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Información General | 8 feb 2018

Las demoras afectan el tratamiento

IOMA no le entrega un medicamento y ahora corre riesgo de perder un riñón trasplantado

Nazareno Fariña tiene 22 años y padece una extraña enfermedad que afecta a sus riñones y que lo llevó a un trasplante. IOMA, obra social de la que es afiliado porque su mamá es docente, le retacea la entrega del único medicamento que comprobó efectividad y su salud se está viendo gravemente deteriorada. “La obra social, donde voy constantemente, llorando, gritando, tranquila, es la culpable de que mi hijo pueda perder el injerto”, aseguró su madre.


En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, Claudia Salazar, madre de Nazareno, explicó: “Mi hijo necesita una droga que es exportada desde Europa. Es un medicamento oncológico que produce un solo laboratorio en todo el mundo y por eso es tan caro”.

Nazareno padece de glomerulopatía por insuficiencia de la proteína C3. Con el tiempo sus dos riñones dejaran de funcionar y debió ser trasplantado, pero la enfermedad volvió a repetirse y comenzó a atacar al injerto. Los médicos del Hospital Italiano de Buenos Aires descubrieron que una costosa droga oncológica llamada Eculizumab es eficaz para detener el avance de la enfermedad.

“IOMA me entrega 16 ampollas que le sirven para dos meses. Al cambiar la gestión comenzamos a tener retrasos en la entrega del medicamento, pasan más de dos meses y la obra social no hace la compra”, explicó la docente de Lanús.

“Los médicos me dijeron que si no hay regularidad no es eficaz el tratamiento. La droga no cura pero si frena a la enfermedad. Cada 15 días le hacen análisis de sangre y los médicos comprobaron que cuando la droga no es suministrada en tiempo y forma la enfermedad se reactiva y ahora corre riesgo de perder el injerto”, agregó Claudia.

La docente recurrió a la Defensoría del Pueblo, a la Municipalidad de Lanús y a concejales de su distrito para intentar destrabar este problema con la obra social provincial. En una carta pública, Claudia expresó: “La obra social, donde voy constantemente, llorando, gritando, tranquila, es la culpable de que mi hijo pueda perder el injerto”, y agregó: “Su función renal desmejoró notablemente y el paso que sigue es hacer una biopsia para ver en qué estado está su órgano y qué hacer para salvar su riñón”.

“Cuando reclamó responsabilizan a la droguería, antes se compraba directamente al laboratorio. En IOMA me pasan de un piso al otro y se van echando la culpa entre ellos. Después me dijeron que no había director de Finanzas por lo que faltaba la firma para concretar la compra”, agregó la madre de Nazareno Fariña.

En la nota también, Claudia también relató que durante el gobierno anterior escribió una carta a Presidencia y que el Ministerio de Salud comenzó a otorgarle el medicamento hasta que se hizo cargo la obra social provincial. “Mandé carta a presidencia de la Nación, como lo había hecho anteriormente y me contestaron que ellos no pueden hacer nada porque la obra social es autárquica”, contó la docente.

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