La normativa argumenta que la Municipalidad de “dar el ejemplo” respecto al uso de la pirotecnia, evitando la contaminación acústica. “Son permanentes y continuos los reclamos de ciudadanos que claman por sus derechos sobre la salud y calidad de vida, así como los de integrantes de agrupaciones y asociaciones proteccionistas de animales debido a los daños que ocasionan los estruendos provocados por la pirotecnia en mascotas, animales callejeros y fauna urbana”, expresó Luzardo.

La propuesta busca desalentar el uso de pirotecnia con efectos sonoros, y si bien no prohíbe el uso de aquella permitida por el RENAR, intenta concientizar sobre los daños que producen los estruendos de los fuegos artificiales.

La ordenanza promueve una campaña municipal de difusión sobre los perjuicios que ocasiona la pirotecnia sonora. “Es un primer paso para que en corto tiempo se reglamente qué tipo de pirotecnia será autorizada para la venta en nuestra ciudad. Será un tema de concientización y educación, cambiar las costumbres y tradiciones, otras maneras de festejar que no provoquen daños”, explicó Luzardo.

Según el edil, en otras localidades hay antecedentes de normativas que permiten sólo los fuegos artificiales sin estruendos y otras que directamente establecen la prohibición total de uso y venta de pirotecnia.

“Los estruendos tienen efectos nocivos en bebes y personas enfermas o más sensibles que son víctimas de ruidos ensordecedores”, aseguró Luzardo y agregó: “La situación de lesiones auditivas y efectos serían mayores aún en las mascotas, como los perros que tienen mayor sensibilidad. Los síntomas en los animales son diversos y de diferente intensidad y gravedad, los estruendos producen taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo y hasta la muerte”.

“En la descripción de los efectos que produce la pirotecnia sonora, encontramos una larga lista de consecuencias nocivas, y ninguna positiva que justifique su uso para divertimento”, concluyó el concejal.