En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, el presidente del Colegio de Martilleros de la Provincia de Buenos Aires departamental La Plata, Aníbal Fortuna, explicó: “Remax es un nombre de fantasía y los que lo componen son agentes inmobiliarios que tampoco existen. Se trata de una franquicia internacional de Estados Unidos que se ha instalado en Argentina y toma a martilleros en una sociedad que no está permitida por ley”.

La ley local habilita las sociedades sólo entre martilleros colegiados y prohíbe la participación de personas o empresas con títulos que no poseen el título para ejercer la actividad inmobiliaria. Sin embargo, algunos corredores compran la franquicia de Remax y le presta su nombre para poder operar.

“En realidad es una empresa prestadora de servicios para martilleros que deben comprar la franquicia en un sistema como el de Tupperware con un líder va sumando nuevos agentes y ahí se va formando como una pirámide”, señaló Fortuna.

Y agregó: “La mayoría de los agentes son personas que ni siquiera son martilleros. Hay un único profesional qué está habilitando a todo una franquicia como en Farmacity que propone que un solo farmacéutico pueda tener 20 farmacias”.

Sobre los riesgos de concretar una operación con esta empresa, el dirigente del Colegio explicó: “Una compra o venta de un inmueble debe ser firmada por un profesional martillero colegiado. Pero ellos se la derivan a cualquiera por lo cual se invalida la operación. Tenemos denuncias de operaciones firmadas por agentes de Remax que no están matriculados. Hay personas que han perdido dinero por operar con agentes que no están matriculados”.

Y agregó: “El problema es que después justicia puede invalidarla y el vendedor o comprador terminan siendo víctimas de una estafa. Tampoco pueden venir al Colegio a hacer la denuncia porque detrás no hay ningún profesional matriculado. Solo les queda ir por la justicia ordinaria. Es como que te opere un enfermero en vez de un médico”.

“Es lo mismo que sucede con Farmacity y con Uber. Son empresas extranjeras que no respetan ninguna ley porque tienen mucho dinero por detrás para poder bancar todo”, graficó Fortuna y advirtió: “Remax es ilegal pero publicita en todos los medios. El Estado mira para otro lado y se hace el distraído mientras la empresa se va instalando. Son sistemas que han venido a conquistar el mundo y que precarizan todo el sistema”.

La justicia ya concretó varios fallos contra martilleros asociados a la firma y agentes que facturan para la empresa. Algunas de las causas llegaron a la Suprema Corte de Justicia bonaerense que ratificó las sentencias.

“Hemos presentado más de 150 denuncias en la justicia penal contra todos estos agentes. A su vez, en el Colegio fuimos contra los martilleros que prestaron su nombre para que esos agentes puedan practicar una actividad ilegal. Algunos han sido sancionados con un año de suspensión”, señaló Fortuna.

En La Plata hay seis martilleros que compraron la franquicia de Remax. Cada uno de ellos tiene además 1 o 2 martilleros agregados y decenas de “agentes”, personas sin título que son contratados como monotributistas.

“Hay martilleros que entran a la franquicia tentados por la publicidad y la ganancia que se pueden llevar por tener 20 o 30 agentes en la calle que laburan para él. Como hay escasez de laburo muchos agarran”, explicó Fortuna.

Y continuó: “Nosotros como Colegio nos vemos perjudicados porque nuestra caja de previsión que tampoco recibe los aportes correspondientes equivalentes al 6% de los honorarios por cada operación. Remax chupa las ganancias completas y se las lleva al exterior”.

La multinacional se instaló con fuerza en Capital federal, San Isidro y La Plata. “En nuestra ciudad la familia Di Girolamo fue la que cultivó su expansión”, apuntó el dirigente del organismo profesional.