viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº -1969

Información General | 22 abr 2017

La Plata se prepara para votar

Opinión: ¿Por qué Florencio Randazzo?

Por Ariel Pasini, ex Diputado Nacional


El peronismo no se siente cómodo como mero partido de oposición o de denuncia. Sabemos de memoria que las políticas de ajuste llevan a la desindustrialización, a la pérdida de empleos, a la caída de salarios y, finalmente, a situaciones de colapso económico y social. Pero para nosotros no se trata de ver quién grita más fuerte estas verdades. Para nosotros se trata, siempre, de construir opciones superadoras de estas propuestas cualunquistas que sólo ofrecen desigualdad y miseria.

Por eso entendemos a la política como un arte, como la compleja trama de sumar y articular voluntades conjugadas alrededor de comunes denominadores que resulten más potentes que las diferencias de menor cuantía. Hacer política es sumar todos los días una nueva voluntad, y no andar tirando réprobos y traidores por la ventana de la pretendida ortodoxia doctrinaria. Nunca fuimos un partido político a la usanza liberal porque siempre nos concebimos como algo más que una mera “parte” o facción. Siempre nos pensamos como un movimiento plural, policlasista, diverso y tumultuoso en sus múltiples vertientes y corrientes de pensamiento. Esa dinámica arrolladora se pensó siempre como expresión de un heterogéneo abanico de intereses articulados alrededor de la idea de una Nación Liberada.

Esta concepción movimientista se supo traducir muchas veces en frentes políticos de puertas abiertas, inclusivos y con fuerte vocación de poderr. En esas ocasiones el peronismo fue el vehículo de los anhelos e inquietudes de las grandes mayorías populares. En cambio cuando esa vocación movimientista mutó hacia veleidades facciosas de sesgo sectario, el resultado final fue exactamente el contrario.

Hoy estamos en una encrucijada que encierra un verdadero desafío. Se trata de definir si seremos capaces de retomar el camino de un peronismo victorioso a partir de recuperar el movimientismo, el frentismo y la vocación de mayorías como elementos estructurantes de nuestra práctica política. Para ello hay que romper esquematismos, salir de la autocomplacencia y del conformismo ramplón de negar cualquier responsabilidad propia en la derrota sufrida en 2015.

Debemos reposicionar al peronismo como el gran articulador entre el movimiento obrero, los movimientos sociales, las referencias territoriales, las organizaciones eclesiales de base, el movimiento estudiantil, las organizaciones feministas, los movimientos ambientalistas, las agrupaciones barriales y las múltiples experiencias organizativas que se van constituyendo alrededor de la oposición a las medidas de un gobierno extraviado.

No nos basta con repetir ante el espejo todo lo malo que es este gobierno. Para nosotros el desafío es construir la opción capaz de derrotar electoralmente al proyecto del macrismo. En ese orden de ideas es que visualizamos la necesidad de articular un liderazgo político en la provincia de Buenos Aires que nos devuelva potencia electoral y la capacidad de ser alternativa política al proyecto desnacionalizador y entreguista de Cambiemos. Por eso impulsamos a Florencio Randazzo como nuestro candidato a senador nacional y como figura capaz de construir un triunfo electoral categórico que devuelva al peronismo su potencia como fuerza transformadora orientada hacia la Justicia Social.

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