en qué orden”.

Roberto Moldavsky está acompañado por Chelo K en Guitarra, que sabe sacar la canción que Moldavsky necesita.

“Vení a ver a Moldavsky y comprenderás que lo tuyo no es grave”, suelen decir los más conformistas.

Nos cuentan que “Roberto nació hace bastante en Buenos Aires y poco recuerda de ese momento, encima mellizo, por lo cual le tapaban la mitad de los hechos. Se lo circuncidó a la semana de nacer, y eso si bien lo recuerda mejor, prefirió olvidarlo”.

“Durante 20 años trabajó en el once, un barrio judío en Buenos Aires, como Israel pero sin ejército, y allí recuperó su eterna vocación perdida: vender. Y casi de casualidad un curso de Stand Up lo lleva a su segunda vocación heredada de su padre: el humor”.

(Lo último sobre el show: La gente de El Teatro Bar nos tiró un centro, y gracias a su generosidad, los lectores de Blanco sobre Negro que se comuniquen enviando un mail a este portal estarán incluidos en el sorteo de entradas para el jueves).