

Mamá Antula, cuyo nombre original era Antonia de Paz y Figueroa, fue una laica consagrada nacida en 1730 en Villa Silípica, hoy provincia de Santiago del Estero. Con su canonización se convirtió en la primera santa argentina gracias a su vida de virtud y al milagro que se le atribuyó. Su ejemplo de caridad y apostolado inspiró a muchos fieles católicos. “Esta mujer vale oro”, repitió en reiteradas oportunidades el Papa Francisco.
Su reciente beatificación convirtió a Navarro en un imán para peregrinos y devotos. Descubrir la belleza de este destino turístico bonaerense sumergidos en la espiritualidad y la historia es una experiencia intransferible.
Una escultura de madera homenajea a la santa a quien se le atribuye la curación de una monja afectada por una inflamación de vesícula biliar y de un hombre santafesino que había sufrido un accidente cerebrovascular.
Las visitas ofrecen una inmersión en la fe y en la amistad. Con el cálido recibimiento de la población, las y los turistas construyen lazos desde la espiritualidad y la hospitalidad.
Las Marianas y Navarro, en la provincia de Buenos Aires, brindan vivencias y tranquilidad, horizontes llenos de colores, manjares caseros y vínculos que invitan a volver a esta comunidad que enamora.