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Información General | 25 oct 2019

Revolución Industrial 4.0

Una nueva oportunidad para el desarrollo en Latinoamérica

Por Magalí de Diego – Agencia CTyS




Comenzó una nueva Revolución Industrial que cambiará el mundo que conocemos. Las ciudades, el campo, las calles, los hogares, las escuelas y los hospitales comienzan a ser modificados por la llamada Revolución 4.0, un proceso de digitalización y automatización que avanza en todo el Planeta. La región latinoamericana no se quiere quedar atrás y encara varios desafíos.

En Argentina -un país con fuerte tradición agrícola – el impacto de esta revolución en el campo se evidencia a partir de diversos desarrollos que giran en torno a la información satelital o prototipos de realidad aumentada. Así, se han gestado numerosas investigaciones que permiten conocer la humedad del suelo metro por metro; realizar un riego y una fertilización más efectiva y hasta producir “carne sintética” para reducir el impacto que produce el sistema ganadero en el medioambiente.

La Revolución 4.0 también está presente en las ciudades, espacios que poco a poco son intervenidos por estas nuevas tecnologías. En este contexto, en el año 2017, se inauguró oficialmente un Polo Tecnológico 4.0 en la Universidad Nacional de La Matanza, cuyos fundadores estiman, se puede desarrollar un “Silicon Valley” de Latinoamérica.

“No hay techo para lo que se puede lograr con el Polo Tecnológico. En algunos años, puede convertirse en un punto de referencia para la industria del software y para la industria 4.0 no solo de Argentina, sino también para toda Latinoamérica”, asegura su director, Osvaldo Spositto, a la Agencia CTyS-UNLaM.

Por su parte, el vicedecano del Departamento de Investigaciones Tecnológicas de la UNLaM Gabriel Blanco considera al Polo como “un imán” para las empresas y destaca el rol de la universidad pública como para que “se convierta en un socio estratégico para el sector privado”.

Las empresas instaladas en el Polo Tecnológico 4.0 de la Universidad Nacional de La Matanza han experimentado un crecimiento exponencial y se estima que este centro de 2.200 metros cuadrados estará funcionando a pleno en el año 2020, cuando más de 200 ingenieros y estudiantes de ingeniería se desempeñen allí en los turnos mañana, tarde y noche. Diversas universidades de Argentina analizan replicar este modelo, por lo que imaginar una transformación 4.0 para la región no es algo imposible.

Hacia un Silicon Valley en Latinoamérica

El Centro de Desarrollo e Investigaciones Tecnológicas (CeDIT), comúnmente conocido como Polo Tecnológico, cuenta con la participación de diversas empresas del área, las cuales ofrecen servicios destinados al sector petrolífero, agrícola, espacial, así como también al sistema de salud y de educación.

A título de ejemplo, Javier Lucio, CEO de Virtual Dreams, comenta los desarrollos tecnológicos en realidad mixta, realidad aumentada y realidad virtual aplicados a diversos sectores: “En una refinería, llevar a cabo un simulacro de explosión sería muy caro, pero, a partir de una simulación virtual, se reducen los costos y, además, permitiría que la gente pueda practicar sin quemarse o arriesgarse a accidentes”.

En torno al sector agrícola, Lucio detalla los proyectos que se están desarrollando para México con un sistema de realidad virtual que permite capacitar a las personas en el manejo de los agrotóxicos, en el sistema de evacuación y, hasta en cuestiones simples, como el manejo de una herramienta trilladora.

De forma semejante a lo que hace Tony Stark en la película de Iron man, Virtual Dreams desarrolló un sistema de realidad mixta en la que se pueden observar diversos indicadores “flotando en el aire” y con los cuales se puede interactuar para, por ejemplo, solicitar información de los mercados. Este sistema es útil para todo tipo de empresas, en especial, para aquellas dedicadas al sector financiero.

Si de películas y superhéroes se trata, también tienen en desarrollo un sistema semejante al que utiliza Batman en el film El caballero de la noche. “Con este dispositivo – explica el CEO – un ciego puede tener referencias sobre el entorno volumétrico, de forma semejante a los murciélagos; esto no solamente puede ser útil para gente ciega, sino también para generar sistema de visión en robots”.

A estas alturas, películas y robots mediante, alguien podría imaginar que este Polo Tecnológico 4.0 podría ser un futuro Skynet, pero lo cierto es que en este edificio ubicado dentro del campus de la Universidad Nacional de La Matanza se hacen desarrollos para todos los sectores, excepto para industria bélica.

