miércoles 24 de abril de 2024 - Edición Nº -1967

Información General | 3 jul 2021

Una señal de la pauperización y la desigualda

Aseguran que "por primera vez en los últimos veinte años, los avances para erradicar el trabajo infantil se estancaron"

América Latina todavía mantiene una tendencia a la baja.


  Junto a referentes del gobierno, empleadores y trabajadores, la oficina de país de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina inauguró el ciclo de seminarios virtuales “Determinantes del trabajo infantil y políticas públicas en Argentina”, organizado en el marco del Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil y dedicado a abordar esa problemática como fenómeno multicausal. En su sitio oficial la OIT remarcó que "los casos de trabajo infantil se elevan a 160 millones", lo que representa un alza o incremento que se registra "por primera vez desde hace dos decenios". Además, la mencionada organización y UNICEF señalaron que "nueve millones de niños más se encuentran en situación de riesgo debido a la pandemia de COVID-19".     Otro dato impactante que señala el informe de la OIT es que a nivel global "el número de niños de 5 a 17 años que realizan trabajos peligrosos, es decir todo trabajo que es susceptible de dañar su salud, seguridad o moral, ha aumentado en 6,5 millones desde 2016, hasta alcanzar 79 millones".    

El trabajo infantil (según la OIT)

"No todas las tareas realizadas por los niños deben clasificarse como trabajo infantil que se ha de eliminar. Por lo general, la participación de los niños o los adolescentes en trabajos que no atentan contra su salud y su desarrollo personal ni interfieren con su escolarización se considera positiva. Entre otras actividades, cabe citar la ayuda que prestan a sus padres en el hogar, la colaboración en un negocio familiar o las tareas que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ganar dinero de bolsillo. Este tipo de actividades son provechosas para el desarrollo de los pequeños y el bienestar de la familia; les proporcionan calificaciones y experiencia, y les ayuda a prepararse para ser miembros productivos de la sociedad en la edad adulta", afirmaron desde el organismo. En ese marco, el término “trabajo infantil” suele definirse como "todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico". Así pues, hace referencia al trabajo que:
  • es peligroso y prejudicial para el bienestar físico, mental o moral del niño;
  • interfiere con su escolarización puesto que:
  • les priva de la posibilidad de asistir a clases;
  • les obliga a abandonar la escuela de forma prematura, o
  • les exige combinar el estudio con un trabajo pesado y que insume mucho tiempo.
Además, la OIT aclaró: "En las formas más extremas de trabajo infantil, los niños son sometidos a situaciones de esclavitud, separados de su familia, expuestos a graves peligros y enfermedades y/o abandonados a su suerte en la calle de grandes ciudades (con frecuencia a una edad muy temprana). Cuándo calificar o no de “trabajo infantil” a una actividad específica dependerá de la edad del niño o la niña, el tipo de trabajo en cuestión y la cantidad de horas que le dedica, las condiciones en que lo realiza, y los objetivos que persigue cada país. La respuesta varía de un país a otro y entre uno y otro sector".    

Hacia un objetivo, o una quimera: eliminar el trabajo infantil "antes del año 2025"

“Hoy iniciamos un ciclo para visibilizar el problema del trabajo infantil y, sobre todo, para reafirmar nuestros compromisos y esfuerzos que nos permitan acelerar los progresos y cumplir la meta 8.7 de Agenda 2030 de las Naciones Unidas. Es decir, eliminar el trabajo infantil en todas sus formas antes del año 2025”, dijo la directora de la OIT Argentina, Yukiko Arai, durante la apertura del primer encuentro, enfocado en la temática “Tolerancia social y naturalización del trabajo infantil”. “Por primera vez en los últimos veinte años, los avances para erradicar el trabajo infantil se estancaron, la tendencia mundial se revirtió y actualmente registramos un aumento en el trabajo infantil”, advirtió Arai al señalar que “en todo el mundo, más de 160 millones de niñas, niños y adolescentes trabajan". "Esto significa que 1 de cada 10 niños y niñas del mundo trabaja, algo que mayormente ocurre en la agricultura”, señaló.  

