Michelle Alvarez vivía en Neuquén y cursaba su 4to año de Odontología en la Universidad Nacional de La Plata. Cuando llegaba al aeropuerto Jorge Newbery para volver su provincia, un taxi la embistió y la arrastró unos 30 metros provocando su muerte inmediata. El chofer se dio a la fuga y después de 10 días la policía lo detuvo.

La detención se produjo gracias al dueño del taller mecánico donde el taxista llevó su auto para borrar las huellas del accidenta. Sergio, el propietario de un taller ubicado en Alvarez entre Talcahuano y Primera Junta de la localidad bonaerense de Villa Madero, partido de La Matanza, realizó la denuncia y la personal policial secuestró el taxi y detuvo al chofer.

El chapista dijo, además, que cuando la semana pasada recibió el vehículo, un Volkswagen Surán, “tenía el parabrisas partido, el capot abollado con una forma de un cuerpo, el paragolpes, el frente” y que “a los cinco minutos” `Tito` le confesó que había atropellado a una persona y que ya había ido a la Policía.

Sergio aseguró que entendió que “no había pasado nada”, es decir, que no había resultado herido nadie gravemente, y por ello accedió a repararle el vehículo.

El mecánico aseguró que cuando el caso de Michelle tomó conocimiento público el último miércoles, confrontó a su cliente, éste le confesó que había atropellado a la joven y le reconoció que cuando la impactó “venía cortando clavos”.

“Temblaba, lloraba”, dijo el chapista en referencia al estado en el que se encontraba `Tito` cuando le confesó lo ocurrido, y agregó que intentó convencerlo de que fuera ante las autoridades: “En vez de contarme todo esto a mí, tenés que presentarte en la comisaría, decí que estás arrepentido”, le propuso.

Luego, y como el taxista no accedió y se fue del taller con la orden de que continuara la reparación del vehículo, Sergio sacó la Surán del local y la dejó “en el medio de la calle”.

Finalmente, el dueño del taller dijo a los medios presentes en la puerta del negocio que ayer resolvió denunciar a `Tito` y se presentó en la comisaría 51ra. para relatar lo que sabía, y que luego del mediodía volvió a presentarse el taxista en el local.

“Quería que le arme el auto, le digo `llevate todo esto de acá` y no se iba; fui arriba, lo llamé al subcomisario (de la seccional 51ra. porteña) y le digo `venite que está el hombre acá`”, relató el dueño del taller, por lo que alrededor de las 2 de la tarde se presentaron las autoridades y lo detuvieron.

El vehículo fue secuestrado, aunque el chapista reconoció que ya “tenía el capot nuevo puesto y el frente” y que el capot original, que podría ser una prueba fundamental para la investigación, lo tiró “afuera y se lo llevó el basurero” antes de que supiera lo que en realidad había ocurrido con el auto, dijo.