“Como gremio, la CICOP adhiere a la campaña por el derecho al aborto casi desde su creación. La discusión es permanente porque nos atraviesan las mismas cuestiones que al resto de la sociedad. En el Consejo Directivo Provincial se ha decidido apoyar la campaña. Es muy importante recordar el lema ‘educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir’”, aseguró a Info BLANCO SOBRE NEGRO Mónica Beresovsky, secretaria de Género del gremio que nuclea a los profesionales de la salud de los hospitales públicos bonaerenses.

“No tocamos el tema sólo al final. La Ley de Educación Sexual Integral está vigente pero todavía no se aplica en forma completa. Además, tanto las mujeres como los varones deberían tener acceso a las consejerías de salud sexual y reproductiva y deberían poder elegir que métodos anticonceptivos usar. Finalmente llegada la situación del aborto, nosotros estamos de acuerdo con que la mujer tiene que poder decidir sobre su propio cuerpo”, completó.

“Como profesionales de la salud estamos doblemente interpelados. Nosotros atendemos a las mujeres que recurren a los centros de salud y hospitales con su problemática y por el otro, por las dificultades que tenemos para hacer nuestro trabajo si estamos parados del lado del respeto a los derechos de nuestros pacientes”, señaló Beresovsky.

Y añadió: “El rol del Estado es fundamental, nuestras declaraciones vienen marcando todas las falencias que tenemos. Las mismas consignas de la campaña las hacemos nuestras porque también hay que educar a quienes trabajan en los hospitales. Deben estar instruidos en las problemáticas y las leyes que se aplican. Deberían funcionar las consejerías en todos los centros de salud y hospitales, algo que actualmente no pasa”.

“También deberían estar a disposición todos los métodos anticonceptivos pero en la realidad a veces están y muchas otras no. Además debe haber una atención personal, esto no se puede hacer con una computadora y por último si se va a llevar adelante el aborto obviamente deben estar los insumos”, expresó la médica del Hospital Bocalandro de Tres de Febrero.

Este martes, un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación definirá el cronograma de debate de los proyectos sobre la despenalización del aborto, un tema que será protagonista en este año parlamentario. El debate en comisión comenzará el 10 de abril y se extendería hasta mayo.

Sobre el procedimiento médico que se practica para un aborto, la médica integrante de la comisión de Género de CICOP señaló: “La medicación más utilizada es el misoprostol y también otra medicación que todavía no está autorizada en nuestro país que es la mifepristona. Además debería haber una intensa instrucción de AMEU (aspiración manual endouterina), otro procedimiento para hacer abortos”.

“El médico debe autorizar, hacer la receta, y además el hospital debería tener medicamentos para dar en forma gratuita. Claro se debe hacer un seguimiento previo y posterior de las pacientes”, explicó Beresovsky.

Sobre los riesgos de estos procedimientos, la profesional aseguró: “Siempre puede haber complicaciones, pero así como lo propone el proyecto de ley, hasta las 14 semanas, y siguiendo toda el procedimiento médico aconsejado los riesgos son muy bajos para la mujer. En los lugares donde el aborto no está penalizado las estadísticas de muerte de mujeres por aborto bajan considerablemente”.

Por otra parte señaló que “el ingreso del misoprostol a la vida pública se comenzó a dar hace muchos años”, y que “las mujeres se fueron apropiando de ese conocimiento. Muchas vidas se han salvado porque hay mujeres que lo usan”.

Con respecto a los médicos y la figura del objetor de conciencia, médicos que se abstienen a realizar esta práctica por una cuestión moral personal, la integrante de CICOP comentó: “Es un tema controvertido. En la provincia la objeción contempla la figura de los objetores en el protocolo de aborto no punible pero nunca se hizo un registro, por lo que nadie sabe quién es objetor de conciencia hasta que llega un caso. Eso no debería suceder, debería ser público y el centro de salud debería estar preparado para solucionar esa situación porque la institución no puede ser objetora de conciencia”.

“Algunos piensan que los objetores de conciencia no deberían poder ejercer en hospitales, porque ahí somos servidores públicos. Será un debate para más adelante”, agregó.

“Conocemos algunos casos de objetores de conciencia en el hospital pero afuera lucran. Hay que terminar con esas hipocresías”, señaló la médica y continuó: “Otros se dicen objetores porque no se sienten cuidados, no conocen hasta donde llegan sus responsabilidades y temen que lo juzguen”.

Sobre el rédito económico de los médicos que practican abortos ilegales, señaló: “No conozco los números pero siempre hubo un negocio en el aborto clandestino. En la época en que el misoprostol no era tan conocido el negocio era más extenso. Creo que la pastilla democratizó la práctica aunque también acceder al medicamento tiene sus complicaciones, hay un mercado negro”.

Sin embargo, alrededor del medicamento también hay una industria. “La pastilla está monopolizada por un solo laboratorio que la pone a la venta para otros fines que no son abortar. Hay farmacias que la venden si sólo se pone en la receta sólo la aplicación que dice el medicamento y otras que la venden y no ponen objeciones”, señaló.