Es expresar una verdad de Perogrullo aseverar que los farmacéuticos están en condiciones de intervenir en la elaboración de varios productos químicos y/o medicamentos. por esa razón le piden a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) que los deje intermediar en la elaboración del aceite de cannabis, producto utilizado en nuestro país para tratar las epilepsias refractarias y otras patologías.

“Nuestra formación académica nos habilita a preparar cualquier medicamento. De hecho, elaboramos el jarabe de morfina, pero no podemos intervenir en el cannabis porque está prohibido el cultivo, el uso y la comercialización”, declaró a Info BLANCO SOBRE NEGRO Claudia Slezack, vicepresidenta del Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires.

¿Cuál es la participación que tienen los farmacéuticos en la dispensa del cannabis medicinal?

El único caso en que se habilita la importación del cannabis es para pacientes diagnosticados con epilepsia refractaria. Nosotros actuamos como intermediarios para colaborar con el paciente porque si no debe pagarle a un gestor.

¿Es complejo el trámite?

Demanda tiempo y recursos porque la aprobación se realiza por internet. Luego de que el paciente entregó la documentación y la ANMAT la autorizó se debe buscar un importador que traiga el producto.

¿Por qué deberían tener una mayor participación ustedes?

El mayor problema actual es el mercado ilegal. Hoy te venden aceite de oliva a $3000 en vez de aceite de cannabis: 9 de cada 10 casos analizados por el Colegio de Farmacéuticos son aceite de oliva puro. Están jugando con la vida de los pacientes. Tal vez tengan la buena voluntad de producir el producto, pero no conocen con precisión los métodos de extracción y de preparados. Hay distintos cannabinoides y no todos sirven.

¿Ustedes se han reunido con la ANMAT?

Sí, en reiteradas oportunidades. Nosotros queremos que se legalice y que pase a incluirse en la lista de medicamentos permitidos con restricciones. Podríamos producirlo sin problemas porque tenemos el conocimiento pertinente. Sólo queremos asegurarle al paciente que acceda a un medicamento de calidad.

¿Hay muchos casos en la Provincia que requieran el producto? ¿Dónde lo compran?

Están importando principalmente de Estados Unidos el llamado “aceite de Charlotte”. Allá, el aceite de cannabis no está catalogado como medicamento sino como producto dietario. Respecto a la cantidad, hasta hace poco IOMA tenía 43 casos registrados. Nuestra intervención, también, les ahorraría dinero a las obras sociales porque si vos importas un frasco o 20 es el mismo costo.

Los psicotrópicos, frutos de la crisis

Claudia Slezack desde el 2017 es vicepresidenta del Colegio ubicado en calle 5 entre 51 y 53. En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO se queja de la baja rentabilidad de las farmacias y desmitifica la idea de las ganancias suculentas: “Nosotros no somos formadores de precios. No podemos trasladarle el costo de la inflación a los pacientes porque el precio de cada medicamento está prefijado en un sistema al que debemos ingresar para validar”.

¿Cuáles son los problemas más acuciantes de los profesionales que representas?

En la actualidad tenemos cerca de 8 mil matriculados. El principal problema es la actualización de los honorarios, que están atrasados por la inflación, y la situación depende de un decreto de la gobernadora María Eugenia Vidal.

Además, las farmacias fundamentalmente están vinculadas al Estado, ya que los convenios más importantes los tienen con las obras sociales estatales como IOMA, PAMI y el PROFE. Este último es un programa de medicamentos que tienen los beneficiarios de las pensiones no contributivas y el Estado Nacional no está pagando la cápita correspondiente. La deuda es millonaria y estamos haciendo muchos esfuerzos para no cortarles el servicio a esos pacientes sin recursos.

¿Cayó la venta de medicamentos en estos últimos cuatro años?

Sí, está cayendo en cantidad de unidades vendidas cerca de un 10 por ciento. Muchas veces no se refleja en el monto total debido a la inflación. Por el otro lado, aumentó la prescripción de psicotrópicos y estupefacientes. Las crisis reducen la calidad de vida de los pacientes porque no pueden comprarse los medicamentos y los toman salteados.

El negocio de Farmaciashopping

En la provincia de Buenos Aires es archiconocido el caso de la cadena Farmacity, que intentó por diversas vías desembarcar en el territorio bonaerense como un grupo económico que ofrece medicamentos y productos varios, sustituyendo la concepción sanitaria por la comercial. Sin embargo, la normativa provincial no avala la figura de sociedades anónimas en las farmacias: “La ley dice que la propiedad de la farmacia es del profesional y no de los grupos económicos”, sostiene Claudia.

Ustedes alertan sobre la relación entre el modelo de negocio de las farmashopping y las carreras terciarias.

El modelo de Farmacity es de muchos productos y pocos medicamentos. Para los farmacéuticos la prioridad es el paciente y el acceso al medicamento. Estos grupos económicos necesitan muchos profesionales porque están abierto las 24 horas.

La Universidad no prepara profesionales en pocos años. Entonces, se han abierto carreras terciarias donde los capacitan en preparados. Luego, las mismas universidades les reconocen materias y al poco tiempo egresan como farmacéuticos. Es más, estos grupos empresarios les permiten a sus empleados que cursen en estas instituciones. De esta manera, se cierra el negocio con graduación rápida y barata.

(NdR: El artículo 14 de la ley 10606 establece que las farmacias son de los profesionales farmacéuticos; o bien de sociedades en comandita simple formadas entre profesionales habilitados para el ejercicio de la farmacia; o de sociedades colectivas o sociedades de responsabilidad limitada).