El delincuente asesinado “ingresó con una herida de arma de fuego en el cráneo, con orificio de entrada y salida, muy mal. Se lo asistió en el hospital, le hicieron una tomografía que demostraba que atravesaba toda la línea media del cerebro. Después del estudio hizo un paro cardíaco, estaba muy inestable y falleció”, informó el médico Héctor Canales del Hospital San Martín.

La identidad del detenido (que luego de subir a un patrullero ahora permanece en una morgue a la espera de que la justicia avance en el caso) no fue informada, como tampoco fueron dados a conocer los nombres de los agentes implicados en el episodio.

LOS HECHOS

Por la mañana, una mujer salía a la vereda de su casa en calle 2 entre 66 y 67 para sacar su automóvil particular, cuando un joven de unos 25 años la redujo a punta de pistola.

Comenzaron, entonces, escenas de gritos y violencia que fueron denunciadas inmediatamente a la policía por vecinos de la cuadra. Mientras, el ladrón y la mujer con su hijo permanecían en la casa, donde el intruso buscaba objetos de valor. En declaraciones a RED 92 el marido de la la mujer explicó: “Pedía plata, oro y una pistola porque decía que yo era policía”.

Con la llegada de la bonaerense al lugar, el ladrón comenzó una larga huida
por la que se montó un fuerte operativo en la zona. Los efectivos lograron detener a los pocos minutos al joven, lo subieron al patrullero frente a la mirada de varios testigos, y lo entregaron el el Hospital San Martín al borde de la muerte y con un balazo en la cabeza.

El parte médico no deja lugar a dudas, en cambio, el tratamiento de los medios locales más importantes y la información que brindó la bonaerense está llena de interrogantes.

LAS REPERCUSIONES

A la una de la tarde, el diario El Día dio cuenta de la información que, según dicho medio, surge de fuentes oficiales de la bonaerense. “Fuentes policiales informaron que fue secuestrado el patrullero que trasladó al masculino (utilizando una palabra de la jerga policial poco frecuente en medios de prensa) y un arma de calibre 9 milímetros”.

Cualquier lector desprevenido creería que la pistola incautada pertenece a los efectivos que trasladaron al delincuente muerto, pero no. Dice El Día: “Un arma de calibre 9 milímetros que había sido denunciada como robada la semana pasada, cuando le fue sustraída a una agente de la Policía en un Registro del Automotor de nuestra ciudad”. Absurdo, una maniobra de encubrimiento – a todas luces – bien difundida por el medio más leído en la Ciudad y uno de los más importantes de la Provincia.

El Diario Hoy, de fluidos nexos con la bonaerense y que desarrolla una línea editorial donde se difunden partes policiales calcados, tituló “Cuando la violencia genera más violencia”.

La “pieza literaria” que “dispara” sobre el muerto tiene pasajes desopilantes, como: “La marginalidad extrema, sumado al flagelo del narcotráfico, es un combo explosivo. Lleva a que los delincuentes, que no tienen absolutamente nada que perder, sean capaces de todo como puede ser asesinar a quemarropa a un kiosquero, por unos pocos pesos, como ocurrió hace unos días en Luján”. Nada que ver con los hechos, pero no importa, hay espacio también para el reclamo gremial: “Sabido es que, para poder llegar a fin de mes, mucho policías deben hacer numerosas horas extras, lo que le quita el tiempo necesario para poder tener el debido descanso y, además, para poder capacitarse y entrenarse”, agregó el medio.

En resumen, La Plata tuvo esta jornada dos hechos delictivos de alto impacto: toma de rehenes, amenazas, robo y fuga, que fueron profusa y detalladamente informados por la Policía Bonaerense. Y un crimen, del que se sabe poco, se informa menos, y se opina mucho.