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Información General | 5 jun 2018

Un emblema del Zoo de La Plata

La elefanta Pelusa no aguantó y murió antes de poder ser trasladada al santuario de Brasil

El estado de salud de la elefanta Pelusa llegó a un punto crítico, sus órganos dejaron de funcionar y manifestaba dolores. Ante esta situación, los integrantes del equipo veterinario del Jardín Zoológico y los especialistas del Santuario de Elefantes de Brasil junto a la Fundación Franz Weber, decidieron sacrificarla con un fuerte sedante para que deje sufrir. En los últimos días se habían resuelto los últimos trámites burocráticos para que la elefanta pudiera ser trasladada a un santuario en Mato Grosso.


Según informaron desde la comuna, la elefanta presentaba una desmejoría en su estado de salud y por momentos también expresaba señales de deterioro físico y anímico. De acuerdo a los resultados de los análisis, los especialistas concluyeron que el cuadro era irreversible.

“Los chequeos de laboratorio fueron progresivamente brindando valores negativos. En el día de hoy (lunes), a las seis horas orinó por última vez, comenzó a mostrar signos subjetivos de incomodidad que hasta el momento no se habían visto, por lo que se decidió sedarla. En horas de la tarde, a pesar de la sedación, continuó con signos de malestar”, detalló el parte oficial.

“Luego de 60 horas de control y considerando que el cuadro era irreversible, y al no tener soluciones alternativas tanto para curar o al menos paliar el cuadro de sufrimiento presente, es que se pidió autorización para realizar el mencionado procedimiento al ejemplar”, agregaron.

Las autoridades del zoo señalaron que la situación de salud de la elefanta pelusa “imponía como único tratamiento posible la finalización de su vida para evitar el innecesario sufrimiento”.

Para llevar a cabo estas actuaciones se convocó al fiscal del Ministerio Público de la provincia de Buenos Aires, Marcelo Romero; el titular del Juzgado de Garantías 4 de La Plata, Juan Pablo Masi; a la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Guido Lorenzino, a la Defensora Ciudadana de La Plata, Florencia Barcia, y al decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de La Plata, Marcelo Pecoraro, que siguieron de cerca la situación de Pelusa y acompañaron la solicitud planteada.

Además detallaron que durante todo el proceso se la mantuvo hidratada y aislada térmicamente dentro de una carpa, con mantas y calefacción de exteriores. “Sus cuidadores y el personal veterinario que la han asistido todos estos años la acompañaron en todo momento a sobrellevar este difícil momento de la mejor manera posible”, se informó.

Pelusa sufría una enfermedad crónica

La elefanta Pelusa padecía desde 2014 una enfermedad (pododermatitis crónica) en sus patas traseras. Esto es común en elefantes que se encuentran en cautiverio, y se origina por la imposibilidad de poder caminar grandes distancias, como debería hacerlo un animal de su especie en condiciones de libertad.

A raíz de esta afección, Pelusa hacía dos años que no se recostaba a dormir, ya que esta enfermedad le genera la imposibilidad de poder levantarse por sus propios medios. Es por ello que el animal descansaba de pié, lo cual le generó un gran cansancio a lo largo del tiempo.

En 2017, por primera vez en su vida se le realizó un estudio de alta complejidad para diagnosticar más profundamente su estado de salud.

A su vez, con el objetivo de poder brindarle una mejor calidad de vida, en los últimos dos años se colocó un piso de goma y calefacción en su recinto. También se amplió al doble el tamaño del ambiente exterior para poder promover su movilidad y se estableció una estricta dieta, lo que le generó un aumento en su peso de 250 kilos.

El traslado que no pudo ser

Dentro del proyecto de creación del Bio-Parque que impulsa el gobierno municipal, se habían realizado todas las gestiones para poder trasladar a Pelusa a un santuario de elefantes en Brasil para que pudiera entrar en contacto por primera vez en sus 50 años de vida con animales de su misma especie.

Para trasladar a la elefanta por vía terrestre se necesitaron una gran cantidad de permisos de distintos organismos tanto argentinos como brasileros. Los que más se demoraron fueron el de la Aduana local para la importación de la caja que habitaría Pelusa durante el viaje y otro que debía emitir el Ministerio de Ambiente de Brasil. En los últimos días, estas trabas habían sido resueltas.

Para que pudiese soportar el largo viaje, a Pelusa había sido sometida a una dieta especial y sus cuidadores realizaban prácticas motivacionales para fomentar su movimiento y mejorar así su masa muscular.

Sin embargo, el pasado sábado, Pelusa tuvo una recaída y no pudo mantenerse de pie. A partir de allí, se montó un operativo en el cual los profesionales monitorearon su evolución, a través de estudios y observaciones.

Desde el domingo, los resultados comenzaron a mostrar un desmejoramiento en algunos valores sanguíneos, situación coincidente con una notoria disminución de su estado de ánimo. En las últimas horas, se acentuaron los signos de deterioro en su organismo, lo cual le generó dolores y malestares notorios, que llevaron a los profesionales a tomar el único camino posible para evitar que el animal siga sufriendo.

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