En diálogo con Blanco sobre Negro, la psicopedagoga Ivana Quiroga explicó: “El jueves nos dijeron que se cierran todas las casas. Somos 130 trabajadores, de los cuales cerca de la mitad son becarios y contratados. Las autoridades no garantizaron su continuidad laboral”.

Los trabajadores son en su mayoría profesionales. Psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y psicopedagogos forman equipos de trabajo para abordar la ludopatía desde un enfoque multidisciplinario. Además, pusieron en funcionamiento un 0800 las 24 horas para contener episodios de crisis que también será dado de baja.

El programa funciona a partir de un contrato entre el Ministerio de Salud y el Instituto Provincial de Loterías y Casinos. Los trabajadores aseguran que los centros asistenciales no conllevan grandes gastos ya que son financiados por las salas de bingo.

Luego de que los trabajadores salieran a denunciar el vaciamiento de este programa que comenzó en 2005, funcionarios de Salud salieron a presentar la medida como una ampliación de la atención ya que ahora se hará en los CPA (Centro de Prevención de Adicciones) que tienen presencia en todos los municipios bonaerenses. Pero, los trabajadores denuncian que en realidad se trata de un recorte porque no se contratarán más terapeutas, sino que los mismos pasarán a abordar más patologías, diluyendo las especialidades.

Además, los especialistas aseguran que la “manía por el juego” tiene sus características específicas y que “el ludópata no es una copia del adicto”. En términos terapéuticos, explicaron que la tarea es que los pacientes se responsabilicen de sus actos y que no es conveniente tratarlos como “enfermos del juego”.

El lunes, el personal de los diez centros asistenciales marchó en La Plata junto a los trabajadores de Lotería que reclamaban pases a planta permanente. El próximo viernes habrá una nueva mesa de diálogo pero hasta ahora los funcionarios no dieron ninguna chance de que los centros sigan abiertos.

“La posibilidad de cierre, reubicación de profesionales u otro tipo de acción direccionada en forma vertical, sin considerar la palabra de los actores y de los años de experiencia frente a un malestar que genera daños incalculables sobre los pacientes; no tiene absolutamente nada que ver con el discurso gubernamental del diálogo y el consenso”, denunciaron en un comunicado.

“No es lo mismo tratar a un chico que consume pasta base que a una señora que viene con el changuito de jugar al tragamonedas. Son patologías y poblaciones diferentes”, explicó la psicopedagoga.

“Es como volver a cero con un programa que viene con un desarrollo sostenido desde 2005. Anuncian medidas que actualmente ya se practicaban como las actividades de prevención en escuelas. Pareciera que no existíamos”, agregó.

“La decisión del Gobierno de la provincia de Buenos Aires de cerrar los 10 Centros del Programa de Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo pone en riesgo el tratamiento de miles de pacientes y familiares afectados por esta patología. Lo cierto es que la medida no busca la articulación de los programas, sino que persigue como único objetivo recortar los recursos de los mismos”, denunció el personal de los diez centros asistenciales.