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Información General | 22 nov 2020

El doble que en 2019

Advierten que hay 7 millones de hectáreas en riesgo de incendio en Buenos Aires, La Pampa y Río Negro

Al déficit de lluvias se suma un pronóstico de temperaturas elevadas y la acumulación de material vegetal.



Según expertos del INTA, en el sudoeste de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro hay más de 7 millones de hectáreas en alerta, el doble del estimado el año pasado. En un contexto de déficit hídrico, altas temperaturas y acumulación de material vegetal, el peligro se acrecienta. Desde el organismo subrayan la importancia de prevenir los focos y brindan recomendaciones, alertas tempranas, índices y prácticas de manejo.

Cada año, de noviembre a marzo, se registra la temporada de incendios, pero, en esta oportunidad, el clima profundiza el riesgo. Se registra un marcado déficit hídrico que se suma a un pronóstico de temperaturas por encima de lo normal y una acumulación de material vegetal por las lluvias ocurridas entre agosto y septiembre. 

Frente a este panorama, desde el INTA se estimó el área de riesgo para la región centro del país y los informes demuestran que las hectáreas en alerta se duplicaron.

El especialista en gestión ambiental y recursos naturales del INTA Anguil, Pablo Vázquez,  aseguró: “En La Pampa pasamos de tener 2 millones de hectáreas con riesgo entre moderado y severo a 4,6 millones”.

De acuerdo con Vázquez, esto se debe a que las lluvias invernales demostraron que los pastizales, si bien están afectados por la sequía, respondieron muy bien a la lluvia, sobre todo en las zonas de difícil acceso para el ganado, como son las zonas muy arbustizadas o muy alejadas de las fuentes de agua. A esto debemos agregarle que hay cerca de 3 millones de hectáreas que no se han incendiado en más de 10 años.

El equipo que lidera Alejandro Pezzola, especialista en sistemas de información geográfica del INTA Hilario Ascasubi, advirtió: “Para el sur de Buenos Aires se estima que hay 1,4 millones de hectáreas en riesgo”. A su vez, en Río Negro se estiman otras 1,1 millones de hectáreas que dan una totalidad de más de 7 millones de hectáreas en alerta, el doble del estimado el año pasado.

El año pasado no hubo grandes incendios, por lo que quedo mucha materia seca chica en suelo”, explicó Pezzola. Además, señaló que “las lluvias ocurridas entre julio y fines de septiembre favorecieron el brote de los pastizales y pasturas de alto desarrollo que ocupan un total de 1,1 millones de hectáreas en el sudoeste bonaerense”.

Ambos especialistas coinciden en que “los riesgos de incendios son mayores a las del año pasado” e insisten en la necesidad de tener en cuenta las recomendaciones para productores para prevención.  Además, la presencia de numerosos focos de incendios en 11 provincias del país, dificultaría mucho la disponibilidad de recursos humanos y equipos para combatirlos.

Por su parte, Daniela Echevarría, investigadora en el área de Teledetección y Silvopastoril del INTA Valle Inferior, indicó que “en el Este de Río Negro se observa en su mayoría situaciones de baja acumulación de combustible fino, causado por la escasez de lluvias oportunas y el consecuente mayor pastoreo relativo de los campos. Sin embargo, existen también sitios donde la acumulación es alarmante y con potencialidad de inicio de focos de incendios”.

Para el equipo de investigación del INTA es “fundamental” llevar adelante un buen manejo del campo para reducir el riesgo de registrar focos de incendios durante la época estival. En este sentido destacaron la importancia de realizar tareas de prevención que consisten en mantener limpias de material combustible las picadas cortafuego, alambrados e instalaciones.

Para prevenir los incendios, se recomienda hacer un adecuado manejo del pastoreo y rotación de cultivos en zonas susceptibles de incendio, como así también realizar quemas preventivas controladas en los momentos adecuados durante el año. Las aguadas tienen que estar lo más limpias posibles y ser de una superficie adecuada a la cantidad de hacienda del productor, ya que constituyen un posible refugio para los animales en caso de peligro.

Es imprescindible mantener alambrados, cortafuegos, picadas e instalaciones libres de vegetación, tarea que puede realizarse con arado o rastra de discos en una franja de ocho metros a cada lado del alambrado en los potreros con vegetación baja y de 20 metros en los campos con monte. Asimismo, coordinar con municipios y vialidad provincial-nacional el mantenimiento de las banquinas de rutas.

También es importante no dejar materiales inflamables expuestos a altas temperaturas como leña, papel, pintura y/o combustibles, como así también mantener los accesos despejados y tanques australianos llenos de agua.

Para el interior del establecimiento, los especialistas del INTA recomiendan mantener los márgenes de alambrados libre de vegetación. Y, cuando se realicen quemas de potreros, avisar con 72 horas de antelación a los cuarteles de bomberos más cercanos para una buena planificación.

En todos los casos, es clave tener muy presente los parámetros de temperatura, humedad y viento para realizar quema controlada, para lo cual es importante consultar los pronósticos climáticos. Entre las recomendaciones, se destaca la necesidad de mantener alambrados, cortafuegos, picadas e instalaciones libres de vegetación.

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