

El próximo viernes 25 de octubre será inaugurado en la diagonal 78 entre 5 y 6 de La Plata un bar cultural LGBTIQ+. Su nombre es "Marimacha Club Social".
Según contaron quienes lo llevan adelante, fue "un sueño colectivo y colectiva" y es también "la construcción y la salida". "Es la mezcla de maricas, mach0nas, trans, marip0sones, lesbian0tas, put0s, tr0lxs, mostris. Somos todo eso con lo que nos señalaron, nos excluyeron, nos marginaron; lo somos y estamos orgulloses de llevarlo y reivindicarlo", afirmaron.
"Es la recuperación de nuestras identidades, para hacerlas bandera, para habitarlas con alegría y construir desde ellas el goce de lo que es auténtico y también mutante", agregaron.
"Estamos llegando amigues, no nos entra el cora en el cuerpo en estos días. No hay mucho tiempo de pensar tampoco porque no paramos de pintar y agujerear", concluyeron.
El 2 de julio de 1992 se realizó la primera marcha del orgullo gay-lésbico-trans, en la Argentina. Alrededor de 300 personas fueron parte de la movilización. Quienes estuvieron ahí cuentan que muchos de los y las participantes llevaban máscaras de cartón para evitar ser reconocidos.
"Libertad, Igualdad, Diversidad" fue la consigna de esa primera Marcha que se desplegó desde Plaza de Mayo hasta Congreso. Desde entonces, se realiza ininterrumpidamente y se convirtió en el acto público más importante la comunidad lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero, intersex y queer, que apunta a visibilizar los reclamos, las conquistas y el orgullo por la elección de cada orientación sexual, identidad y expresión de género.
¿Qué fue la revuelta de Stonewall, el hecho que encendió la llama del orgullo?
Fue un hito fundador en cuanto a manifestaciones públicas y masivas de la diversidad sexual. El 28 de junio de 1969, en un bar de Nueva York llamado "Stonewall Inn", concurrido por hispanos, afros, homosexuales, lesbianas, trans, drag queens, la policía llevó a cabo una de las tantas razzias que acostumbraba realizar, amparados en las leyes americanas que prohibían desde las expresiones consideradas homosexuales hasta vestir con prendas del sexo opuesto.
A cambio de coimas, la policía neoyorquina avisaba a los dueños de los bares en qué momento intervendrían. Esa noche, sin previo aviso y vestidos sin uniforme, la policía comenzó a perseguir a todas aquellas personas que no tenían cédula de identificación. La indignación y bronca acumulada ante estos abusos de poder fue tal que gays, lesbianas y trans se negaron a ser detenidos.
Una multitud, que se enteró que “Stonewall Inn” estaba siendo intervenido, se agolpó en las inmediaciones del bar. Ante las golpizas y detenciones arbitrarias por parte de la policía, comenzaron los insultos, los piedrazos, las corridas al grito de “gay power”.
Más de 2000 personas se enfrentaron, durante dos días, cuerpo a cuerpo, contra más de 400 agentes de policía. La trifulca fue tapa de diarios y uno de los ritos iniciático de visibilidad para los movimientos de la diversidad sexual.