jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº -1940

Información General | 9 sep 2017

Bruno Carpinetti, antropólogo

El RAM, los "Mapunkis" y los "Heavymapus" desde la perspectiva de un especialista platense

Santiago Maldonado, los mapuches, las comunidades mapuches, el rol del Estado como garante de la propiedad privada de los grandes terratenientes, el derecho de los pueblos originarios a vivir en la tierra que trabajaron y ocuparon por generaciones, son temas que debate la sociedad y desplazaron la monotonía de la propaganda electoral. Pero sobre todo corrieron el velo que ocultaba un debate que lleva décadas, o siglos: ¿Existe un sujeto colectivo que se pueda nombrar como "pueblo mapuche"? ¿Cómo viven las familias de las comunidades, cuáles son sus deseos, sus sueños, su trabajo, y su vínculo con las instituciones estatales? ¿Quiénes son los llamados "Mapunkis" y los "Heavymapus"? Sobre el final, además, Carpinetti deslizó una hipótesis sobre la composición de la base social del RAM.


Las fotos son gentileza del entrevistado

Por Lucía Mieri

Info BLANCO SOBRE NEGRO entrevistó a Bruno Carpinetti, doctor en Antropología Social, profesor titular en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ), ex director de la Administración de Parques Nacionales y ex subsecretario de Coordinación de Política Ambiental de la Nación . También es autor del libro “Derechos Indígenas en el Parque Nacional Lanín. De la expulsión al Co-manejo” un trabajo que publicó una década atrás y en el que ya planteaba algunas claves para entender el actual conflicto de tierras en la Patagonia Norte.

¿Existe efectivamente el sujeto colectivo llamado “pueblo mapuche”, o se trata de una visión idealizada posterior a la ocupación total del territorio tras la llamada “Conquista del desierto”?

Sí, a lo largo de la historia de nuestro territorio, antes del surgimiento del Estado Nación, en lo que es hoy Pampa y Patagonia existían un serie de distintos grupos sociales, comunidades con culturas peculiares, incluso con algunas diferencias idiomáticas. Después esas comunidades fueron clasificadas, o sea, los españoles y después los científicos o los académicos al servicio del proyecto estatal, elaboraron una serie de taxonomías, de cualificaciones, que eran funcionales a los intereses de la conquista y a los intereses del Estado Nación.

Eso obedece a una visión estática y cristalizada de lo que es la cultura, en realidad las culturas no son fenómenos rígidos y consolidados, los grupos sociales – y por consiguiente sus culturas – son absolutamente dinámicos. Entonces en la interacción entre los procesos políticos que existían a lo largo de la historia de estos territorios y esos grupos, se fue constituyendo una cultura caracterizada por algunos elementos en común como por ejemplo el predominio del mapudungún (que es la lengua mapuche) como una “lengua franca”, como lengua que se utilizaba para la comunicación entre todos esos grupos.

Durante el proceso de consolidación del estado nación se conformó una unidad político militar para resistir a ese enemigo que avanzaba con políticas punitivas sobre sus territorios. Es en ese proceso, desde la llegada de los españoles hasta los primeros años del surgimiento del estado argentino, que estos grupos sociales pre existentes se configuran como lo que hoy conocemos como “Pueblo Mapuche”.

No es algo que siempre existió de esta manera… digamos, son procesos dinámicos que han ido permitiendo que estas culturas se configuren como una unidad y que hoy en día existan reivindicaciones políticas y proyectos utópicos como sociedad absolutamente legítimos.

Por otra parte, lo que sí es innegable es la preexistencia de esos elementos culturales, de esas culturas diferenciadas de la cultura hegemónica, de la cultura europea y colonial, y una continuidad en el tiempo de esos linajes y esos procesos culturales dinámicos en estos territorios que configuraron lo que hoy es el pueblo mapuche. Esto hoy representa, según lo establece nuestra constitución nacional, una fuente de derechos.

Las diferentes taxonomías sociales que ha producido la antropología siempre se han utilizado o han estado al servicio de distintos proyectos políticos. Desde los medios y la intelectualidad al servicio del poder hoy se pretende poner en duda su origen territorial y darles carácter de “extranjeros”, con la clara intención de deslegitimar al pueblo mapuche y a sus reivindicaciones, y negar sus legítimos derechos reconocidos por la constitución.

¿Entonces ese aglutinamiento, esas formas de cohesión, se dieron como consecuencia de la colonizacion y el sometimiento que resultó de la campaña llevada adelante por Julio Argentino Roca?

