Ayer publicamos en este portal: “Los vecinos que se oponen al paso bajo nivel denuncian que se perjudicará al centro comercial de calle 2, que quedará cerrada”. También quienes se oponen a la obra tal como fue planificada y en virtud de lo cual el Estado argentino pudo hacerse de los fondos para financiarla (del Banco Interamericano de Desarrollo) opinan que “se perderá una importante zona verde y se eliminará definitivamente la posibilidad de integrar las zonas divididas por el paso de las vías”.

“Por eso insisten con la necesidad de reflotar el soterramiento desde 528 hasta la estación de 1 y 44, obra que está proyectada desde hace más de 50 años”, añadimos en la crónica que publicamos con motivo de este debate que impulsan vecinos de Tolosa, fundamentalmente.

La asamblea que reúne a vecinos y vecinas de esa zona tiene una posición intransigente en relación a la polémica, y lo expresan claramente con el nombre que utiliza el grupo: “Asamblea Pro-Soterramiento”.

Pero la discusión parece haber sumado intensidad en el marco de la campaña electoral, pese a que las posiciones a favor y en contra estuvieron sobre la mesa de debate desde el principio, cuando el BID aprobó el proyecto (este, no otro).

Es más, a este cronista le sorprendió la presencia en una protesta de una referente opositora destacada que debutó con el reclamo hace apenas unas semanas, luego de años de dejar hacer, como gran parte de la dirigencia local. No es necesario explicar las razones: votos son votos.

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Esta tarde intentamos retomar el tema entrevistando al mismo especialista. “El tenor que fue tomando el debate me parece desproporcionado, muy condicionado por la campaña electoral, y no quiero meterme en problemas, así que prefiero no hablar más sobre esta cuestión”, explicó ante la consulta que le hicimos desde Info BLANCO SOBRE NEGRO.

“Los platenses nos merecemos mucho más que este tono discursivo que fue subiendo con el correr del tiempo. Necesitamos superar y resolver esta polémica , y que se empiece a tender el tema por la positiva mostrando voluntad de diálogo para atender todas cuestiones vinculadas con la discusión”, concluyó la fuente entrevistada.

La realidad es que la obra no se puede modificar porque ya está todo preparándose desde hace cinco años para que se haga como se está haciendo. Quizá sea una grave asignatura pendiente de la anterior gestión nacional y provincial, que con las carpetas aprobadas y los fondos en camino salieron corriendo a lanzar los trabajos que ahora se están llevando adelante. Y lo de la participación popular en la toma de decisiones siempre es buena consigna opositora, pero de ningún oficialismo. Por lo menos en la democracia que supimos conseguir .

Es más: desde el primer momento se escucharon voces contrarias a que se realice la obra tal como se está llevando adelante, porque, vale decirlo, nada nuevo hay bajo el sol en relación a este tema, y el ansiado soterramiento en un contexto como el actual suena a cantos de sirena. Faltan recursos en otros lugares más sensibles: los hospitales públicos se quedan sin luz cada dos por tres, lo que explica esta opinión sin demasiadas vueltas.

Dinero falta, y el que hay debe ser asignado donde resulta urgente. Esta obra tiene financiamiento que no podría derivarse hacia la salud pública, y los recursos que deberían invertirse allí es obvio que no van a ser ejecutados en una obra vial. Por más importancia que tenga, por justa que sea. No es un juicio de valor ni una opinión, es un dato de la realidad.

De hecho el presupuesto, el tendido eléctricos, la reformas en las estaciones de trenes, los talleres de Tolosa, todo se hizo con el tren sobre vías y no soterrado.

El punto a resolver es cómo dejar de discutir un tema acordado hace tantos años para dialogar entre las partes y conformar una mesa de trabajo permanente que permita atender todos los planteos de los vecinos sobre reclamos vinculados, tales como forestación, construcción de un puente peatonal sobre calle 528, el sentido de circulación vehicular las calles linderas, y todo lo demás.

De lo contrario, las protestas contra el paso bajo nivel quedarán apenas como testimonio de esta época, enriquecerán las crónicas de los medios informativos locales y desatarán contradicciones que pueden resolverse mediante un canal de diálogo. ¿Cuál? Es otro debate que hace falta y que habría que poner sobre la mesa.