Es vox populi (y ya hemos publicado bastante sobre el tema) que el sector agrupado en Consenso Federal terminó cerrando sus listas con sangre, sudor y muchas lágrimas. En La Plata hubo conventillo del peor, con cruces en las redes sociales, acusaciones graves y retórica grosera, de estilo cotolengo.

Tampoco en la provincia de Buenos Aires el diálogo fue republicanísimo. Al contrario: por su peso, sus mañas y sus fuertes vínculos con el oficialismo, el gastronómico Luis Barrionuevo tomó con su mano el lápiz que definió las listas y provocó un desaguisado de grandes proporciones.

En ese contexto el partido GEN, que lidera Margarita Stolbizer, se retiró de la contienda electoral y dio libertad de acción a sus militantes para que a nivel distrital sigan el camino que les parezca.

Pero la salida de Stolbizer dejó, parafraseando al ex futbolista de River Oscar Ahumada, un silencio atroz. Se dijo mucho y ella habló poco. Es su estilo, y también una maniobra de manual para que su desvinculación de Consenso Federal no embarre su figura.

Con el correr de las horas se supieron algunos detalles de lo que intramuros fue cocinándose y alejó al GEN. La tragedia de enredos podría resumirse con nombre y apellido : Luis Barrionuevo.

Los lavagnistas quedaron atrapados en un camino sin salida: sin el ex ministro conduciendo con el vigor que hace falta (en el plano político) y con ese rol ejercido (con rigor) por el hombre que instó a sus amigos a dejar de robar por dos años. Nada podía salir demasiado bien.

En ese berenjenal Luisito comenzó a alejar de los lugares expectantes a cualquier figura que pudiese quitarle votos al macrismo, sobre todo por los referentes de linaje radical. Stolbizer es, quizá, quien mejor podría ofrecerse como alternativa a María Eugenia Vidal: comparten rasgos, relato y estilos, y algo de electorado.

Mejor, dijo Luisito, pongamos peronistas o algo que se les parezca en la pole position, y de paso lo ayudamos a Mauricio. De última, ¿quién pone la plata que hace falta sino yo?

En ese marco Margarita optó por una decente retirada estratégica y liberó a sus militantes para que resuelvan como puedan las alianzas en cada distrito.

En La Plata Gastón Crespo es concejal y tiene mandato hasta 2021. Formó un monobloque luego de ser elegido por 1País hace dos años, junto a Virginia Rodríguez, reconocida representante del Frente Renovador, ahora en el Frente de Todos.

Pero otra ala del GEN, vinculada a Juan Cocino, titular de la Asociación del Personal Legislativo (APL) y ex diputado provincial, se acercó al Frente para el Cambio, ex Cambiemos.

Osvaldo Fracassi (de APL) , por ejemplo, acompaña la boleta del oficialismo como candidato a concejal en el 12° lugar.

Es un gesto, como el del ex concejal del GEN, y reconocido militante estudiantil en sus años de dirigente de Franja Morada, Leonardo Rocheteau, que es candidato a senador suplente.

También la ex presidenta del GEN La Plata Cristina Flores se postula en la boleta de Julio Garro ocupando el cuatro lugar en la categoría “Concejales Suplentes”.

Además, no puede soslayarse que ese sector del GEN tiene fluidos vínculos con “Los Turcos”, seña de identidad referida a dirigentes como El Turco Raul Cadaá y El Turco Claudio Frangul. Ese sector de la UCR dialoga con más fluidez con el PRO que sus correligionarios vinculados al Vicegobernador Daniel Salvador.

Esta tarde Leonardo Rocheteau se lo explicó a Info BLANCO SOBRE NEGRO de esta manera : “En el escenario electoral lo que está en juego es la República, y la gente va a elegir la democracia o la vuelta al pasado que tanto daño nos hizo a los platenses y a los bonaerenses”.

Por su parte, Gastón Crespo mantiene distancia entre oficialistas y opositores, a la espera de lo que vendrá luego de las elecciones generales.

Un objetivo los sigue vinculando: reconstruir el progresismo que Luisito dejó esparcido en diferentes campamentos, volver a caminar junto al Partido Socialista, y consolidar una fuerza socialdemócrata con perspectivas de poder para poner República y Justicia Social en el mismo sendero.