jueves 25 de abril de 2024 - Edición Nº -1968

Información General | 20 jul 2021

Ascender al cielo trepando ''el árb

La experiencia del platense que estudió el "Cosmos Mocoví" y su cielo habitado por seres poderosos

Dialogamos con Sixto Giménez Benítez, director del Museo de Astronomía y Geofísica de la UNLP.


 
Por Federico García @federicogarciaps_lp  para @infoblancosobre
"Para el pueblo mocoví, el cielo es una región donde siempre han habitado seres poderosos. La gran mayoría son mujeres, es una región fría donde el brillo de las estrellas está relacionado con el poder. En cierta época algunos mocovíes, los chamanes, podían subir al cielo a través de un objeto que se llama “El árbol del mundo”, que conecta el cielo a la tierra y lo que nosotros llamamos inframundo", comentó el licenciado en Astronomía Sixto Giménez Benítez en diálogo con Info Blanco Sobre Negro. Para los mocovíes, el cosmos tiene tres planos: el cielo, donde están los poderosos; la tierra, donde están los mocovíes; y la parte de abajo de la tierra, donde ellos creían que iba el sol cuando no estaba arriba. Son tres planos de la existencia.   El investigador y docente Sixto Giménez Benítez, que además es el director del Museo de Astronomía y Geofísica de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad Nacional de La Plata, realizó una investigación sobre la astronomía del pueblo Mocoví en el sudoeste del Chaco, en las cercanías de Charata. Entre los lugares a los que fueron están “Las Tolderías” y “Juan Larrea”. "Hace más de veinte años que trabajo en el Observatorio de La Plata y tengo dos amigos con quienes siempre íbamos a comer al Museo de La Plata, y un día charlando uno me comentó que estaba haciendo un trabajo sobre meteoritos y le interesaba la zona de Campo del Cielo en Chaco, y otro de mis amigos que había comenzado a leer unos textos que encontró sobre astronomía guaraní", rememoró el investigador. "Decidimos hacer algo relacionado con los meteoritos y el conocimiento que pudiesen tener todavía pobladores de la zona, y una de las cosas que nos dijeron en el Museo de La Plata es que existía la posibilidad de que un poblador de la zona de la etnia Mocoví tuviese algunos mitos que relacione a los meteoritos con alguna cuestión del cielo, y nos aconsejaron que vayamos para Chaco, a donde fuimos a comienzos del año 1999", agregó Gimenez Benítez, que actualmente se encuentra trabajando con la astronomía inca. "Cuando empezamos a charlar con los mocovíes nos dimos cuenta que había un conocimiento mucho más grande del que nosotros pensábamos. Durante más de diez años estuve trabajando con los mocovíes para investigar sobre su conocimiento del cielo junto al investigador Alejandro López, que sigue trabajando en el tema",  señaló el licenciado en Astronomía.     Info Blanco Sobre Negro: ¿Cómo es el conocimiento astronómico de los mocovíes? Giménez Benítez: Tienen muchos mitos. Realizan algo a lo que nosotros no estábamos muy acostumbrados, que es armar figuras en el cielo pero considerando las zonas brillantes y oscuras de la galaxia, no solamente viendo estrellas como es el caso de nuestras constelaciones. Muchos de sus mitos relacionan personajes con los objetos que se ven en el cielo. Por ejemplo, hay uno que habla de un ser muy poderoso que tomaba muchas formas y una de ellas era un ñandú. A veces, aparecía de esa forma, otras como una serpiente; y el mito decía que se estaba “comiendo” a la población mocoví. Entonces, un Pi’oxonaq (chamán) poderoso decidió cazar al ñandú, junto a otros mocovíes lo persiguieron por casi toda la Tierra hasta que el ñandú, en la desesperación por escapar, subió al cielo y allí se quedó. Nosotros para diferenciar las figuras en el cielo que no son constelaciones occidentales las llamamos asterismos. Uno de los asterismos importantes del cielo mocoví es el ñandú, que tiene dos representaciones: la que ocupa gran parte de la Vía Láctea y otra es La Cruz del Sur.     ¿Los mocovíes relacionan lo que pasa en el cielo con lo que sucede en la tierra? Giménez Benítez: Una de las relaciones es la que encuentran con los meteoritos. Al venir del cielo, para los mocovíes son objetos poderosos y cuando alguien lo encuentra tiene una doble suerte ya que no cualquiera encuentra un meteorito sino aquel que está destinado a encontrarlo, a quien algún ser poderoso del cielo se lo manda. Esto es un punto muy importante porque elimina el tráfico, el meteorito no se vende porque sólo le sirve al que está destinado a usarlo. Además, para los mocovíes el meteorito es un objeto que genera “suerte”. Es una conexión del cielo, que es poderoso, con su objeto y da suerte.     Info Blanco Sobre Negro: ¿Hay especialistas astrónomos dentro de la etnia mocoví? Giménez Benítez: No hacen una observación del cielo astronómica en el sentido de investigar el cielo por el conocimiento mismo. El cielo, para ellos, está relacionado con lo que ocurre en la tierra. El comienzo del año mocoví para los abuelos (las personas de mayor edad) estaba relacionado con dos sucesos astronómicos, uno es la reaparición, un rato antes del amanecer, de las pléyades, que lo relacionaban con el solsticio de junio, cuando el sol toma la posición más al norte que puede alcanzar y después empieza a volver hacia el sur. Ellos llamaban a ese fenómeno la vuelta del sol. Las vueltas del sol, sumado a la reaparición de las pléyades, era el comienzo del año mocoví, que está relacionado con el nuevo ciclo del florecimiento del monte.     Info Blanco Sobre Negro: ¿Qué te quedó después de tu investigación? Giménez Benítez: Siempre hubo distintas formas de ver y entender el mundo, pero ninguna está sobre la otra. A uno le puede gustar más o menos una cierta visión, pero cada grupo ha tenido su forma de explicar el mundo donde vive, y creo que es una de las características que se ve cuando empieza a estudiar las astronomías y las formas de ver el mundo que tienen distintas culturas. Todos, durante todas las épocas, construyeron modelos de lo que es su universo, y creo que hay que tener la capacidad de entender esos modelos distintos. Por más que se nos diga que el mundo es de una forma, cuando uno le pregunta a un físico o a un astrónomo le va a decir que construimos modelos, que se pueden parecer a lo que observamos en la realidad pero no dejan de ser un modelo.
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