

El Papa argentino se sumó así a la fiebre mundialista, en la previa del encuentro de la selección albiceleste, mientras saludaba a los feligreses que se acercaron como todos los miércoles a la Plaza San Pedro, en el Vaticano.
Aunque no es la primera vez que el pontífice manifiesta su afinidad por el fútbol, la demostración llegó pocas horas antes del partido que enfrentó a Argentina con Nigeria.
Los hinchas están seguros: es una nueva “mano de Dios” que ayudó al seleccionado argentino durante el Mundial.