Al momento de la inauguración oficial del Polo Tecnológico en 2017, el presidente Mauricio Macri se sorprendió al recorrer las diversas empresas y conocer a sus directivos y los desarrollos en marcha. "Lo más importante de estos espacios es que estamos enfocados hacia dónde va el trabajo del futuro, que tiene que ver con lo digital, con la tecnología, y los argentinos necesitamos ser parte de eso”, destacó el mandatario.

Por su parte, el candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, también visitó en junio pasado este Centro de Desarrollo e Investigaciones Tecnológicas (CeDIT) al que definió como “una fábrica de conocimiento y oportunidades de progreso para miles de jóvenes”.

Más allá de brindar servicios y facilitar tareas a empresas de diversas áreas, el Polo mantiene, además, un perfil social. La salud y la educación, por ejemplo, están dentro del ámbito de interés de la empresa Circo Studio, otra de las firmas instaladas allí. “No es lo mismo la industria 4.0 en Estados Unidos o en Europa, que acá en Sudamérica, por lo que tratamos de darle una mirada humanista, que genere un impacto en el entorno inmediato, para no olvidarnos del contexto”, asegura su director, Daniel Cundari.

“Por ejemplo, en el área de salud, especialistas del Hospital Haedo, ubicado a pocos kilómetros, nos traen tomografías de una rodilla rota por un accidente de tránsito y nosotros hacemos un modelo de dicha rodilla en impresión 3D, lo cual sirve para que los médicos hagan un cálculo preoperatorio en una mesa y estimen las medidas de todos los tornillos que necesitará el paciente”, relata Cundari. Con este tipo de tecnología –agrega el CEO- el procedimiento quirúrgico resulta significativamente más corto, al tiempo que se reducen los costos.

Según el director de Circo Studio, con el advenimiento del 5G, se va a abrir la posibilidad de que Internet esté en todas las cosas, por lo que destaca la importancia de “no olvidar el enfoque social de la ciencia y la tecnología”.

A partir de impresiones 3D, Circo Studio también realiza anteojos más baratos para los chicos que no pueden acceder a ellos. Respecto a la educación, esta empresa repartirá impresoras 3D en cada escuela pública del municipio de La Matanza, considerada la quinta provincia de Argentina por la cantidad de habitantes.

“A su vez, con esta impresora que les daremos, podrán crear otra impresora, porque también brindamos cursos a los docentes para que sepan manejarlas y producir sus propias piezas”, mencionó Cundari a la Agencia CTyS-UNLaM.
La Revolución toma fuerza en el campo

Hacia fines de los ’80, con la puesta en funcionamiento de los primeros satélites de observación de la Tierra, se instaló la promesa de que la información satelital iba a cambiar los paradigmas del sector agropecuario y de la gestión de recursos naturales. Este pronóstico se fue cumpliendo, pero con alguna dificultad dado los elevados costos que demanda la interpretación y procesamiento de esa información por parte de expertos en procesamiento de datos.

A pesar de estos inconvenientes, el potencial de la información satelital es inmenso. El lanzamiento del SAOCOM de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) tuvo un gran impacto en el sector agropecuario y, aunque ni siquiera en ese momento había producción de imágenes, llegaban consultas constantemente de personas que demandaban información porque sabían lo útil que iba a ser.

“Las potencialidades son infinitas, pero como los datos satelitales son muy pesados, sólo se aprovecha una pequeña parte del total. Para avanzar en esta área hay que tener tecnología que minimice la dependencia de un procesador de datos”, explica el Ingeniero Agrónomo Pablo Mercuri, quien se desempeña como Director del Centro de Investigación de Recursos Naturales de INTA Castelar.

Mercuri señala que, en países donde hay tanto para hacer en materia de planificación territorial, es enorme la aplicación de la información satelital y del desarrollo de tecnologías 4.0. “Sólo hay que pensar en la cantidad de veces que un mismo terreno, sumamente poblado, se ha inundado. Quizás si esta información se hubiese tenido antes de la expansión urbana en esa área, la realidad sería distinta y tendríamos mucho menos gasto en manejo de crisis climáticas”, ejemplifica.

Según el investigador, los datos satelitales ofrecen información vital tanto para el sector público como al privado. Por ejemplo, al mapear un campo y detectar a dónde están las malezas se puede mejorar la distribución de un herbicida para aplicar sólo en zonas donde efectivamente sea necesario, y así mejorar el respeto por el ambiente y, por otro lado, reducir mucho el gasto de productos”.

En el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) varios equipos trabajan con información satelital en diversos proyectos institucionales que, por ejemplo, hacen estimaciones agrícolas o mapeos del suelo para saber cuánto hay sembrado de cada cultivo, cuál es el impacto de cambios en el uso y cobertura del suelo, además de obtener cifras de desmontes, forestación y pasturas.

