1- Las actividades llevadas a cabo en el 1° aniversario de la tragedia sucedida en la ciudad de La Plata los días 2 y 3 de abril fueron absolutamente multitudinarias y en su masividad lograron romper toda una serie de manipulaciones oficiales destinadas a vaciar los actos de conmemoración organizados por Familiares de víctimas y la Asamblea de asambleas barriales.

El silencio oficial, que siguió a esta impresionante manifestación de más de 15 mil personas, es una muestra de la perplejidad pasmosa que rodea a los sectores del poder, los que, durante todo este año trabajaron fuertemente para desarmar las movilizaciones usando todos los métodos de coptación económica, hipocresía, dádiva, demagogia clientelista, propaganda, aprietes, etc.etc.

En este sentido entendemos que este 2 de abril de 2014, representa un enorme éxito de la conciencia popular del pueblo platense y de nuestra lucha como asambleas representativas de los intereses de los inundados y de familiares de las víctimas.

2°- La masividad conseguida este 2 de abril, forma también parte de un logro del pueblo y los vecinos de La Plata, ya que implica que nunca el pueblo platense se dejó convencer por la campaña oficial sobre que la catástrofe respondió “a la fatalidad de una lluvia excepcional”.

El pueblo platense se movilizó por miles, entendiendo, que detrás de esta catástrofe que hundió a nuestra ciudad y sus barrios en la desolación y la pobreza, existen responsables concretos de carne, hueso y abultadas billeteras.

No fue, en este primer año, una conmemoración común destinada al recuerdo de una fecha negra en nuestra historia; fue, por el contrario, una marcha que expresó la voluntad de una ciudad entera de manifestarse por justicia, por verdad, por obras, por juicios penales a los responsables de semejante calamidad social.

Y no podía ser de otro modo, dado que las consecuencias de la catástrofe del 2 y 3 abril del año pasado suponen una continuidad hasta la actualidad en cuanto al empobrecimiento que representó el perderlo todo y aun estar luchando para reponer lo perdido.

3°- Los vecinos organizados en asambleas y el pueblo platense en general han ganado una batalla desde el punto de vista cultural, social y político.

En La Plata, los gobiernos nacional, provincial, municipal (Cristina, Scioli y Bruera) como siempre, apelaron a los justificativos de la “fatalidad climática y la poca o nula capacidad de actuación frente a una tormenta excepcional como la que se registró ese día 2 de abril”.

Muchas veces ha sucedido lo contrario, de lo que pasa en La Plata: los damnificados recurren a las autoridades por ayuda oficial lo que los hace presa del clientelismo político que termina beneficiando a los inundadores oficiales. La ayuda gubernamental de un colchón o un bidón de agua es una migaja en medio del negociado inmobiliario, verdadero responsable de las inundaciones, que mueve millones y les permite jugar a que asisten a las víctimas.

En La Plata esta maniobra fracasó de manera rotunda, la conciencia popular identificó a los responsables y su arsenal de mentiras desde el primer día.

El pueblo organizó sus reclamos y juntó solidaridad para los más afectados, repudió los intentos de coptación y clientelismo que el oficialismo realizó a través de las donaciones (la cámpora y unidos y organizados), se movilizó en contra del poder político. Realizo balances y evaluó técnicamente las razones de la tragedia.

Además, cuestionó como falsas todas las cifras de víctimas mortales elaboradas por el gobierno provincial y municipal. Es decir, que de conjunto, desmontó una enorme campaña publicitaria en contra de los afectados y a favor de los que se benefician con el negocio de inundar la ciudad.

4- Esta misma conciencia popular fue la creadora de los organismos asamblearios que le dieron cuerpo a las peticiones y reivindicaciones populares.

Fueron estas formas organizativas las que mantuvieron esta gran batalla de elaboración técnica, social, política y legal para demostrar que la responsabilidad se acumula en una red de complicidades y negociados, y las que, finalmente, provocaron un resquebrajamiento en los aparatos del Estado, fundamentalmente el de la justicia, para que la verdad sobre la víctimas comenzará a ser investigada.

