

Diego Adolfo Reddy (44), el hombre que era buscado como principal acusado de asesinar a tiros a su esposa de 46 años y a su hijo de 12 en una estancia que estaban cuidando en Chascomús, fue encontrado muerto dentro del mismo campo entre unos pastizales. Descartada su autoría, ahora los investigadores creen que los tres asesinatos fueron obra de su hijo de 20 años, que quedó detenido.
El sospechoso se llama Francisco Waldemar, es oficial de la Policía bonaerense e hijo de una anterior relación de pareja de Reddy . Deberá declarar ante el fiscal también por los crímenes de la pareja de su padre, María Eugenia Suárez (46) y de su hermanastro, Ignacio Reddy (12).
El fiscal Jonatan Robert, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 descentralizada de Chascomús, esperaba el resultado de la autopsia al cuerpo del padre del joven para poder formalizar una ampliación de la indagatoria e imputarle también ese homicidio agravado.
Y señaló: "Uno de los puntos que le generó dudas a los investigadores es que el joven cuando declaró como testigo se contradijo en la suma de dinero que supuestamente se había llevado su padre luego de cometer los asesinatos, ya que un principio mencionó la cifra de 9 millones de pesos y luego la redujo a 4".
El domingo habían peritado una camioneta Chevrolet S10 blanca, de doble cabina, que pertenecía a Francisco y en cuyo interior hallaron una carabina del mismo calibre que fue utilizada para asesinar a Suárez y a su hijo. Los investigadores buscaba establecer si el arma secuestrada fue utilizada para cometer los crímenes.
Por otra parte, una cámara cercana al campo denominado “Los Pinos”, situado sobre el kilómetro 129 de la Autovía 2, en Chascomús, captó el momento en el que se ve ingresar a Francisco a la estancia, y luego su retirada el pasado viernes 29.
El fiscal Robert calculó que en el período de casi dos horas que estuvo el sospechoso en el campo se produjo el triple crimen. “Hay dos empleados que estaban trabajando esa tarde en el establecimiento rural, que en el horario aproximado a las 18.30 les parece haber escuchado un estruendo similar a un disparo de arma de fuego”, mencionó.
Por otro lado, el representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) contó que un familiar del acusado declaró como testigo que “le había prestado una carabina al imputado el día del hecho en horas del mediodía”, ya que la necesitaba “para ir a cazar”, lo que “eventualmente puede dar cuenta de una premeditación”.
Con las pruebas recolectadas, el fiscal ordenó ayer a la tarde la detención del joven por los crímenes de Suárez y de su hijo de 12 años, avalada por el juez de Garantías interviniente.
Según el informe que recibió el fiscal, a la mujer la fusilaron mientras cocinaba un pollo el viernes pasado.
El niño, por su parte, recibió “un solo disparo en el abdomen y diversos golpes con un elemento duro en la zona del cráneo y la cara que le produjo varias fracturas”.
El homicida lo atacó cuando se encontraba en otro ambiente de la estancia, a unos 40 metros del casco. Fue auxiliado y trasladado al hospital “San Vicente de Paul”, pero falleció tras ser intervenido quirúrgicamente.
Finalmente, el cuerpo de Diego Adolfo fue encontrado con al menos una herida de arma de fuego, en unos pastizales que hay en el mismo campo, a unos 250 metros de la casa donde se encontraron los cadáveres de su pareja y de su otro hijo.