También se trabaja en proyectos de riesgo o emergencias agropecuarias para detectar zonas vulnerables ante inundaciones o incendios o para evaluar cuestiones antrópicas de desastres causados por la intervención del hombre.

“Todos estos datos son muy escasos en la región latinoamericana y tienen un valor altísimo para productores grandes y medianos, que pueden trabajarlos por su cuenta, o para pequeños productores que acceden a esta información mediante otros organismos”, remarca Mercuri.

Diego Gauna, Coordinador del Área de Prospectiva del Centro de Investigación en Economía y Prospectiva de INTA, destaca la “gran evolución” de la agricultura y ganadería argentina, especialmente en herramientas de precisión para desarrollar nuevas prácticas agropecuarias a partir del uso de información satelital y de desarrollos 4.0.

“El agro argentino – apunta el investigador – siempre ha sido muy innovador y en esta nueva etapa tenemos que apuntar a la convergencia de las ciencias biológicas, físicas y digitales para que el campo utilice toda esta información en pos de lograr un agro 4.0, al alcance del productor”.

A su vez, Gauna comenta la potencial importancia que pueden tener estos desarrollos para contrarrestar la llamada “huella ambiental” o, en otras palabras, el impacto de la actividad humana en el planeta Tierra. “Por ejemplo, en el caso de que las estimaciones sobre el desarrollo de carne sintética se cumplan, se evitaría la utilización de los famosos 15.000 litros de agua que se precisan para producir solamente un kilo de carne y, por otro lado, se reduciría increíblemente la matanza de animales ya que se genera a partir de células madre”.

Pero, como señala el investigador, todos estos beneficios se podrán comprobar recién cuando el producto esté inserto en el mercado: “Hay casos, como el de Beeflow, una AgTech que triunfó en Estados Unidos por aumentar el 90 % el nivel de producción de kiwis, al mejorar el rendimiento de ‘abejas inteligentes’ que polinizaban las plantas, pero, en muchos otros casos todavía queda mucho por hacer en materia 4.0”.

La tecnología y algunos interrogantes a futuro

Los especialistas consultados coinciden en que esta cuarta Revolución Industrial genera un cambio de paradigma a nivel mundial, sobre todo, por el creciente desarrollo de herramientas con inteligencia artificial, realidad virtual, Big Data y Machine Learning. Pero, como en todo momento de cambio y transición, también surgen cuestionamientos hacia la nueva tecnología.

Por un lado, los defensores de los avances tecnológicos hacen hincapié en cómo la tecnología 4.0 facilita la toma de decisiones estratégicas en cualquier ámbito de la vida. Por el otro, hay voces críticas que alertan sobre los dilemas éticos y morales que pueden presentarse ante el avance de las máquinas y la automatización del trabajo humano.

Por ejemplo, en una charla debate organizada por el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) y el INTA, el profesor Kevin LaGrandeur señala que cada vez hay menos habilidades humanas capaces de ser realizadas de un modo más eficiente y económico que las ejecutadas por las máquinas.

Por su parte, el responsable de la plataforma global de datos e Inteligencia Artificial de Microsoft Argentina, Federico Marty, aclara que “las máquinas por sí solas no saben nada. Aprenden lo que el humano le enseña y, gracias a eso, van entendiendo comportamientos para predecir inconvenientes o necesidades que facilitan el proceso de toma de decisiones”.

A su vez, agrega que el conocimiento y la experiencia de quienes manejan estos desarrollos desde hace tiempo no tienen por qué ser reemplazados, sino que se crean para acompañar el proceso y facilitar la ejecución de las tareas.

Estos planteos entre intelectuales y tecnólogos invitan a repensar cuál es el rumbo que deberá tomar la tecnología en la región, pero si hay algo de lo que no hay duda es que la maquinaria de innovación y desarrollo en Latinoamérica ya está en marcha y el Polo Científico de la UNLaM es prueba de ello.

Cada vez son más las universidades del país que barajan la posibilidad de replicar este modelo que fue destacado con el Premio LaTinatec de Innovación Educativa, concedido por el Foro de Empresarios y Líderes en Tecnologías de la Información en la ciudad de La Habana, Cuba. Además, ese mismo año, también, fue galardonado con el Premio Sadosky en el rubro Calidad e Innovación Educativa por la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de la República Argentina (CESSI).

Si este modelo, que comenzó a dar sus primeros pasos en la Universidad de La Matanza, fuese replicado por otras universidades de la región, Latinoamérica tendría una gran oportunidad para afrontar los desafíos que traerá la llegada del 4.0.

“Link a nota: http://www.ctys.com.ar/index.php?idPage=20&idArticulo=3877



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