Al menos yo particularmente creo que no se puede hablar en la etapa previa a la irrupción de los europeos de “pueblo nación”, porque en realidad eran comunidades dispersas que intercambiaban entre sí, que se comunicaban, que comerciaban, que se vinculaban, que tenían relaciones de parentesco, pactos territoriales, y sostenían relaciones entre grupos y comunidades incluso a ambos lados de la cordillera. Pero se unifican como pueblo nación en respuesta a la aparición de un enemigo externo que era el proyecto colonial, y en ese proceso la lengua , el mapudungún, que se erige como “lingua franca”.

Además también es muy importante tener en cuenta que antes de la llegada del hombre europeo existían limitaciones ambientales. Hay que pensar que la Patagonia es un territorio extensísimo, cubrir grandes distancias es muy difícil, entonces los españoles trajeron un elemento que es central a lo que después se conoce – o que los académicos conocemos- como el complejo ecuestre, que es la cultura que se genera alrededor del caballo. La aparición del caballo en estos territorios permitió a esas diferentes comunidades dispersas en un territorio vasto comunicarse entre sí, acelerar los tiempos de desplazamiento e incluso responder de una manera militar mucho más eficiente a las presiones de la colonización española y luego del emergente estado nacional sobre estos territorios.

¿Cómo viven hoy las comunidades? Por ejemplo la que está en la zona de Leleque y donde se supone que secuestraron a Santiago Maldonado, o sea, la “Pu Lof en resistencia de Cushamen” …

Como producto de la llamada “conquista del desierto” – está claro que hay cierto consenso social de que la patagonia no era un desierto, ni geográficamente ni socialmente – se disparó un proceso de privatización de tierras que desembocó en la constitución de los grandes latifundios que hoy vemos en manos de unas pocas familias patricias.

En este proceso todas las comunidades sobrevivientes al genocidio que implicó la campaña del desierto fueron desplazados a tierras muy marginales desde el punto de vista ambiental y productivo, incluso unas pocas pudieron regularizar u obtener algún tipo de reconocimiento por parte del estado nacional sobre la propiedad de esas tierras, pero la gran mayoría continuó ocupando tierras marginales de manera precaria. Esto llevó a que sus economías sean muy primarias, en general son ganaderos y practican una ganadería trashumante .

En la Patagonia hay tierras de veranada y tierras de invernada, o sea, viajan entre la invernada que se hace en las zonas más de estepa, y la veranada se hace en los valles cordilleranos. Además se dedican a otras actividades productivas menores.

Por otro lado hay una serie de comunidades urbanas, porque hay un desplazamiento desde estos territorios rurales, donde las oportunidades económicas son escasas, hacia la periferia de ciudades patagónicas como Bariloche, Esquel, El Bolson o Neuquén, donde sobreviven a partir de los trabajos que caracterizan a los pobres urbanos, se incorporan a la construcción y se constituyen como mano de obra no especializada en esos grandes centros urbanos.

*Especialmente a partir de las años 90, la juventud desplazada hacia esas ciudades, se constituyó casi como un lumpen proletariado urbano y se empezaron a ver algunos fenómenos de esas culturas juveniles que reivindican su condición de origen mapuche y constituyen “tribus”.

“Tribus” en el sentido sociológico del termino. Tribus urbanas sincréticas que reivindican además otras expresiones culturales globales como los “Mapunkis” que son punk mapuches urbanos, o los “Heavymapus”, porque contra todo lo que sostienen las visiones esencializadas de la cultura, las identidades comunitarias se construyen en diálogo con otras identidades.

Personalmente, si bien no tengo ninguna prueba empirica, creo que esos son los sectores que han alimentado de alguna manera la constitucion de los grupos como la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). Pero insisto, mi modesta experiencia en la región me indica que no tienen un gran nivel de organización política, son mas bien grupos marginales urbanos de jóvenes.

Se ha escuchado en los medios que existe una relación entre el RAM y los británicos, que teóricamente los financian, ¿eso es cierto? ¿En qué se basan?

(risas) Esa es una afirmación delirante, por lo menos todos los vínculos que señalan los medios entre un potencial financiamiento británico y los grupos mapuches se basan en una pagina de internet de un grupo que tiene sede en Bristol y que plantea una cuestión absurda, reivindicando una especie de nobleza mapuche de un linaje que provendría de Orllie Antonie de Tunens, un personaje bastante pintoresco, un francés que en el siglo XIX apareció en la Patagonia, y que después de una serie de parlamentos con algunas comunidades mapuches presentó al gobierno nacional un reconocimiento de estas comunidades a si mismo como Rey de la Patagonia.

La historia que relata "La Película del Rey…

Claro, ese personaje. Que fue internado en un psiquiátrico y posteriormente deportado a Francia. El grupo de Bristol, que todos los medios señalan tan sesuda y académicamente como el potencial financista de los actuales mapuches secesionistas, reivindica esa trayectoria, reivindica el derecho que le otorgaría ser los sucesores de este personaje, es absolutamente una hipótesis descabellada y malintencionada.

