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Información General | 28 ago 2020

Entrevista a Patricia Pintos

Ley de Humedales YA, el grito ambientalista del 2020: una experta de la UNLP explica su importancia

Los incendios en el delta del Paraná reflotaron el debate sobre la ley de humedales que viene de perder estado parlamentario en dos oportunidades luego de obtener media sanción. El desastre ambiental en las islas volvió a poner el tema en agenda pública.


Por: @martinmazzoleni

Info BLANCO SOBRE NEGRO entrevistó a Patricia Pintos, investigadora del Centro de Investigaciones Geográficas (CIG) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE – UNLP). La geógrafa platense es una de las máximas referentes de los movimientos ambientalistas en la problemática del mal uso de los humedales.

“Venimos de dos pérdidas de estado parlamentario. En 2013 y en 2016 hubo dos proyectos que tuvieron media sanción en el Senado pero nunca fueron tratados en Diputados. Esto no fue casualidad, fue producto de la incidencia de sectores corporativos del agronegocio y el sector inmobiliario”, aseguró la especialista.

“Ahora hay once proyectos en ambas cámaras y una gran movilización como respuesta al incendio masivo de pastizales en el Delta que fue un detonante para que la política recogiera el guante”, consideró y detalló: “Todavía no se está discutiendo la letra fina pero todos comparten un mismo espíritu de conciliar una definición de humedales, crear un inventario nacional y luego avanzar con un ordenamiento territorial de estos ambientes”.

Los humedales son ecosistemas que están ocupados en forma permanente o semipermanente con agua. La característica principal es su inundabilidad. Alcanzan casi un cuarto del territorio del país y suelen conocerse con distintas identificaciones particulares como manglares, marismas, albuferas, esteros, bajos ribereños y deltas.

Cumplen un rol fundamental para absorber los excedentes de agua y también actúan como reservas durante sequías. Además, alimentan los acuíferos subterráneos, tienen la capacidad de fijar carbono, son corredores de biodiversidad, generan micro climas y permiten el desarrollo de actividades económicas en la medida en que se hagan en armonía.

La comisión de Recursos Naturales y Conservaciones del Ambiente Humano de la Cámara de Diputados comenzó a avanzar en el análisis de los proyectos. Este miércoles, Pintos fue una de las especialistas invitadas para exponer de manera virtual.



“La ley busca establecer condiciones de afectación de estos ecosistemas haciendo evaluaciones correspondientes para que su sustentabilidad no se vea vulnerada por las actividades que allí se desarrollan. Hoy no hay ningún tipo de regulación. Secan un humedal o lo rellenan y está todo bien. El humedal deja de cumplir la función que tenía y se transforma en un ecosistema terrestre. La idea es que eso no suceda más”, remarcó Pintos.

Y continuó: “Se busca regular las actividades productivas para que sean compatibles con cada ecosistema y en cada región en función a sus particularidades porque no es lo mismo el delta que los salares de altura del noroeste argentino o las turberas de Ushuaia. En este proceso de ordenamiento territorial habrá que definir con qué nivel de intensidad se pueden desarrollar actividades productivas en cada uno de ellos”.

Sobre las posibilidades de que esta vez la ley se finalmente sancionada, la geógrafa consideró: “En las ocasiones anteriores tenía la sensación de qué iba salir pero ahora creo que el problema se tornó aún más acuciante. Los incendios en el delta que ya afectaron a 100 mil hectáreas de pastizales están dando la pauta de que necesitamos reglas y que es inminente contar con una ley que regule todo este tipo de actividades”.

Además, señaló que los proyectos “prevén penalizaciones para los infractores” y que además permitiría mejoraría la posibilidad de iniciar demandas judiciales. “Actualmente hay que apelar a leyes que no son específicas”, advirtió.

Esta semana brigadistas del Plan Nacional de Manejo del Fuego se sumaron al combate de los incendios en las islas del delta. Según datos recogidos por ambientalistas y suministrados por la NASA, el último reporte indica que en la semana 34 (del 17 al 23 de agosto) se detectaron 6.237 focos de incendios, contra 3.808 de la semana anterior. Días atrás, fueron detenidas cinco personas.



“La quema de pastizales es una práctica tradicional en las islas, se la llama el rozado, y busca favorecer el rebrote de pastos tiernos, en este caso esperando el pastoreo de primavera. Antes eran eventos aislados pero ahora pasaron a ser mayores y las quemas se fusionan entre si generando incendios de grandes dimensiones”, explicó Patricia Pintos.

Y señaló: “En el delta siempre hubo ganadería pero con el desplazamiento de la frontera de la soja la actividad fue empujada desde el continente hacia las islas. Actualmente se dice que habría unas 2 millones de cabezas de ganado bovinos. En el delta pasó de ser una práctica estacional y extensiva, con baja carga animal, y en los últimos años pasó a ser permanente y de tipo intensiva”.

“Este no es el único factor que está incidiendo, aunque es el principal, también hay una presión del mercado inmobiliario por avanzar con desarrollos urbanísticos y también con emprendimientos turísticos. En la medida que no exista regulación que establezcan cuánto se pueden transformar este tipo de ambientes encuentran terreno fértil para desarrollarse”, remarcó la investigadora.

“El hecho de ser propietario de un suelo no quiere decir que se puede hacer cualquier cosa. Hay una concepción patrimonialista extrema que nos ha llevado a esta situación. Es importante pensar que los humedales no son recursos naturales sino bienes comunes de la sociedad. Si lo rellenas deja de cumplir su función de regular las inundaciones, las sequías, generar microclimas, capturar dióxido de carbono y tener una biota con características determinadas”, aseguró.

Sobre las consecuencias de semejante incendio, Pintos explicó: “El rozado es una quema superficial pero este incendio produjo una afectación profunda de las condiciones biológicas y los especialistas advierten que a la naturaleza le llevará muchos años revertirla.  Ni hablar de su efecto sobre la fauna”.

Con respecto al accionar del gobierno, Pintos aseguró que “no reaccionó tan rápidamente” pero consideró que luego “dio algunas señales favorables” al denunciar a los responsables de las quemas.

“El gobierno nacional reflotó un plan integral para el Delta junto a las provincias. Mostró algunas señales de querer tomar el problema y manejarlo desde otro lugar que el de mero comentarista u observador externo. Veo una voluntad para recuperar el tiempo perdido. Creo que la política reaccionó y eso era una deuda porque si se hubiera sancionado la ley quizás este desastre no estaría ocurriendo”, destacó.

Pintos también se refirió a los incendios en Córdoba y remarcó: “Ambientalistas advierten que hay una relación directa entre los incendios y la aparición posterior de proyectos inmobiliarios. Un activista de la zona de Punilla decía que siempre que hubo un incendio en un lugar luego apareció un barrio cerrado. Esto ha pasado históricamente en regiones turísticas como la Patagonia. Esto llevó al gobierno nacional a decretar que donde había incendios no podía haber cambio de uso porque era muy evidente la relación. La ley de humedales puede recoger alguna idea de este tipo”.

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