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Información General | 26 mar 2017

Qué olio

Marolio hace un gran aporte para desmonopolizar el comercio y generar trabajo: mirá los detalles

Víctor Fera es el dueño de las marcas Molto, Marolio y Maxiconsumo. Es, además, propietario de 30 supermercados mayoristas en todo el país y cuatro fábricas de alimentos que dan trabajo a 2.000 empleados, más unas 15 fábricas tercerizadas que producen para sus marcas, que ocupan a otros 5.000 trabajadores en planta permanente.


Marolio está dentro de las veinte marcas más vendidas en la Argentina, y es una de las más reconocidas del país. Molto, por su parte, es líder en la categoría de puré de tomates; tiene el 14% de la participación del mercado.

En febrero del año pasado, Fera acusó de cartelización a las cadenas Coto, Carrefour, Jumbo y La Anónima por no vender sus productos por ser “muy baratos” y apuntó contra el secretario de Comercio, Miguel Braun, por supuesta complicidad con las grandes firmas que controlan los principales hipermercados.

La marca Mariolio está muy ligada a la industria alimenticia argentina, en especial entre los sectores de menos recursos. Con su publicidad “Marolio, mmm, qué olio” en la crisis del 2000 llegó a las góndolas de todos los hipermercados, sin excepciones. Era una de las consideradas “segundas marcas” que se abrieron paso en el marcado compitiendo con buenos precios y calidad.

El empresario que hizo posible instalar la marca “Marolio”, Fera, integra la Red de Industriales y Empresarios Laudatistas (RIEL), ligada a la Pastoral Social.

Para desmonopolizar la comercialización de alimentos, y en el marco de la dura pelea que lleva adelante con las cadenas de hipermercados, Marolio comenzó a otorgar mercaderia por 30 mil pesos a cooperativas, mutuales, o a cualquier forma asociativa que tenga Cuit y esté inscripta en Ingresos Brutos (es decir, que sea responsable inscripto) . El objetivo es que esas entidades vendan productos Marolio a un precio menor que en otros supermercados, incluyendo a NINI.

En cada ciudad Víctor Fera puso a un sólo representante, generalmente miembros de la Pastoral social, o gente vinculada a la Iglesia Católica. Marcelo Paul Melendi fue el responsable de asumir ese desafío en La Plata.

El puntapié inicial lo dio Graciela Fernández, de una entidad que agrupa a cartoneros, en 137 entre 523 y 524, que recibió 30 mil pesos en mercadería, ya empezó a vender, a pagar y sigue renovando su stock de productos. “La idea es hacerlo en cada barrio de La Plata”, explicó Melendi a Blanco sobre Negro.

*Mutuales, cooperativas, y otras formas asociativas pueden solicitar el crédito en mercadería por 30 mil pesos, y la empresa fija un precio de venta sugerido (que es más bajo, reiteramos, que el del supermercado NINI). “Con esto se generan puestos de empleo en la comercialización y precios populares en los barrios donde se instala algún puesto de venta. Es una mejora para todos, sin lugar a dudas”, concluyó Melendi, que ahora trabaja para expandir la red de ventas a toda la Ciudad.

“A mi me dijeron personalmente el señor Federico Braun (dueño de la Anónima) y el señor Alfredo Coto que nuestros productos no van a estar en las góndolas porque eso haría que las multinacionales y la grandes empresas nacionales tengan que bajar los precios”, denunció Fera en el sitio Apertura y en otros medios de comunicación.

Si la idea persigue el lucro, bienvenida sea. Lo importante es que con este esquema de ventas los precios que ofrece Marolio son más accesibles y que esas pesadas mochilas que empezaron en la década menemista y se consolidaron durante todos estos años ante la mirada boba o cómplice del Estado (las cadenas de hipermercados) no cierren todos los caminos para que las familias accedan a bienes que desde la fábrica a la góndola se multiplican inmoralmente.

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