jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº -1968

Información General | 30 ene 2015

El origen de las serpientes

"Hallazgo paleontológico", por Sebastián Apesteguía

Científicos del CONICET (Fundación Azara, Universidad Maimónides, (Argentina), de la Universidad de Alberta (Canadá), la Universidad del Medio Oeste (EE UU), y el Museo de Australia del Sur se unieron para describir los fósiles de serpientes más antiguos conocidos hasta la fecha. Hallaron que, contra lo que se suponia (que las primeras serpientes eran lagartos sin patas, con una cabeza como la de cualquier lagarto), las primeras poseían cabezas de serpiente en cuerpos poco especializados.


Hasta ahora se pensaba que las serpientes se habían originado de un grupo de lagartos hace entre 100 y 120 millones de años, pero el hallazgo de cuatro nuevas especies fósiles procedentes de Reino Unido, Portugal y EE UU demuestra que estos reptiles son aún más viejos. El trabajo describe los fósiles de serpiente más antiguos conocidos hasta la fecha, que datan de hace entre 167 a 143 millones de años, es decir casi 70 millones de años antes de lo que se creía.

Los nuevos fósiles, no solo retrotraen el primer registro de serpientes sino que desafían las teorías anteriores que sugerían que la cabeza de las serpientes se había desarrollado tardíamente en su evolución, mucho después que su cuerpo alargado.

Los nuevos restos nos dicen que las primeras serpientes tenían una cabeza bastante similar a las de serpientes que viven hoy. Pero aún desconocemos muchos aspectos del origen de las serpientes. Es necesario conocer más acerca de la anatomía de las primeras serpientes para determinar a qué lagartos se parecen más y finalmente resolver no sólo cuánto hace que se originaron, sino también a qué grupo de lagartos corresponden.

Uno de los mayores problemas que tenemos con estos animales es que, en pocas palabras, no sabemos qué son. Es decir, sabemos que son lagartos, pero dudamos y discutimos acerca de si son parientes de los varanos o monitores, de los lacértidos y téidos, de los ánguidos o de las anfisbenas.

Esto ha generado una división mayor entre los especialistas – los marinistas y los terrestristas –, según si defienden que las serpientes se originaron en el medio acuático o en el medio terrestre.

En años recientes, fósiles hallados en la Argentina han convertido a este país en protagonista de estas investigaciones. Aunque no la más antigua, el hallazgo de Najash rionegrina en rocas del Cretácico de Río Negro, en la Patagonia, demostró que pequeñas y muy primitivas serpientes con patas vivían a la sombra de los dinosaurios en América del Sur, en un ambiente terrestre, dando sustento a los terrestristas.

En este nuevo trabajo nos hemos unido científicos de la Universidad de Alberta (Canadá), la Universidad del Medio Oeste (EE UU), el Museo de Australia del Sur y del CONICET (Fundación Azara, Universidad Maimónides, (Argentina) para describir los fósiles de serpientes más antiguos conocidos hasta la fecha.

En el estudio que publicamos en Nature Communications, describimos los resultados del análisis de fósiles guardados en los cajones de las colecciones de los museos. Bajo la sospecha de que las serpientes eran más antiguas de lo establecido, liderados por el canadiense Michael Caldwell, nos dedicamos a revisar fósiles del Jurásico considerados hasta ahora “como lagartos poco comunes”.

Cuatro nuevas especies de serpientes

Los análisis permitieron describir cuatro nuevas especies de serpientes (Portugalophis, Eophis, Parviraptor y Diablophis) procedentes de Inglaterra, Portugal y EE UU, cuyos fósiles datan de hace entre 167 a 143 millones de años (Jurásico Medio a Cretácico Inferior).

Suponíamos que las primeras serpientes eran básicamente lagartos sin patas, con una cabeza como la de cualquier lagarto. Sin embargo, el estudio actual sugiere lo opuesto: las primeras poseían cabezas de serpiente en cuerpos poco especializados.

Hoy existen miles de especies de serpientes, más que muchos grupos de lagartos ¿por qué? ¿Qué las hizo tan exitosas? La pérdida de patas no, ya que eso ocurrió también en los lagartos escincidos, anguidos, cordilidos, gerrosauridos, gimnoftalmidos, geckonidos y pigopodidos. Nuestra investigacion sugiere que, a diferencia de los otros grupos, la cabeza de las serpientes evolucionó antes que la pérdida de sus miembros y esa fue la clave de su éxito evolutivo.

En cuanto a la discusión entre marinistas y terrestristas, la importancia del hallazgo procede no solo de los huesos sino de las rocas. Portugalophis procede de bosques pantanosos, Eophis y Parviraptor de lagunas costeras y Diablophis de ambientes de tierra adentro. Esto significa que para el Jurásico Superior las serpientes ya se habían originado y diversificado hace tiempo, donde cada grupo se había especializado en ambientes diferentes.

¿Cómo seguimos?

Las serpientes nos han generado pavor y admiración desde tiempos inmemoriales y han sido y son objetos de culto en muchas regiones del mundo, incluso en la Biblia. Sin embargo, uno de los mayores problemas es que no sabemos si son parientes de los varanos o monitores, de los lacértidos y téidos, de los ánguidos o las anfisbenas, o cómo fueron los hitos en su evolución.

Necesitamos conocer más acerca de la anatomía de las primeras serpientes para poder determinar a qué lagartos se parecen más y finalmente resolver no sólo cuanto hace que se originaron. Por ello, este verano seguiremos buscando en rocas del Cretácico de Río Negro evidencias de una de las serpientes más primitivas que conocemos: Najash rionegrina.

publicado en Científicos Industria Argentina

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias