viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº -1962

Información General | 29 ago 2019

Ganó un juicio y deberán indemnizarlo

Vive al lado de un hotel alojamiento, hace diez años que no duerme por los ruidos y encima le tiran preservativos

Jorge Ruiz vive al lado de un albergue transitorio ubicado en Avenida 1 entre 61 y 62. Desde hace diez años que la vida en su casa se transformó en un verdadero infierno porque son constantes los ruidos provenientes de una habitación con la que comparte la pared medianera. También escucha las máquinas de lavados que son puestas funcionar en cualquier horario. Como si eso fuera poco, le llueven a su patio residuos como preservativos usados, envoltorios y latas de cerveza. Inició un juicio en 2014 y lo ganó. Los dueños del hotel se niegan a pagar la indemnización.


La justicia dispuso el pago de una indemnización de 700 mil pesos. El fallo ya fue ratificado en segunda instancia hace un año pero los dueños del albergue se niegan a cumplir con el resarcimiento.

“Esto viene desde el año 2008, con ruidos constantes de las máquinas de lavado de la ropa de cama del hotel y además tengo una habitación pegada a la mía. Se escuchan ruidos todos los días a cualquier hora”, aseguró Ruiz en entrevista con La Cielo – Fm 103.5. y advirtió: “Esto no afloja nunca, incluso los fines de semana y los feriados hay mayor actividad”.

Y agregó: “Lavan ropa a la madrugada. El hotel alojamiento tiene actividad las 24 horas del día. La cabecera de la cama de la habitación 22 comparte medianera con mi living y el baño está pegado a mi pieza”.

Como si eso fuera poco, el vecino además denuncia la constante caída de basura desde la terraza del hotel a su patio. “Encuentro sobres de preservativos, preservativos usados, paquetes de jabón, el nylon que usan para envolver las toallas, las cintas de papel que ponen en los inodoros, tapitas de cerveza, latas y otras cosas más”, detalló.

Y amplió: “Hay una terraza donde cuelgan la ropa. Evidentemente sacuden las sábanas con toda la mugre y así cae a mi casa”.

En un principio el vecino intentó hablar con los responsables del hotel para encontrar una solución. “Me levantaba de madrugada y tocaba la puerta para pedirles que paren con los ruidos. El personal siempre me atendió bien pero los dueños me insultaban”, precisó.

“Como no obtenía respuesta, llamé a la Municipalidad, vinieron dos agentes que corroboraron la situación y labraron un acta que consta en el expediente. Hice varias denuncias más pero nunca tuvo una respuesta por eso en 2014 inicié la demanda judicial”, concluyó.

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