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Información General | 15 abr 2019

Se achica el presupuesto familiar

Por la inflación se sienten cada día más los cambios de hábitos en el consumo

Esparcimiento, viajes y muchos hábitos familiares van transformándose con el aumento de los precios y la caída del salario real.


Alcanza con recorrer el centro de La Plata cualquier día a la semana para comprobar la gran cantidad de bares, restaurantes y cervecerías en las que sobran mesas y faltan clientes.

La clase media platense desarrolla diferentes estrategias para maximizar su poder de compra pese a que los salarios no acompañan en casi ningún sector del trabajo a la escalada de precios minorista.

Para colmo, pese a los anuncios que se esperan para el día miércoles cuando el Presidente de la Nación Mauricio Macri anuncie (según lo previsto) un plan que busca reactivar el mercado interno, los indicadores no arrojan resultados esperanzadores. Todo lo contrario.

Así, de acuerdo a datos publicados por el diario La Nación, “en 2018 volvió a bajar la cantidad de público en los cines”. El matutino agregó: “Fueron 50,3 millones de espectadores en 2015, 48,8 millones en 2016, 47,6 millones en 2017 y 44,6 millones en este 2018. Ya son, por lo tanto, cuatro años consecutivos en baja (en 2014 se habían registrado 44,2 millones) para una taquilla argentina que, si bien resiste con mucha dignidad la fuerte caída en el consumo y la competencia tanto de la piratería como del creciente boom del streaming legal (la era de oro de Netflix), todavía parece no haber encontrado un piso”.

Y precisó en otro párrafo: “Los tres millones de tickets menos vendidos este año (2018) respecto del anterior significaron una merma del 6,3 por ciento en la concurrencia, una caída bastante menor que en otros rubros de la cultura (y de la economía en general), pero lejos de las cifras récord que se han registrado en 2018 en los cines de grandes mercados, como, por ejemplo, los de Gran Bretaña y los Estados Unidos”.

En la misma nota, publicada sobre fines de diciembre, se aclara que “los ingresos por venta de entradas (que hoy significan para los dueños de las salas una facturación mucho menor que el rubro de comida y bebida) pasaron de 4830 millones a unos 5600 millones de pesos, y el precio promedio del ticket aumentó de 101 pesos en 2017 a 125 pesos en 2018 (un incremento bastante menor que la inflación), siempre según los datos de la consultora Ultracine analizados por La Nacion”.

Hace tan sólo dos semanas se conoció que Tsu Cosméticos se halla en concurso preventivo y cerró su fábrica ubicada en la localidad bonaerense de Villa Lynch. La firma llevaba operando 45 años en el mercado, y es propiedad de Armando Pérez, el cuestionado ex presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

La fábrica dejó de producir maquillajes semisólidos y perfumes, y dejará en la calle a 150 trabajadores. También se encuentran en suspenso 800 mil revendedoras de todo el país.

Salvo firmas Nu Skin , u otras que cuentan con una aceitada cadena de comercialización ( o las cosméticas de venta masiva en los hipermercados), al resto de las empresas del sector se les hace muy difícil sortear los niveles de fuerte caída en el consumo.

Los comercios más chicos son los más vulnerables, aseguran los especialistas. Hoy se conoció que cerraron unos 28 mil kioscos en los últimos tres años. El presidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina dio a conocer ese dato y estimó que “otros 5 mil bajarán sus persianas en los próximos dos meses”.

Adrián Palacios, titular de la entidad, sostuvo en declaraciones a NA que “por día en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires están cerrando entre cinco y seis kioscos, según los relevamientos” que reciben.

Y agregó: “Un comerciante pagó de luz $8.000 en enero, 23.000 en febrero y en marzo 27.000, tal fue el caso de dos comerciantes de Balvanera y de Caballito. Si a eso le sumamos que un alquiler sale entre $30 mil y 45 mil, hablamos de más de $70 mil de gastos por el solo hecho de levantar la persiana para atender. Eso no lo puede seguir manteniendo ni un kiosquero ni cualquier otro comerciante”, remarcó el titular de la UKRA".

Además, estimó que a esos 28 mil negocios cerrados, “se sumarían 5.000 negocios más para junio, según una proyección realizada solo en Capital Federal y en los principales centros urbanos de la Provincia”.

A estos problemas se agrega una baja en la ganancia por el consumo de productos, ya que (según Palacios) “la gente al tener que pagar más de los servicios, de los colectivos y subtes, se les hace difícil poder comprar algo para consumir en los kioscos”.

“Por ejemplo, en Catamarca, la factura de luz en un kiosco está viniendo con valores que van desde los $12 mil a los 17 mil, cuando el salario de un trabajador municipal es de $15 mil y ellos pagan de luz en sus casas unos $8.000”, precisó el presidente de UKRA a la agencia Noticias Argentinas.
Ante esta “crisis económica” que vive tanto este como otros rubros, los kiosqueros decidieron apostar a la venta de “productos de segundas y terceras marcas en más cantidad que antes y es lo que más se vende”.
“En bebidas, lo que más sale es Manaos, cuando antes no estaba ni previsto que un kiosquero compre estas marcas, ya que solo había primeras líneas y se vendían sin problemas. También se vende Cunnington, Secco, Neuss. Y lo mismo pasa con los helados. Ahora nos juntamos con las marcas de segunda categoría para lograr acuerdos y venderlas como alternativa a las marcas más conocidas a partir de agosto, porque la crisis va a seguir”, señaló.
Asimismo, explicó que más allá que no dejan demasiada ganancia, la gente apuesta “por marcas de segundas líneas en cigarrillos” y consideró que “en época de crisis económica los nervios llevan al vicio de consumir tabaco”.

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