A 43 años del asesinato del por entonces Secretario General de ATE Ensenada, Luciano “El Loco” Sander la Municipalidad realizará un acto en la nueva Plaza construida en la rotonda Camino al Astillero (continuación de calle De La Paz) que quedará oficialmente inaugurada con el nombre del homenajeado.

La actividad está programada a las 10 hs del día martes 16/07 . Durante la jornada también rendirán homenaje a los militantes Juan Carlos Arriola, Leonardo Arias, José Cardinali, Héctor García y Juan Becker, ex trabajadores del Astillero y víctimas del Terrorismo de Estado. “Una vez más, Ensenada demuestra que es una ciudad obrera con memoria e historia de lucha”, destacaron desde la Comuna conducida por Mario Secco.

El sociólogo, investigador y escritor Roberto Baschetti realizó una inmensa obra de recopilación que publicó en su sitio web, y en la que cuenta el devenir de los “militantes del peronismo revolucionario uno por uno”, “desde la A hasta la Z” (en www.robertobaschetti.com).

Allí recordó a Luciano Roberto Sandler:

Tenía 38 años cuando lo asesinaron. Como puede desprenderse de los testimonios que siguen, era un tipazo. Mariela, su hija, nos dice: “Él era peronista, siempre se declaraba militante peronista. Aunque nunca supe de que agrupación era, se que era bastante fanático”.

En Astilleros Río Santiago estuvo en la Brigada de Bomberos, fue electricista y luego paso por el Taller Naval como calderero y terminó siendo medio oficial. Era delegado gremial, tenía una personalidad muy fuerte, de hecho sus compañeros de trabajo y sus enemigos lo conocían como “El Loco”.

Precisamente esos compañeros de tareas resaltan el gran conocimiento de derecho laboral que poseía pese a que sólo tenía séptimo grado en la escuela primaria. En esa época –mediados de los ’60 -, las negociaciones por las paritarias con la patronal se hacían en la Marina. Cuando los delegados iban a negociar los invitaban a sentarse, a tomar un café, y él no se sentaba en las reuniones, hablaba parado, porque decía “vos venís caliente y en donde te sentás te cagan”.

Sigue su hija con el relato: “Papá tenía un gran carisma. En el Astillero era bravo, muy combativo y jodía bastante; por eso lo suspendían seguido y todo por armar quilombo adentro. Una vez echaron a un compañero y él fue a ver al jefe de personal y sin mediar palabra le pegó una trompada y lo desmayo. Era loco en serio. Un tipo absolutamente creyente de la ideología peronista; él hablaba todo el tiempo del peronismo, en casa había cuadritos de Perón (…) Hizo entrar mucha gente a trabajar en el Astillero, pero les decía, a cada uno: ‘Yo te hago entrar pero vos respondeme en el laburo porque sino yo personalmente te cago a trompadas’ (…)

Fue delegado de su sección, después entró a la comisión directiva; siempre en la lista Azul y Blanca de ATE. Y de esa época tengo una anécdota que lo pinta de cuerpo entero en su honestidad y estricto sentido de la justicia. En el verano, los fines de semana, nos íbamos al camping de ATE en Punta Lara. Se hacían sorteos, bailes, todo con la familia.

Una vez para la fiesta de Reyes, habían comprado para las nenas muñecas y para los varones unas pelotas de plástico y un compañero del gremio encargado de esas compras dice: ‘para la hija del secretario general le compramos una muñeca grande que camina y para el nene una pelota de cuero’ y mi viejo lo sacó arando. Le dijo: ‘¡Vos estás loco! Mis hijos no son mejores que los hijos de los compañeros, ya mismo la estás devolviendo’, a lo cual, yo que estaba presente y aquella muñeca era mi sueño, lo miraba como diciendo ‘¡Por favor, no…yo que nunca tuve una muñeca que caminara’; recién de grande pude darme cuenta de la importancia de ese gesto”.

Nunca hizo guita con el gremio ni se aprovechó del cargo para tener prebendas. Dice Mariela: “Nosotros vivíamos en una casilla de chapa de fibrocemento, que no estaba revestida, con piso de alisado, con un cocina precaria que no tenía agua. Así vivimos varios años, hasta que mis viejos lograron sacar un préstamo y compran una casa que terminó de pagar mi vieja muchos años después”.

Su incorruptible militancia gremial defendiendo al obrero le costó la vida. “Estuvo escapado varias veces, vivimos en Berisso, en un sótano en Berazategui, otro en Pilar. A él le ofrecieron irse a Suecia con toda la familia pero se quedó acá”. El mismo 24 de marzo de 1976, lo fueron a buscar. Se salvó porque estaba en Concordia, Entre Ríos. A su regreso de Concordia, va al encuentro de Horvath (secretario general y conductor de ATE a nivel nacional y lo increpa: “Se llevaron casi a 200 compañeros que vos mismo conocés desde hace años y no movés un dedo, hijo de puta”. Dicen que Horvath le contestó: “No podemos hacer nada y es mejor que te rajes porque confrontaste mucho con la Marina”.

A Sander se lo llevaron de su domicilio (Mitre 634. Ensenada) el 18 de junio de 1976 cuando milicos de civil lo levantaron –en un Torino blanco – en un raid de secuestros que terminó en cinco asesinatos. Al otro día su cuerpo sin vida apareció en el camino a Villa Elisa, La Plata. Amarrados los brazos con alambre, doce tiros en el cuerpo, tiro de gracia en la nuca.

Su compañero de trabajo y amigo (Ricardo Sadava) aporta su bocadillo: “El Loco tenía una visión política muy clara. Nosotros estuvimos en la cancha de Atlanta, cuando hablaron, Galimberti, Arrostito y cerró Firmenich. Me acuerdo que estábamos al lado de Marilina Ross. O sea que acompañábamos esa política, pero El Loco tenía la idea clara de no involucrarse orgánicamente desde adentro de la organización”.