Johana Ramallo fue vista por última vez el 26 de julio pasado en 1 y 63. Meses antes de su desaparición, la joven de 23 años había sido captada por una red de proxenetas. Por esta situación es que desde un principio se reclamó que el caso se investigado como una desaparición posiblemente vinculada al delito de trata y no como “averiguación de paradero”, tal como caratuló la causa la justicia bonaerense, antes de pasar a los tribunales federales.

Marta Ramallo, madre de Johana, denunció recientemente que una menor de 17 años que es testigo clave en la causa de su hija volvió a la zona roja y no tiene ningún tipo de resguardo por parte de la justicia. “Hay que cuidarla por ella, por su familia y por la causa de mi hija. Si mañana la encontramos tirada en una causa qué juez se va a hacer cargo. Es una chica que necesita ayuda”, reclamó.

“Todos los días son difíciles como mamá. Me cuesta levantarme y seguir en la lucha. Necesito que me devuelvan a mi hija viva como se la llevaron”, suplicó Marta.

El viernes pasado armaron un arbolito también frente a los Juzgados Federales con el lema “Una Navidad Sin Johana”.

“Los proxenetas siguen estando en la zona, las chicas también y están en riesgo. Siguen regenteando a nuestras pibas como si nada. Tengo una bronca enorme. Pido protección para las pibas que están en esa situación porque no quiero una menos. La Justicia y el Estado las abandona”, denunció la madre de la chica platense desaparecida.