---

A principios de enero, el estallido viral en Europa comenzó a arrojar nuevos testimonios de las víctimas. Pese a que se registran miles de jóvenes contagiados, y muchos otros que murieron pese a no padecer una enfermedad preexistente, persiste una fuerte ola de contagios entre la población menor edad.

Los medios de comunicación del viejo continente dan cuenta de esta tragedia silenciosa que se esconde tras reiterados reportes sobre fiestas clandestinas y operativos policiales para evitarlas.

"El último caso que demuestra que nadie está a salvo del coronavirus ha tenido lugar en Tenerife, donde una joven de 21 años ha muerto a causa de la infección sin tener patologías previas registradas. La víctima se contagió a causa de un brote familiar según ha informado la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias", informó la semana pasada el Diario As.

El mismo medio cita otro caso demasiado soslayado entre las noticias sobre la pandemia: "Hace tan solo una semana, el Ejecutivo de Baleares notificaba la muerte de otra joven de 25 años también sin patologías previas. "Nadie está exento ante las complicaciones del coronavirus, hay gente joven que ingresa en las UCI y sale con secuelas físicas y con dificultades para recuperarse”, informó la consejera de Salud del gobierno balear, Patricia Gómez.

Uno de los casos más absurdos ocurrió en (no podía ser de otra manera por estos días) EE.UU. . Un joven de 30 años murió en el Hospital Metodista en San Antonio, Texas,  después de participar alegremente de una "COVID Party", una fiesta en la que los asistentes tienen como objetivo infectarse con el virus para desarrollar anticuerpos. Los medios españoles, al momento de difundir la noticia destacaron que muchos de ellos confesaron que fueron "porque el coronavirus no existe".

Es más: la cadena Fox News citó el testimonio de una enfermera que trabaja en ese centro de salud. La mujer contó que el joven muerto confesó antes de dejar de respirar: "Pensaba que era un bulo, pero no lo es".

El sábado en Uruguay falleció un joven de 23 años, también por covid, que se encontraba internado desde el 20 de diciembre. El sobrepeso ayudó al virus, una comorbilidad muy frecuente y que la mayoría de la gente considera como un problema menor. Tenía sólo 23 años, y es hasta ahora la persona más joven que perdió su vida por esa enfermedad en Uruguay.

En otros países de Latinoamérica, quizás, el caso más impactante sea el de una nadadora de 14 años a la que el virus fulminó: la deportista Mariana Franklin Ferreira, de nacionalidad brasileña, murió hace 20 días por una recaída de la enfermedad. 

La adolescente había superado el Covid 19 hacía un mes, pero repentinamente volvió a presentar síntomas, hasta que tuvo que ser internada en el Hospital Regional Presidente Prudente. 

Los días 9 y 10 de diciembre había competido en el Torneo Nacional de Integración celebrado en el Parque Acuático del Complexo Rebouças, en Santos. Nadó velozmente en las pruebas de 50, 100 y 200 metros estilo libre junto al resto de su equipo. Probablemente haya muerto convencida de que "el coronavirus es cosa de viejos".