sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº -1963

Información General | 16 nov 2019

Entrevista al antropólogo Fernando Pepe

Golpe en Bolivia: “Las iglesias evangélicas son financiadas por el capitalismo más conservador”

El antropólogo y coordinador del Colectivo GUIAS, Fernando Pepe, habló con Info BLANCO SOBRE NEGRO sobre el Golpe de Estado en Bolivia y la fuerte cuota de racismo que se evidencia en los sectores que destituyeron al presidente Evo Morales. “Unos pocos que se quedan con todo y lo justifican desde lo cultural, lo religioso, la ropa y las costumbres. Son sólo excusas inventadas para dividir y así poder ejercer un control contra el pueblo”, aseguró.




- ¿Por qué está tan presente el racismo en este conflicto?

La antropología enseña que el racismo se inicia en 1492 con la llegada del europeo que inventa esa categoría para dividirnos, dominarnos y humillarnos como seres humanos. Para poder dominar necesitan humillar y así también justifican la expoliación y el genocidio: somos menos que ellos, casi no humanos, inferiores y salvajes. Toda una ficción sociológica que tiene efectos tan profundos que llegan hasta hoy día. Fue una de sus armas psicológicas más fuertes, más fuerte que el alcohol, las enfermedades infecto contagiosas y las armas mismas ya que el racializado se vuelve contra sí mismo y aspira a blanquearse, ya no en su piel pero si en sus hábitos, gustos y elecciones. Alienados terminan votando a sus opresores. Es un arma muy eficaz.

- ¿Que significa la whipala como símbolo y qué genera que los golpistas la hayan quemado?

La whipala es ancestral, preexistente a los estados nacionales y tiene una fuerte raíz en el pueblo aymara que la considera símbolo de resistencia también.

La quema fue una clara provocación para perturbar más aun la paz rota por el golpe. Provocan para que el pueblo reaccione y así justificar el genocidio que necesitan para retrotraer al pueblo al pasado ignominioso.

- ¿Cuál es la relación actual de los pueblos originarios con la Iglesia?

No es uniforme. Por un lado el Papa llama a proteger a los pueblos del amazonia y por el otro se ven amenazados por los avances de las iglesias evangélicas. Entonces se vuelven más conservadores, buscan no quedar afuera del golpe militar para que no ocupen su lugar los evangélicos, lo que los deja en una posición muy mala en Bolivia.

- ¿Es normal que los pueblos originarios alcen la voz en movilizaciones masivas o es un dato novedoso?

Las movilizaciones masivas son las que llevaron al Evo Morales al poder, el pueblo entero se movilizó en lo que se llamó la ‘guerra del agua’ que cambio la correlación de fuerzas a su favor durante casi 15 años y fue también la que frenó la división de Bolivia por los golpistas en el pasado reciente. Es también la clave de la resistencia actual pero no alcanza contra las balas golpistas. Sin apoyo internacional será muy difícil recuperarse.

- ¿Por qué los evangelistas son tan reaccionarios contra los pueblos originarios?

Las iglesias evangélicas, está estudiado, vienen financiadas por el capitalismo más conservador y plantean un retroceso en los derechos humanos de las minorías sexuales y culturales que en definitiva son la mayoría del pueblo. Imponen el machismo patriarcal como modelo hegemónico que implica la sumisión de la mitad de la población que son las mujeres y luego sobre el otro diferente. Es terriblemente funcional al capitalismo imperante y plantean un gran problema a resolver. Volverlos democráticos es la tarea ardua que nos debemos dar para frenar su avance implacable.

- ¿Hay problemas de este tipo en Argentina?

Si, claramente. Se puede mencionar la estrategia de Durán Barba fue radicalizar su discurso contra el aborto legal y militar en contra de los derechos de las mujeres nucleando a los evangelistas tras consignas retrogradas, logrando incluso que sean algunas mujeres las que levanten banderas en contra de la libertad de elegir sobre su cuerpo.

También los colectivos de diversidad sexual han sufrido su ataque. Pero todavía no se han transformado, como en Brasil por ejemplo, en una fuerza política de importancia. Pero hay que prestar atención ya que es el camino que se han trazado para Argentina, la lucha contra la ley fue un puntapié inicial.

- Estuviste en Bolivia antes y después de Evo, ¿qué cambios pudiste notar?

Casi todo. En Bolivia no había nada. Solo 600 kilómetros de ruta, no había luz en casi ningún lugar fuera de las ciudades principales, todo estaba en manos privadas sin acceso para el pueblo. Ni el agua podían pagar las comunidades.

La primera vez nosotros viajamos en apoyo de los mineros que habían sufrido una masacre en las famosas minas de Potosí, la Navidad de 1996. Salimos en enero y pudimos acompañarlos durante dos meses. Nos marcó para siempre. Ninguno de los que viajamos dejó de enamorarse de Bolivia y sus pueblos por su fuerza, dulzura y resistencia ancestral. Volvimos muy conmovidos.

Volví en 2015, fui por un tema de salud a las aguas termales de Potosí, a Ojo del Inca, y me encontré con otra Bolivia moderna, inclusiva y orgullosa.

Todo había cambiado para bien. Sería muy largo enumerar los logros del MAS. Ver a los jóvenes y saber que se les habría un futuro mejor que el de sus padres que tanto lucharon nos llenó de alegría. Hoy transformada en la esperanza de que pueden vencer al odio del golpe y volver a la senda de la paz.

¿Qué pensás que pesa más en este conflicto, lo económico o lo cultural?

Unos pocos que se quedan con todo y que lo justifican desde lo cultural, lo religioso, la ropa y las costumbres. Son solo excusas inventadas para dividir y así poder ejercer un control contra el pueblo. El litio pesa mucho en las nuevas políticas energéticas y eso inclinó la balanza contra el presidente Evo Morales Ayma.

Así como en 2015 volví de Bolivia con mucha fuerza, sabemos que el pueblo finalmente vencerá, curará las heridas y podrá vivir en paz. Pero ahora tenemos que resistir al golpe para que no se lleve a cabo un nuevo genocidio, eso es lo que urge. Eso es lo que nos desvela. Hay que unirse para frenarlo.



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