

La Iglesia Católica de La Plata conmemoró este sábado los 20 años de la beatificación de Sor María Ludovica con una caminata misionera que partió del Hospital de Niños, fundado por la religiosa, hasta la Catedral.
De la actividad participaron cientos de fieles de las distintas comunidades parroquiales, sacedotes, movimientos, autoridades y personal del hospital, junto con las hermanas de la congregación "Hijas de la Misericordia", que llevan adelante diversas tareas en el nosocomio.
Una vez en la Catedral, se celebró la Misa de acción de gracias, que fue presidida por el administrador apostólico, Monseñor Alberto Bochatey, y concelebrada por los obispos auxiliares, Monseñor Jorge González y Monseñor Federico Wechsung.
"Hoy es un día de fiesta y estamos celebrando nada más y nada menos que el misterio de la santidad personal. Nuestra beata Ludovica
que va camino a la santidad es una de nosotros, entre nosotros”, celebró Bochatey.
“Estamos en esta catedral bellísima, donde la columna más bonita es Sor María Ludovica. Allí en un rinconsito, en nuestra Catedral, es el tesoro más grande, junto con la presencia del Señor en el Sagrario. Quien mira y admira la Catedral de La Plata, mira y admira a la beata Ludovica”, agregó.
“Ludovica era una persona cercana a nosotros. Ella llegó a una ciudad y a una Argentina de principios del siglo XX y encontró una tierra de inmigrantes que comenzaban a llenar nuestra patria, una Argentina con muchas capacidades y potencia para el futuro, pero también con mucha pobreza. También se encontró con muchos niños que querían crecer, querían tener la vida de la sabiduría, de la fe, del conocimiento y de la salud; encontró un hospital con muchas necesidades y ese misterio tremendo de la enfermedad de los niños”, recordó Bochatey.
Finalmente, el administrador apostólico, que reemplazó a Gabriel Mestre, pidió que las “ideologías de turno no perturben la espiritualidad del Evangelio, no destruyan el rol de identidad preciso que tienecada uno en la Iglesia".
"Este es un ejemplo de una italianita que no solo construyó un gran hospital, sino que construyó una santidad y que nos da el regalo de compartirla en nuestra ciudad”, concluyó Bochatey.