viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº -1941

Información General | 7 ago 2013

Continúa la matanza narco en México

Cambió el gobierno pero la violencia no cesa

La frontera entre México y Estados Unidos es uno de los lugares más conflictivos de América. El contrabando de armas, los migrantes ilegales y el comercio de la droga son los ingredientes que atentan contra la seguridad de la región


El Señor de los Cielos, Los Caballeros Templarios, La Mano con Ojos, La Familia Michoacana, Los Zetas, El Cartel del Golfo y Jalisco Nueva Generación o Matazetas, como se hacen llamar, son algunos de los carteles de la droga responsables del crimen organizado de cientos de personas semanales en todo México. Sin mencionar a Joaquín “El Chapo” Guzman, el hombre más buscado del país centroamericano, ex líder del Cartel del Golfo y responsable de varios homicidios.

Hace pocas horas fue abatido por fuerzas de seguridad Pablo Jaime Castrejón, alias “La Marrana”, presunto jefe del Cartel La Familia. La noticia, en vez de traer alivio a la población, genera pánico por temor a nuevas represalias del grupo contra la policía o la población civil, como ocurre habitualmente cuando es capturado alguno de los jefes.

La detención, en días pasados, de Miguel Ángel Treviño denominado “Z40” arrojó un poco de luz sobre cómo operan estos sicarios: captan jóvenes de entre 13 y 15 años para que puedan cruzar sin problemas la frontera con Estados Unidos. “Les hacen presenciar ejecuciones, mutilaciones, secuestros y decapitaciones para que aprendan a asesinar a temprana edad”, declaró uno de los jóvenes que perteneció al temible grupo. El sueldo ronda entre los 5 y los 10 mil dólares y tienen la posibilidad de acceder a autos y casas de lujo.

El fin de semana pasado 30 personas murieron acribilladas por numerosos enfrentamientos entre miembros del Cartel del Golfo y Los Zetas por ocupar nuevos territorios. Las víctimas fatales de los choques armados, que se recrudecieron luego de la captura de Treviño, no se pudieron contabilizar exactamente dado que cada uno de los grupos armados recuperó los cuerpos de sus sicarios muertos.

El “Gran País del Norte” tampoco ignora la situación que ocurre en su frontera con México. Los responsables del crimen organizado trafican armas desde Estados Unidos y envían la droga como contrapartida.

Los datos estadísticos de la nación centroamericana de más de 112 millones de habitantes son alarmantes: indican que en el país es asesinada una persona cada 48 minutos y los diarios, incluso, llevan en su tapa un contador de homicidios mensuales.

A partir de finales de 2010, se produjo un reacomodamiento de los grupos del crimen organizado como consecuencia del cambio de gobierno en algunos distritos. La contrapartida fue un aumento de la violencia por el control de nuevos territorios. En ese contexto de inestabilidad, el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón sumó efectivos a las fuerzas armadas y las sacó a patrullar las ciudades.

Los Zetas son uno de los grupos más sanguinarios que actúan a través de La Compañía, una organización formada por ex desertores del ejército y ex líderes del Cartel del Golfo.

Según información de la agencia antinarcótica norteamericana(DEA), creada en 1973, el brazo operativo compuesto por ex militares traficó droga en casi todo el territorio mexicano entre 2008 y 2009.

Los distritos más problemáticos del país gobernado por Enrique Peña Nieto son los del norte que limitan con los Estados Unidos y los del sur, donde ingresan los migrantes ilegales que intentan llegar a Norteamérica vía México. Estos estados como Chiapas, Tabasco, Chihuahua y Nuevo León, entre otros, son donde operan con mayor facilidad los carteles tomando como rehenes a los extranjeros y convirtiéndolos en mano de obra para sus negocios espurios.

El surgimiento de Jalisco Nueva Generación, por el contrario, se hizo popular por un mensaje dejado en Internet, en el llamado “Blog del Narco”, donde ellos mismos afirman que su aparición tiene como finalidad denunciar los crímenes de los Zetas contra familiares y amigos. También revelan la convivencia entre las policías municipales y estatales con el cartel que intentan combatir; de ahí, el apodo de “Matazetas”.

La frontera entre México y el Gran País del Norte se extiende por 3152 kilómetros y es una gran vía permeable que hace poco eficaces todas las políticas destinadas a controlar el contrabando y el crimen organizado. No pudo el ex presidente Felipe Calderón, quien gobernó entre 2006 y 2012, y hasta el momento tampoco Peña Nieto lo ha logrado, en seis meses de gestión.

Por Juan José Pfeifauf

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