Por: Martín Mazzoleni
Entre bombos y trompetas, más de 300 jóvenes pertenecientes a distintas agrupaciones políticas recordaron a los jóvenes secuestrados y desaparecidos 37 años atrás. El acto, que tuvo lugar en el anexo del Senado, contó con la palabra de una sobreviviente de aquella fatídica noche, Emilce Moler, del nieto restituido y diputado nacional Horacio Pietragalla, de estudiantes pertenecientes a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y de la candidata a concejal y decana de la facultad de periodismo, Florencia Saintout.

El clima festivo no se vio opacado por la lluvia. Las señoriales galerías fueron el soporte de banderas coloridas y el piso de parquet se vio inundado de zapatillas de lona. El silencio habitual dejó paso a los estruendos de bombos y platillos que no confluían en un único ritmo. El himno se cantó a capela, acompañado con los dedos en V, y no faltaron las canciones de cancha dedicadas a Néstor y a Cristina.

Las primeras palabras fueron pronunciadas por Emilce Moler, militante de las UES, secuestrada a los 17 años y torturada en el Pozo de Banfield. Una sobreviviente de la Noche de los Lápices. “Hoy podemos recordar a los compañeros desaparecidos sabiendo que los principales responsables están presos”, destacó la, ahora, profesora de matemáticas. Además, Emilce resaltó la importancia de que “los jóvenes puedan votar desde los 16” y llamó a “disfrutar los derechos obtenidos y defenderlos todos los días”.

Luego, llegó el turno del diputado nacional Horacio Pietragalla Corti que dijo: “Este proyecto se construye con la juventud a diferencia de otros que buscan criminalizarla”. El hijo de desaparecidos consideró que los 10 años que este gobierno llevaba conduciendo el país era “muy poco tiempo” y recalcó: “Necesitamos defender este modelo para que dure 30 ó 40 años más”. Antes de finalizar, advirtió: “Vienen por todo y habrá que resistir”.

“Borom bom bom, borom bom bom los secundarios son de Perón”, ahora sí las voces cantaron al unísono. Un estudiante secundario tomó el micrófono. “Ellos lucharon por el país por el que nosotros estamos luchando”, exclamó Bruno antes de recordar el bombardeo a Plaza de Mayo que ocurrió un día 16 también, pero de junio de 1955. “El enemigo es el mismo de siempre: el imperialismo” afirmó con tono enérgico y la tribuna se vino abajo. “Antes eran los militares, hoy son las corporaciones”, concluyó el secretario de cultura de la UES.

En su momento, Florencia Ojeda del Movimiento Evita recapituló algunas medidas de este gobierno. “Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo…”, clamaron los oyentes. “A este gobierno lo bancamos por un montón de cosas, por la asignación universal, por el 6% del PBI para la educación, por el Plan Conectar Igualdad, por las escuelas y universidades que se construyeron”, enumeró Florencia.

Ya finalizando la manifestación, le tocó el turno al Secretario General de la UES. “Somos más revolucionarios que la izquierda porque la lluvia los paró”, chicaneó Jerónimo Larsen. “Basta del mito de los estudiantes que desaparecieron por un boleto, ellos eran militantes por una patria más justa y soberana”, expresó el líder de la UES y disparó: “Tenemos que sacar al traidor de Bruera de la ciudad”. Luego se refirió a los medios hegemónicos y dijo que no había que seguir su agenda porque “los oligarcas nunca nos van a votar porque somos peronistas”.

El cierre quedó para la candidata a concejal por el Frente Social, Florencia Saintout. “La lucha de esos jóvenes forma parte de las luchas que enfrentaban a las derechas” dijo la decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS) de la UNLP y añadió que “las clases dominantes intentaron que no tengamos historia, pero el país que se empezó a reparar desde 2003 enlazó cada una de esas historias”.

“En Argentina siguen existiendo la izquierda y la derecha: la derecha hizo todos los golpes, mandó a los verdugos, y habla mal del kirchnerismo en la embajada de Estados Unidos”, expresó Saintout y planteó que “a la izquierda del kirchnmerismo no existe absolutamente nada, por eso debemos seguir dando esa pelea”. Los bombos volvieron a sonar sin ritmo, afuera seguía diluviando.