“Proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para la posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino”, el memorable discurso del que ex presidente que citó el Preámbulo constitucional en el cierre de campaña del 1983 sonó en los potentes parlantes colocados sobre el escenario, mientras las pantallas proyectaban imágenes de ese recordado acto en Avenida 9 de Julio.

Arriba de la tarima aplaudieron de pie el vicegobernador y titular del radicalismo bonaerense, Daniel Salvador (organizador de la iniciativa), el hijo del ex presidente, Ricardo Alfonsín, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el gobernador de Mendoza y presidente de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, Graciela Fernández Meijide, el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, el ex presidente, Eduardo Duhalde, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, y el escultor del monumento, Carlos Benavidez.

El evento conducido por Fernando Bravo continuó con la interpretación del himno por parte de Jairo, cantante de reconocida militancia radical y un video con un mensaje del presidente, Mauricio Macri, que pidió disculpas “por no poder estar en un día tan importante”. Segundos después, todos los dirigentes se acercaron a la estatua para correr el velo que la mantenía oculta. “Alfonsín, Alfonsín”, cantaron militantes y dirigentes acompañando con palmas.

El primer discurso estuvo a cargo del vicegobernador, Daniel Salvador, que luego de agradecer al intendente, el artista y quienes colaboraron comprando las estatuillas, aseguró: “Para Alfonsín los Derechos Huamanos fueron siempre un norte. Tomó decisiones increíbles para ese tiempo en base a la verdad y la justicia. Allí empezó un nuevo ciclo, el de la democracia para siempre”.

“Él sabía que ganaba las elecciones pero convocaba a todos para emprender la gesta de la recuperación definitiva de la democracia”, destacó el organizador del homenaje y agregó: “También es un desafío hacia el futuro, genera el compromiso de seguir trabajando para que la democracia de la respuesta que necesita el pueblo argentino”.

En una zona cerrada con vallas, frente al monumento, se colocaron los intendentes de distintas localidades bonaerenses, ministros, secretarios y legisladores. Reconocido como el principal promotor del homenaje, Salvador fue uno de los oradores más aplaudidos.

Luego, el gobernador de Mendoza y titular de la UCR nacional, Alfredo Cornejo, expresó: “Alfonsín es mucho más que un orgullo del radicalismo es un orgullo para todos los argentinos. Este monumento es un ejemplo de nuestra cultura cívica ya no fue hecho con fondos estatales sino con la colaboración de muchas personas, muchas de las cuales no son afiliados radicales”.

Y continuó: “Alfonsín tenía el coraje de remar contra la corriente, de decir cosas que muy pocos dirigentes decían. Sus enseñanzas me quedaron muy marcadas. En 2008 dijo la democracia ha logrado consolidarse en Argentina pero no pudimos pagar la deuda social. Esas deudas sociales tenemos que saldarlas y creemos que con Cambiemos tenemos la posibilidad concreta de hacerlo. Que argentina crezca, se integre y se reduzca la pobreza al mínimo”.

El tercer orador fue Marcos Peña. Desde el fondo, donde se ubicaban agrupaciones juveniles se escucharon algunos silvidos. En sus palabras, el funcionario nacional señaló: “No sólo nos unen las ganas de homenajear a Raúl Alfonsín, si no también, las de compartir este maravilloso desafío de honrar los valores de transformación y calidad democrática que él nos legó”.

“Alfonsín nos dejó una ruta metodológica de cómo ser político, qué valores se deben poner delante, centralmente el valor del diálogo, la paz y la política como cultura de encuentro. Nosotros sentimos la responsabilidad en el día a día de nuestra tarea. Con este monumento, ojalá recordemos la importancia de la democracia en ejercicio”, consideró.

La última oradora fue la gobernadora María Eugenia Vidal que con su presencia despertó una pequeña ovación. Algunas señoras al costado del escenario comenzaron a gritar “si se puede” pero no lograron generalizar el canto.

En un breve discurso, Vidal destacó: “Este es un merecido homenaje que le hacemos todos los argentinos para que esté presente en nuestra memoria, para no olvidarnos lo que nos enseñó y para recordar que nos dio la esperanza de soñar que sí se podía tener un país mejor”.

“A veces dicen que nosotros tenemos que tener valentía para tomar algunas medidas, imagínense cuánta valentía se requería para defender los Derechos Humanos en el ‘83”, subrayó la gobernadora.

“Él pedía que sigan las ideas, no las personas y Cambiemos es una expresión de eso. No es ninguna persona en particular, es una profunda vocación de cambio democrático, es creer en la diversidad, el diálogo, la justicia, instituciones fuertes y el saldar la deuda social pendiente. Podemos tener diferencias pero sabemos que tenemos que aprender mucho unos de otros y eso es un legado de Raúl Alfonsín”, concluyó.

La jornada continuó delante de las vallas con abrazos entre dirigentes y una cola para retratarse con la flamante estatua. Vidal, Marcos Peña, Frigerio y Duhalde dejaron rápidamente el lugar y evitaron el contacto con periodistas. Como anfitrión, Salvador se quedó hasta el final recibiendo elogios por la iniciativa.