“Cuando empezamos a escribir este libro la situación en relación a las drogas no era la mejor pero era bien diferente a esta actual en la que la DEA se puso a la cabeza de la supuesta lucha contra el narcotráfico, que es en verdad, casi siempre, la lucha por el gerenciamiento de la mediación en el negocio. Sólo tengo la expectativa de que este modesto aporte, en el mejor de los casos, despierte la inquietud por cuestionar las supuestas verdades prohibicionistas o por sustentar con mayor solidez y reflexividad los argumentos en contra de ’la guerra a las drogas”, expresó el autor.

Y aclaró: “Este no es un libro neutral: para mí la política de drogas planteada desde el prohibicionismo es un desastre, es racista, está diseñada contra los pobres, contra los laburantes, y ya es aburrido decirlo, pero no está hecha para salvar a nadie de las adicciones o los consumos problemáticos. Para resumir: el corazón de esta investigación es probar que no sólo existen argumentos ‘liberales’ para sostener la necesidad de despenalizar, o legalizar, o avanzar en un camino alternativo; por el contrario, es una tarea nacional, democrática, y generacional”.