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Información General | 2 ago 2019

Informe por el Día del Niño

Denuncian que por el “impuesto rosa”, los juguetes “para nenas” son mucho más caros

El concepto de "impuesto rosa" nació en la década de 1990 en California, Estados Unidos, para evidenciar que los productos o servicios "orientados" a las mujeres son más caros respecto a sus equivalentes orientados a los hombres. En la previa del Día del Niño, la Defensoría del Pueblo bonaerense hizo un relevamiento y corroboró que esta práctica discriminatoria también se refleja en la venta de juguetes.


Según el informe elaborado por el Defensor del Pueblo Adjunto de la Provincia, Walter Martello, en la previa del Día del Niño, el sobreprecio que se paga actualmente por versiones femeninas de artículos infantiles supera, en algunos casos, el 100 por ciento. Hay ejemplos increíbles que evidencian diferencias de precios inexplicables.

“Para adquirir una bicicleta de color rosa hay que desembolsar 2250 pesos más respecto a lo que sale una versión cross de igual rodado”, señala el trabajo de Martello. Otros casos son más evidentes: el muñeco del “Minnie” cuesta 200 pesos más que el de “Mickey” a pesar que tienen el mismo tamaño.

“Las iniquidades de género aún atraviesan transversalmente a toda la sociedad, con fuertes implicancias económicas. La industria de los juguetes y de los videojuegos no son la excepción: muchos fabricantes aún no pueden superar la articulación binaria y la segregación basada en construcciones sociales asociadas arbitrariamente con el sexo biológico de niños y niñas. Se trata de mecanismos que, según advierten distintos organismos internacionales, fomentan la discriminación y naturalizan la idea de desigualdad”, advirtió el funcionario.

El concepto de “impuesto rosa” fue acuñado en Estados Unidos en la década del ’90 para evidenciar la existencia de un tributo “oculto” que encarece sin justificaciones los productos o servicios “orientados” a las mujeres.

De acuerdo a un informe elaborado en 2018 por la consultora Focus Market para CAME, una mujer paga en promedio casi un 14% más por los productos “orientados” a ellas mientras en simultáneo sus salarios son un 35% menores, en relación a los varones. Un ejemplo clásico son las maquinitas de afeitar en versión femenina que tienen un 47% de sobre precio respecto de la masculina.

El relevamiento de la Defensoría del Pueblo demuestra que el mismo fenómeno se da en los productos infantiles. “En jugueterías, y catálogos online de algunas de las principales tiendas e hipermercados del país, se puede visualizar el impacto de este gravamen encubierto. Ello se da en variados rubros: desde el marchandansid de la franquicia Disney y Marvel, hasta rodados, instrumentos musicales, artículos escolares y prendas deportivas”, advierte.

Colores y estereotipos

Por otra parte, el trabajo de Martello denuncia que gran parte de la industria sigue identificando los juguetes destinados a las niñas con el color rosa, mientras que aquellos dirigidos a los varones, por lo general, tienen una escala cromática donde predomina el azul.

“Resulta por demás llamativo que, en pleno siglo XXI, exista tan poca sutileza por parte de algunos fabricantes y diseñadores a la hora de lanzar productos al mercado que asocian determinados trabajos y/o funciones de acuerdo al sexo biológico. Para muestra, un botón. En casi todas las jugueterías que hemos relevado, se pudo observar, en lugares destacados de las estanterías, kits de limpieza y carritos de supermercados en miniatura, en cuyo packaging se resalta la figura de una niña”, señala.

Un informe elaborado por el centro de estudios de Economía Política Argentina (CEPA), en base a datos relevados en 2018, concluye que el 40% de los juguetes destinados a las niñas están vinculados a las tareas de cuidado, siendo la oferta de muñecos bebés (con todas sus variantes como accesorios para el baño, “aprender a hablar”, mamadera, etc.) la más repetida de todos los juguetes categorizados como “de mujer” o “de niña”.
“Ante este marco normativo, se necesita trabajar fuertemente en campañas de concientización. Debemos facilitar la identificación de los juguetes con áreas cognitivas, emocionales o de valores. ¿De qué forma? A través de juegos que fomenten el ingenio, el espíritu crítico; que estimulen la observación de la naturaleza, la educación ambiental y la sensibilización ante las problemáticas sociales”, remarcó Martello.

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