La apacible voz de “Nina Ventre”, la joven platense (16) hija de la odontóloga Cecilia Capraro – que fue finalista del concurso “La Voz” -, hizo más ameno el ambiente. El sol que ingresaba por la ventana del Salón de Actos daba luz a las obras de marquetería en madera del odontólogo Bruno Matcovich.

Por unos instantes, en el edificio del Colegio de Odontólogos no pesaba en el aire el odorífero eugenol, sino que se respiraba el aroma de las pinturas, el vidrio, la madera y el café que se ofrece en la sede ubicada en calle 3 N°471.

La odontóloga, coordinadora y curadora de la muestra Valeria Piatti ultimaba detalles de luces para coronar un ambiente candoroso.

En la entrada, un cartel de bienvenida recordaba a los asistentes que el encuentro artístico estaba enmarcado en la celebración del “Día del Odontólogo”, al tiempo que los cuadros que colgaban de las paredes apenas constituían un ápice de las obras expuestas en el salón principal.

“Esta es la casa de todos. Cuando nos tocó hacernos cargo de la conducción pensamos en cómo hacer que los colegas circulen por los pasillos y las aulas del Colegio y lo sientan como propio. Para que una institución tenga vida hay que habitarla, recorrerla y conocerla. Hoy estamos en ese camino con este encuentro artístico”, declaró Natalia Weiler, presidente del Colegio, acompañada por su vicepresidente Nahuel Bustos.

Formados en un imaginario hemiciclo, los odontólogos artistas se entremezclaban con los espectadores en un encuentro íntimo, en la institución que gobierna la matrícula de los profesionales de la salud bucal.

Cuatro décadas más tarde de haber comenzado a transitar los pasillos del Colegio, el ex directivo Bruno Matcovich tiene la posibilidad de exponer sus obras. Mientras expone en el salón decorado por numerosas piezas artísticas declaró emocionado: “La técnica de la marquetería es el arte de pintar con madera. Consiste en ensamblar piezas cortadas y unirlas en una sola superficie. Paciencia y destreza manual es lo que tenemos los odontólogos y es lo que se requiere para esta actividad artística”.

En representación del Colegio de Odontólogos se encuentraban Natalia Weiler (Presidente), Nahuel Bustos (Vicepresidente), María Celeste Andino (Secretaria General), Sergio Montefiori (Tesorero), Marina Soriano (Directora de la Escuela de Postgrado), Guillermina Bauer (Responsable de la Subcomision de Aranceles), Marta Secreti (Responsable de la Comisión de Prevención y Promoción de la Salud), Bernabela Lamotta (Responsable de la Subcomisión de Habilitaciones y Rehabilitaciones, Verificaciones, Publicidad e Intrusismo), Marcelo David (Asesor Legal) y los consejeros Cristian Lombardo y Gladys Leiva, entre otras autoridades.

Mientras exhibía un cuadro de dibujo en blanco y negro realizado en papel ilustración con la técnica del puntillismo, Andrea Padrón aclaraba: “Los odontólogos que, además, incurrimos en el ámbito artístico somos odontoplásticos”.

Por su parte, Graciela Maggio, que se mostraba agradecida por el espacio para exponer sus obras fotográficas y pictóricas, aclaró: “La odontología tiene mucho de artesanal. Por eso, el arte y la profesión están muy relacionadas”.

Más allá de las paredes

En los pasillos que conectan las oficinas administrativas con las dependencias de la Escuela de Postgrado. También hay obras seleccionadas por la curadora, que imaginó la conexión de las piezas para que fueran una historia superior a la sumatoria de las obras individuales.

“En estos nuevos caminos que hemos empezado a andar nos encontramos con nuevos actores y se producen intercambios maravillosos dado que cada uno tiene sus sensibilidades y dones. Uno de los sueños era generar espacios de vinculación más allá de las paredes de los consultorios, los cursos y las formalidades”, resaltó Natalia Weiler, que agradeció especialmente a la curadora.

El éxito del encuentro, no sólo por la cantidad de las obras expuestas sino por el número de asistentes, motivó a la mesa directiva del Colegio de Odontólogos a anunciar que habrá continuidad en la organización de jornadas culturales.

Basil Hallward, el pintor descripto por Oscar Wilde en su novela “El retrato de Dorian Grey", devela la correspondencia existente entre el creador y su obra: “Todo retrato pintado con sentimiento es un retrato del artista, no del modelo. El modelo no es más que el accidente, la ocasión. No es él lo que el pintor revela; es más bien el pintor, que sobre la tela coloreada se revela a sí mismo”.

Y este domingo, en las obras de arte en vidrio de Andrea Bosi; en las pinturas al óleo sobre telas de Susana Artola, Flavia Berzo y Emiliano Barriga Stapich; en las piezas de mosaiquismo de Jimena Inda y Sofía Stacco; en las fotografías de Graciela Maggio; en los cuadros pintados en tiza pastel de Valeria Piatti; en la marquetería y en los dibujos en lápiz de Bruno Matcovich; en la técnica impresionista del puntillismo de Andrea Padrón; y en las obras de Stella Luengo se revelaron quienes eran realmente sus insignes creadores: odontólogos dotados de sensibilidad y destreza manual que los emplean tanto en la profesión como en las manifestaciones artísticas.

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