viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº -1962

Información General | 8 dic 2014

Por Pablo Heller y Gustavo Montenegro

México, a dos meses de la masacre (una visión internacionalista y de izquierda)

Peña Nieto acaba de anunciar una reforma para, según sus palabras, atacar el narcotráfico y sus ramificaciones institucionales, pero que no implica ninguna acción para el esclarecimiento de la desaparición forzada de los 43 estudiantes, ni de la aparición de centenares de cadáveres NN que fueron hallados en la búsqueda.


El anuncio más importante reemplaza las 1800 policías municipales por 32 cuerpos estatales y la amenaza de disolución de ayuntamientos cuyas autoridades estén ligadas al narcotráfico, o sea su intervención federal.

Las fuerzas federales están atravesadas por el narcotráfico. La promesa de desplegar 10 mil hombres de las fuerzas federales en la llamada Tierra Caliente (triángulo que involucra regiones de Michoacán, Guerrero y el Estado de México), repite el libreto de la fracasada militarización del ex presidente Calderón, que dejó 70 mil muertos y transformó al país en una gigantesca fosa clandestina.

Estados Unidos

El desarrollo vertiginoso del narcotráfico está en directa conexión con la injerencia norteamericana. “La ciénaga de impunidad de México se debe en gran parte a las políticas estadounidenses en materia de control de armas y lucha contra el narcotráfico (…) EE UU ha decidido criminalizar la economía que satisface su apetito por consumir drogas” (El País, 28-11). Esta tendencia se ha potenciado en las últimas décadas a partir de la implementación de los tratados de libre comercio.

PRD

En medio de este escenario, es el centroizquierda, no el gobierno, el que sufre un proceso de desintegración mayor. Cuautemoc Cárdenas, fundador del PRD, ha renunciado al partido denunciando los acuerdos con el PAN (derecha) en numerosos distritos, así como el apoyo a las reformas privatistas del Pacto por México. El PRD ni siquiera tuvo reflejos para separarse a tiempo de los responsables de su partido de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa. La renuncia de Cárdenas, como en su momento de López Obrador (salpicado también por los vínculos de su movimiento con el ex alcalde de Iguala) expresa el fracaso definitivo de la progresía mexicana.

Autoorganización

El despliegue de los militares no ha cambiado nada: “desde lo sucedido con los normalistas y el consecuente despliegue de efectivos militares, las desapariciones no hicieron más que crecer” (Tiempo Argentino, 28/11). En octubre se reportaron 199 personas “no localizadas” (eufemismo que usa el gobierno para referirse a las desapariciones), un promedio de 5,6 casos por día.

En estas condiciones, los campesinos del municipio de San Miguel Totolapan (Guerrero) han decidido formar grupos de autodefensa. En el municipio de Ayutla de los Libres, “integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Ciudadana (CRAC-PC), la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado (Upoeg) y ciudadanos en general conformaron un Consejo para tomar los asuntos del municipio en sus manos (La Jornada, ídem). En Acapulco, cuya sede municipal ha sido ocupada por manifestantes, también se ha conformado un Consejo Popular.

El otro elemento es la proliferación de los grupos de familiares que salen a buscar a sus desaparecidos. Los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa han convocado a las organizaciones solidarias a acompañarlos en una búsqueda independiente.

Peña Nieto

La burguesía mexicana y Obama sostienen al presidente Peña Nieto como una roca. Es el responsable del plan de entrega del petróleo, un objetivo reclamado por el capital internacional durante décadas. Ni el PAN y menos el PRD constituyen alternativas políticas. El estado mexicano está quebrado, pero esto ha reforzado aún más la defensa del gobierno actual por parte del ‘establishment’ internacional. Se diseña un progresivo doble poder en el país: de un lado el gobierno oficial, del otro las organizaciones de base que crecen como hongos.

La firmeza de esta tendencia depende por entero del ingreso en la lucha de la clase obrera. El giro de la crisis mundial, con el hundimiento del precio internacional del petróleo, afectará en especial a México y a los planes de privatización. La tarea más importante en México es hoy la elaboración de un programa, que señale las fuerzas motrices de la revolución en el cuadro de la quiebra del Estado y del entrelazamiento del estado quebrado con los cárteles de la droga y el capital internacional.

(Gentileza: Partido Obrero)

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