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“Cada vez que decía algo me mandaba corazones, besitos o algunas palabras. Era muy cariñoso. Con él te reías, teníamos tanta empatía”, recordó Hebe de Bonafini en diálogo con la radio de Madres AM 530.

“Él tuvo un gran amor de la gente pero eso también lo asfixió, él también quería ser como nosotros, ir al kiosco o comer en una parrilla tranquilo”, aseguró.

“El último sueño fue cuando lo vi en la cancha de Gimnasia de comer un asado juntos. No me puedo sacar la angustia por la soledad y un montón de cosas muy injustas. Me siento mal, como impotente”, comentó Hebe.

“De lo que más se acordaba siempre era de la mamá y el papá. Siempre fue el niño de la villa, del barrio de Fiorito. Nunca abandonó su origen”, destacó la titular de Madres.

“Era un tipo muy claro para pensar, enfrentaba a la FIFA, decía lo que había que decir. No sólo era inteligente para jugar al fútbol, también era muy rápido para pensar y no importaba a quién tenía adelante”, subrayó.

"A Maradona la gente lo ama no porque fue buen jugador sino también buena persona. Nunca se la creyó, nunca se olvidó de dónde venía", dijo y expresó: “Maradona tenía cosas de niño, tenía un corazón de niño. Él quería las cosas simples de la vida".

"Maradona era ternura, te demostraba todo con la mirada. Y últimamente esa mirada estaba triste", concluyó.