(La Plata, febrero de 1977. Con el mismo vigor y dedicación con que atiende a sus pacientes, a los 37 años, Norma Estela Campano está recién separada, juega al tenis y milita políticamente con otros compañeros que añoran un Estado de Derecho donde impere la justicia social, la libertad y el trabajo. En un contexto político, social y económico convulsionado por la implementación de políticas liberales, los militares de turno – que usurparon el poder por cuarta vez desde 1930- suman diariamente a más víctimas del sistema económico y político. El gobierno militar local quiere cero similitudes con su par uruguayo respeto al trato y movimiento de los prisioneros que están a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Allá, según los militares argentinos, los tupamaros detenidos rotan continuamente en las cárceles clandestinas y siguen teniendo presencia política en la vida del país. Por ello, Jorge Rafael Videla, Orlando Ramón Agosti y Emilio Massera deciden implementar los funestos y lúgubres planes de desapariciones forzadas de personas. En ese marco persecutorio, la vida de Norma Campano tiene las horas contadas y el desmembramiento familiar está a la vuelta de la esquina. El 23 de febrero de 1977, el torno dental del consultorio ubicado en calle 33 entre 24 y 25 se apaga definitivamente, y con él la vida de Norma. Ese día, un operativo militar ingresó al lugar y secuestró a Norma y a su hermano Pedro Simón; a Elena de la Cuadra y a su esposo, Héctor Barati; a Eduardo Roberto Bonín y a Humberto Fraccaroli).

Este viernes, 42 años después del secuestro que enlutó a la familia Campano, sus sobrinos directos se volvieron a encontrar en el Colegio de Odontólogos, y mediante algunos testimonios de aquellos que la conocieron reconstruyeron apenas un ápice de la extensa biografía de Norma Estela Campano.

El acto reparatorio

En las últimas horas, el Colegio de Odontólogos, a través de la Subcomisión de Aranceles a cargo de Guillermina Bauer, rindió homenaje a la matriculada desaparecida en 1977.

El acto comenzó a las 10 en el Salón Principal de la institución ubicada en calle 3 N° 471 con las palabras de bienvenida de Bauer, que estaba acompañada por Natalia Weiler (Presidente), Nahuel Bustos (Vicepresidente), María Celeste Andino (Secretaria General) y Sergio Montefiori (Tesorero).

Minutos más tarde, Marcela y Daniel Campano, sobrinos de Norma y de Pedro Simón, recordaron a su tía desaparecida en el operativo de 1977.

Marcela, hija de Leopoldo Campano, contó que su padre murió a los 63 años pensando que no había podido hacer mucho para ayudar a su familia: “Mi papá era policía bonaerense en la Comisaría Cuarta. Cuando se enteró de que habían detenido a mis tíos se fue hasta la Seccional Quinta. Pedro Simón, también, había pertenecido a la fuerza policial. Allí, mi padre los cargó en su auto y se los llevó hasta la dependencia donde él trabajaba, pensando que así los podía cuidar”.

Daniel, que actualmente reside en Pinamar y milita en el tema derechos humanos, detalló que esa misma noche un operativo comando militar ingresó a la Comisaría Cuarta y se llevó para siempre a sus tíos: “A mi tío Leonardo, le dieron 24 horas para que desapareciera del país. Siempre recuerdo las discusiones familiares por temas políticos”.

Nahuel Bustos, vicepresidente del Colegio de Odontólogos, fue el encargado de preludiar el descubrimiento de la placa recordatoria con un emotivo discurso evocativo de la necesidad de Memoria, Verdad y Justicia.

La secretaria general María Celeste Andino, por su parte, leyó a los presentes la Resolución 29/2019 del Colegio de Odontólogos, que permitió la concreción del acto homenaje y la reparación del legajo, el cual a partir de ahora tendrá la leyenda: “detenida desaparecida o asesinada”.

Néstor Campano, uno de los familiares que más colaboró con la organización del evento, destacó el acto reparatorio: “Hoy, de los ochos hermanos que tenía Norma quedan solamente dos vivos: uno reside en La Plata y el otro en España. A todos nosotros nos sorprendió este lindo gesto del Colegio de Odontólogos, por ello participó gran parte de nuestra familia”.

Asimismo, Guillermina Bauer consideró que el Colegio de Odontólogos no puede permanecer al margen de la búsqueda de la Justicia y la Verdad: “En el legajo de la profesional figuraba que estaba dada de baja por un familiar. En realidad, el trámite lo había realizado su hermano que vive actualmente en España luego de que ella desapareciera. Ahora, figurará la leyenda desaparecida”.

En el homenaje, que se extendió por dos horas, estuvieron presentes Marina Soriano, directora de la Escuela de Postgrado; la Pro Secretaria de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de La Plata, Verónica Cruz; Horacio Compte, consejero electo del Colegio de Odontólogos – Distrito ll-; y Gastón Borrillo, secretario de Recursos Humanos de la Facultad de Odontología de la UNLP.