América Latina todavía "sigue a la baja"

Pese a los datos mencionados, Yukiko Arai destacó que en América Latina todavía se mantiene una tendencia a la baja.
Incluso, remarcó que el número de afectados por el trabajo infantil pasó de 10,5 millones a 8,2 millones.
“En Argentina, lejos de bajar los brazos, contamos con los notables esfuerzos del gobierno junto a los representantes sindicales y empresarios, para consolidar los avances para prevenir y erradicar este problema y evitar mayores retrocesos”, afirmó Arai.
Gracias a 20 relatos anónimos (todos de carácter federal), en el seminario fue posible reflexionar sobre el tema central del evento: la manera en que se naturaliza e invisibiliza el trabajo de los niños, las niñas y adolescentes.
Al mismo tiempo, indagaron en las causas y consecuencias del trabajo infantil:
- las necesidades económicas que impulsan el trabajo familiar
- la falta de seguridad social
- el impacto en las niñas y los niños y en su vida adulta
- la transición temprana del estudio al trabajo
- las competencias básicas limitadas
- la participación en trabajos peligrosos
- y el cumplimiento de las obligaciones laborales que impiden ejercer el derecho a ser educados.

No sólo se trata de "poner el cuerpo"

“Es fundamental el acompañamiento del Estado con políticas segmentadas para la vida rural”, dijo el referente del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) Somos Tierra y miembro del colectivo de Derechos Campesinos de la Vía Campesina en la ONU, Diego Montón.
Y agregó: “Se requiere de un acompañamiento sistemático para la producción y el acceso al mercado local, de manera que la familia tenga un ingreso adecuado para evitar el trabajo infantil”. Por su parte, la especialista en Infancias e Instituciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), Mercedes Minnicelli, expresó: “Estamos asociando el trabajo infantil a las tareas donde los chicos ponen el cuerpo, pero hay otras ocasiones que también son trabajo infantil" y citó como ejemplo "ser un youtuber".
"Los chicos tienen que estar en la escuela. Hoy tenemos que volver a pensar qué queremos para nuestras niñas y niños”, afirmó.
Por su parte, la secretaria de derechos humanos de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA-T) en la provincia de Río Negro, Viviana Rancaño, indicó que “el Estado tiene que invertir en educación para que la niñez y la adolescencia esté en la escuela”. El jefe de operativos de fiscalización del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE), Pablo Teti, aseguró que "hay una relación directa entre pobreza y trabajo infantil, que está vinculada a la falta de seguridad social”.
También advirtió que “estas situaciones interfieren en la educación de las niñas y los niños”.

La "naturalización" del trabajo infantil

Al finalizar la actividad, la coordinadora de Políticas de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Sonia Sago, remarcó que “de todos los condicionantes respecto del trabajo infantil, quizás el más complejo de abordar sea el cultural, que tiene que ver con la tolerancia y la naturalización del trabajo infantil”. La jefa del Departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA), Laura Giménez, señaló:  “La naturalización y la tolerancia son factores difíciles de combatir, pero debemos hacerlo con datos e información para advertir los graves efectos que tienen en la salud y en la educación, además de las consecuencias que tienen para la competitividad de las empresas, aunque ese no sea el mayor riesgo”.
En la organización de este seminario participaron representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE); de la Unión Industrial Argentina (UIA); de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA); de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE); entre otros.El ciclo de seminarios se extenderá a lo largo del segundo semestre de 2021 con el abordaje de las siguientes temáticas: las políticas de protección social en la prevención y erradicación del trabajo infantil de manera integral (agosto); el trabajo adolescente protegido y trabajo infantil peligroso (octubre); las características regionales y locales de la oferta educativa (diciembre).
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