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Información General | 22 jul 2014

Salud

Alerta por neumonía: la importancia de reforzar la prevención

La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria brinda algunos consejos prácticos para evitar esta enfermedad. Datos sobre las causas, consecuencias y prevención para los más afectados


La neumonía es la principal causa de muerte de origen infeccioso en países occidentales, con una tasa de mortalidad que no ha disminuido significativamente en los últimos 40 años.

¿Qué es la Neumonía?

La neumonía es un tipo de infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Éstos están formados por pequeños sacos, llamados alvéolos, que (en las personas sanas) se llenan de aire al respirar. Los alvéolos de los enfermos de neumonía están llenos de pus y líquido, lo que hace dolorosa la respiración y limita la absorción de oxígeno. Esta enfermedad puede ser causada por virus, bacterias, hongos o parásitos.

¿Cómo se contagia?

La neumonía puede propagarse por diversas vías. Los virus y bacterias presentes comúnmente en la nariz o garganta, pueden infectar los pulmones al aspirarse. También pueden propagarse por vía aérea, en las microgotas producidas con la tos o estornudos (vía inhalatoria).

¿Quiénes están más expuestos?

Los más expuestos a esta enfermedad son los niños pequeños, los adultos mayores de 65 años, los fumadores y aquellos pacientes con enfermedades crónicas (respiratorias, cardíacas, hepáticas, renales y con alteraciones o extirpación del bazo). Además, los diabéticos e inmunicomprometidos por otras causas también son proclives a sufrir esta enfermedad.

¿Cuáles son los principales síntomas?

Dificultad para respirar, escalofríos, fiebre y sudoración, dolor en el tórax, frecuentemente la “puntada de costado” y la tos (con flema o seca).

¿Todos los pacientes deben internarse?

Las personas que presentan los síntomas deben consultar con su médico a la brevedad posible. Éste, después de la examinación, solicitará una radiografía de tórax para confirmar el diagnóstico.

Pacientes leves: La mayoría de los pacientes con formas leves de la enfermedad, jóvenes y sin enfermedades asociadas pueden ser tratados en forma ambulatoria con antibióticos por vía oral, ocasionalmente intramuscular, reposo, antitérmicos e hidratación adecuada.

Pacientes graves: Los pacientes con cuadros graves suelen requerir internación, causada por alteraciones tales como deterioro de la conciencia, deshidratación severa, hipotensión arterial, dificultad para respirar o falta de aire. Los mayores de 65 años o personas con enfermedades concomitantes son quienes más frecuentemente ingresan a los centros asistenciales para recibir tratamiento de mayor complejidad. Los cuadros más severos pueden requerir internación en unidades de cuidados críticos y ventilación mecánica con aumento importante de la mortalidad.

Recomendaciones para prevenir la neumonía

Los profesionales recomiendan lavarse las manos frecuentemente; desechar adecuadamente los pañuelos descartables; cubrirse la boca o la nariz cuando se estornuda; evitar fumar demasiado; ventilar la vivienda y evitar el hacinamiento. Además, respecto de los niños se recomienda continuar con la lactancia materna, al menos hasta que el bebé cumpla 6 meses, y tener al día la libreta de Salud y llevar todas las vacunas al día.

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