La reivindicación de memoria, verdad y justicia comenzó a las pocas horas del desastre que hundió a nuestra ciudad de la mano del método de la movilización y la solidaridad y con la urgencia que imponía la tragedia se elaboró un petitorio de 8 puntos, tan ajustado a la realidad en la argumentación de sus peticiones, que se transformó en programa de lucha con lo que se logró canalizar el conjunto de reclamos que venían desde los barrios y del propio casco céntrico, convirtiéndose en el catalizador que en su contundencia, logró triunfar contra toda la parafernalia oficialista que invirtió de millones de pesos que destinados a convencer al pueblo platense sobre la inocencia de los responsables políticos y de los funcionarios actuantes.

5- Durante los meses subsiguiente las asambleas y los familiares de víctimas organizados en común vinieron denunciando las razones de la inundación Fue una enorme lucha contrahegemonica popular, la de un pequeño David que sacó voluntad de sus flaquezas, de sus perdidas, de sus muertos y heridos para enfrentar al poderoso Goliat corporativo y forrado en billetes y publicidad.

Es la lucha del oprimido que aun a pesar de haberlo perdido todo, finalmente pudo vencer en un plano que le resulta siempre desigual a los intereses populares: ganar a la opinión pública al entendimiento de que la tragedia en nuestra ciudad es producto de la irracionalidad del los códigos de construcción acordados; de la falta de obras producto de la desidia, de la corrupción y de la mentira. Lejos de estas cuestiones están las explicaciones mentirosas e interesadas en conservar el negocio de que el 2 de abril de 2013 es una fatalidad sin remedio o un accidente climático.

6- Pero La Plata no es sólo la ciudad de la inundación, es la ciudad donde vivió y desapareció en dos oportunidades Julio López, la última y definitiva en democracia, de Miguel Bru, de Sandra Ganbóa y de otras decenas de casos de gatillo fácil y desapariciones.

La Plata es la ciudad donde se manipularon los cuerpos en “el pozo de Arana”, en “la cacha”, en las comisarias y regimientos, desde 1976. Una ciudad cubierta de tragedia en el pasado y que en este 2 de abril nos vuelve a golpear la cara con una realidad que se creía definitivamente erradicada.

La lucha de las Asambleas y los Familiares dio vuelta esta situación.
Como entender sino la lista de víctimas, cerrada por el sciolismo y el bruerismo en abril de 2013, que se ha demostrado completamente falsa por las investigaciones que viene realizando el juez Arias.

Ahora, son 89 los vecinos muertos y esta es una cuenta provisoria pero que alcanza para desmentir al gobernador Scioli y a su ministro Ricardo Casal que declararon 51 victimas fatales.

El ocultamiento de los muertos tenía un claro objetivo electoral, dimensionar la tragedia como menor a lo que realmente fue, minimizándola por la búsqueda de votos que finalmente no llegaron. Lo electoral pudo más que la verdad, esta es la psicología de los mandantes lo que expresa el único motivo de su preocupaciones.

El 2 de abril en plaza Moreno y San Martín estuvo presente este reclamo. Junto a los inundados estuvieron presentes nuestros desaparecidos, la denuncia de todos estos factores de poder que crecen entre las sombras, los procedimientos irregulares y macabros. También esto fue producto de la lucha de asambleas y de los familiares.

Tenemos muchos motivos para sentirnos orgullosos de la masiva actividad realizada el 2 de abril pasado, tuvimos que superar muchas diferencias entre las diversas asambleas y coordinadoras, y también tenemos la conciencia de la responsabilidad que esto nos impone. Seguimos adelante de forma unida, como lo vinimos haciendo durante todo este año, privilegiando el trabajo colectivo, de forma organizada y autoconvocada. Agradecemos a todos los vecinos que en este sentido se vienen manifestando y estuvieron con su presencia participando de la jornada y de la multitudinaria marcha el día 2.

Viva la lucha de los inundados platenses, que es una escuela de lucha para el resto de pueblos inundados de nuestro país.

Viva la masiva movilización a un año de la tragedia evitable que devastó la ciudad de La Plata.

Vivan las asambleas populares y los familiares de las víctimas, que pudieron expresar su dolor en medio de un reclamo colectivo que nos une a todos.

Castigo a los responsables.