viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº -1962

Información General | 2 oct 2013

Este viernes

El libro que recomendó el Indio Solari en Mendoza será presentado en La Plata

Este viernes a las 18, en el Museo de Arte de la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, ubicado en calle 9 N°984, se presentará el libro “Masacre en el pabellón séptimo”, de la abogada y escritora Claudia Cesaroni


El libro, que relata los hechos acontecidos el 14 de marzo de 1978 en la Unidad 2 de Devoto, donde murieron más de 65 personas, cobró renombre luego del recital del Indio Solari en Mendoza, donde el músico recomendó su lectura en pleno show.

“Para quienes tengan el hábito de la lectura, ha sacado un libro una escritora que se llama Claudia Cesaroni, estaría bueno leer sobre la masacre del ‘78 en el pabellón séptimo de Devoto. Aquellos que tengan el hábito de leer, cómprenlo, léanlo y se enterarán de las verdaderas razones de la masacre que hubo allí”, dijo el Indio Solari ante los 120 mil seguidores.

Claudia Cesaroni estará presente este viernes, acompañada por Hugo Cardozo, sobreviviente de la masacre, el director del programa de Justicia y Seguridad democrática de la CPM, Rodrigo Pomares, y Esteban Rodríguez, abogado y Magister en Ciencias Sociales.

Acerca del libro

El 14 de marzo de 1978 murieron quemadas, asfixiadas y/o con balazos en la cabeza más de 65 personas en el Pabellón 7 de la Unidad 2 de Devoto. Lo que se llamó “motín de los colchones”. Las torturas y asesinatos cometidos a los presos comunes durante la dictadura, incluyendo la masacre del 14 de marzo de 1978, quedaron impunes. Los únicos imputados de esa masacre fueron los propios presos sobrevivientes, como suele pasar en la mayoría de los mal llamados “motines”. Daniel Barberis, que estaba preso en Devoto ese 14 de marzo, pero en otro pabellón, escribió también sobre aquel día, en un libro que se llamó “Los derechos humanos en el otro país”. Ambos relataron hechos que, en sustancia, son los mismos que sufrieron durante la dictadura miles de presos políticos y desaparecidos en cárceles y centros clandestinos de detención, y por los que se están realizando los juicios de lesa humanidad. La única diferencia, lo único que distingue a aquellos más de 65 muertos asfixiados, quemados y baleados, es que eran presos “comunes”. Estaban en ese pabellón por cometer pequeños delitos. Algunos pensamos que sí fue un delito de lesa humanidad, y que es necesario reabrir esa causa, buscar a los responsables, juzgarlos y condenarlos, y recordar a las víctimas. Creemos que hay que hacerlo para que se pueda revisar un aspecto del terrorismo de Estado que se ejecutó sobre toda una población.

Por CPM

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