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Información General | 10 may 2019

Serán devueltos a comunidades de Formosa

El Museo de La Plata restituirá los restos de una niña Nivaclé, el último pueblo víctima del genocidio blanco

Este viernes 10 de mayo, el Consejo Directivo de la Faculta de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata aprobará la restitución de los restos de una niña que pertenecía a una comunidad nivaclé, también conocida como chulupi, por la denominación que les daban los Wichí. Es un pueblo que no tuvo contacto con ninguna institución colonizadora hasta entrado el siglo XX.


Se trata de un pueblo que quedó arrinconado entre las fronteras de Argentina, Paraguay y Bolivia producto del genocidio perpetrado entre 1883 y 1887, y que con un eufemismo fue llamado “Conquista al desierto verde”.

Hoy quedan algunas comunidades a las márgenes del Río Pilcomayo, cinco en Formosa con casi 500 originarios, tres en Salta y el resto del pueblo reside en actual territorio del Paraguay.

El pedido de restitución presentado por cinco comunidades Nivaclé de Formosa será aprobado este viernes por el Consejo Directivo del Museo de La Plata, en el marco de una política de reparación histórica. Los restos están rotulados como N.N., pero por los datos del catálogo del Museo se sabe que pertenecieron a una niña de ese pueblo y que habrían sido apropiados cuando muere en Resistencia Chaco en 1887.

En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, investigadora del CONICET Joyce Barbosa explicó: “Los nivaclé fueron víctimas de un discurso histórico de extranjerización según el cual se trata de un pueblo originario de Paraguay, lo que les dificultó el acceso a sus derechos”.

Y agregó: “En realidad se trata de un pueblo de frontera que fue nómada hasta entrado siglo XX, sin estar reducido por ninguna institución colonizadora. Fueron un pueblo de una distribución muy amplia, particularmente los que vivían cerca del Río Pilcomayo quedaron atrapados por la frontera geográfica posterior. Hay numerosas pruebas históricas que demuestran su presencia en territorio de Formosa”.

Sobre la restitución de estos restos por parte del Museo de La Plata, la investigadora señaló que “hubo una sistematicidad en la apropiación de cuerpos de miembros de comunidades originarias”, y que “en algunos casos los cadáveres fueron rotulados con datos precisos pero en este sólo dice que corresponde a una persona de género femenino y se sabe que fue apropiada del Chaco y que correspondería a una niña”.

“Las restituciones son una reparación histórica y no necesariamente debe haber una relación directa entre la comunidad reclamante y los restos, sólo exige que sean del mismo pueblo”, destacó la científica que realiza un doctorado en antropología social sobre el las memorias territoriales del pueblo nivaclé con una beca del CONICET.

Los restos son reclamados por las cinco comunidades nivaclé de Formosa y una vez devueltos serán enterrados en la localidad de Río Muerto.

Este portal también habló con el referente de la Organización de Comunidades Nivaclé (OCN), Eulogio Corbalán, que destacó: “Hace mucho que estamos reclamando que nos devuelvan esos restos para traerlos a Formosa. Para nosotros es muy importante el trabajo que realiza el antropólogo del INAI Fernando Pepe que cuando vino a la comunidad nos dio la oportunidad de conocer este caso y reclamarlo al museo".

“El Pilcomayo fue una zona periférica por mucho tiempo. El pueblo nivaclé no tuvo contacto con los colonizadores hasta el siglo XX. Luego, como sucedió con el resto de los pueblos originarios, fueron víctimas de las políticas de exterminio e implantación de poblaciones extranjeras. También fueron afectadas por la Guerra del Chaco”, detalló Barbosa.

“Finalmente algunos pudieron sobrevivir en una misión de católicos alemanes ordenada por el Vicariato del Pilcomayo de Bolivia con el ánimo de pacificar a los indígenas de la zona. Antes de la Guerra del Chaco no habían tenido éxito porque los nivaclé eran muy aguerridos y difíciles de reducir. Cuando hubo demasiada vulneración, los nivaclé terminaron siendo acobijados por esta misión evangelizadora que se estableció en territorio paraguayo, aunque las familias seguían yendo y viniendo por la frontera”, agregó la investigadora.

Y concluyó: “Estos eventos como la restitución son importantes porque permite hablar de lo que sucedió en un marco de reparación histórica. Los pueblos de frontera sufrieron mucho esta lógica de extranjerización porque detrás sigue estando la lucha por la tierra. A nivel territorial hay avances en lo que tiene que ver en la protección de pueblos de frontera que contempla la movilidad ancestral”.

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