¿Existen nexos entre los grupos mapuches de Argentina y Chile?

Si, por supuesto. Existen porque pertenecen a una misma cultura, tienen una antiquísima tradición en común, una lengua en común, incluso relaciones de parentesco entre grupos a ambos lados de la cordillera. Tenemos que tener en claro que lo que es artificial es la constitución de la frontera política y la división entre pueblos.

Este no es un fenómeno singular solo atribuible a la situación de los mapuches. Los vascos que viven del lado español y del lado francés tienen vínculos y reivindicaciones similares – al igual que cualquier otra cultura – políticas, de parentesco, de lenguas de tradiciones, etc… Los guaraníes que viven entre Misiones, Paraguay y Brasil también, las relaciones de la diáspora judía, o sea, no es una particularidad del pueblo mapuche, las relaciones son fluidas.

Y sí, existen algunos grupos que tienen relaciones políticas. Lo que pasa es que se lo destaca y expone, y es en lo que el gobierno está haciendo hincapié porque exacerba la xenofobia y le resulta funcional a su política de inventar un enemigo interno que justifique el endurecimiento de las condiciones represivas.

Por eso hace eje en grupos como la Coordinadora Arauco-Malleco que es un grupo al que se le han atribuido también episodios violentos en el sur de Chile.

Lo que pasa tanto con la Coordinadora Arauco-Malleco como con el RAM es que como decía hoy, y más allá de la legitimidad de sus reivindicaciones, son grupos muy marginales, creo yo basados en grupos de lumpen proletariado urbano, y estos grupos son muy susceptibles de ser infiltrados y utilizados por los servicios de inteligencia. A su vez, su condicion clandestina hace que los episodios o los hechos que reivindican uno no sepa nunca quién realmente los ha ejecutado, entonces me parece que terminan siendo absolutamente funcionales a los intereses del establishment que pretende constituir un enemigo interno peligroso y así justificar la represión y un endurecimiento de las condiciones de seguridad.

Como funcionario participaste en una experiencia sobre de “co-manejo”, de hecho hiciste una publicación al respecto ¿Qué balance hacés sobre esa experiencia?

Antes que nada te quiero contar que el otro día me sentí muy orgulloso de eso, porque en la entrevista que le hace Lanata a Jones Huala, el gordo lo chicanea diciéndole que en el gobierno kirchnerista los funcionarios de Parques Nacionales le habían querido regalar los Parques a los mapuches. Un disparate de locos. Escuchar esa gansada me hizo sentir muy satisfecho (risas).

Bueno, te cuento, en Parques Nacionales existía un grupo de gente vinculado al gremio de los estatales, a ATE más precisamente, que venía trabajando con las comunidades en el sur de Neuquén desde hacía muchísimos años como facilitadores de algunos procesos de desarrollo, e intentando revertir los años de políticas de expulsión y posteriormente de indiferencia.

Después del 2001 asumo como director en Parques Nacionales e intentamos convertir eso que se había iniciado desde la base en una política de Estado. Y se concretó en lo que dimos en llamar el Comité de Gestión y Comanejo, donde planteábamos una participación en la toma de decisiones en condiciones de paridad con las comunidades mapuches en lo que era relativo a los territorios de su propiedad que estaban bajo jurisdicción de parques nacionales.

Como tantas otras iniciativas que surgieron durante los doce años de gobierno de Néstor Kirchner y después de Cristina Kirchner, no pueden englobarse en una política de estado concreta en relación a los pueblos originarios, fueron mas bien cuestiones espasmódicas, voluntaristas. Si bien hay muchas politicas a reivindicar en ese momento – de hecho hubo procesos muy interesantes como el que desembocó en la sanción de la ley de emergencia territorial indígena que es la que nunca se terminó de ejecutar y que creo que hubiera solucionado o al menos morigerado gran parte de los conflictos que hoy se viven – no le podemos atribuir al kirchnerismo una política de estado general de reconocimiento porque si bien hubo muchos avances, en términos de las relaciones que existían con los gobiernos provinciales había muchas disonancias.

De hecho fue conocido en la ultima etapa del gobierno de CFK el conflicto con la comunidad Qom “La Primavera” de Formosa , donde el gobierno provincial de Gildo Insfrán implementó una persecución policial sistemática sobre estas comunidades. Entonces no podemos hablar de una política homogénea o de una política de estado con un horizonte estratégico serio. Pero sí hay que reivindicar que hubo una serie de iniciativas y de voluntades que participaron dentro del gobierno promoviendo una política que si se hubieran profundizado habría al menos atenuado las condiciones que hoy están provocando esta serie de conflictos.

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