El mostrador frío es una excelente opción para mantener a mano de los consumidores aquellos alimentos que deben estar refrigerados. Para evitar problemas de seguridad alimentaria, es clave mantener siempre la temperatura adecuada y prevenir la contaminación.

Como en muchas industrias, la alimenticia demanda una atenta gestión de sus procesos, en especial al momento de querer conservar las principales características y valores nutritivos de los productos que se brindan en el mercado. Para conseguirlo, es clave manejar y mantener una temperatura idónea de refrigerado, denominada cadena de frío. Si bien es diferente para cada producto, permite llevar adelante un proceso de conservación que controla y asegura la seguridad y calidad de los mismos, considerando siempre el proceso de elaboración, distribución, almacenamiento y puesta en negocio.

La heladera mostrador es así un componente esencial de los negocios para conservar la temperatura adecuada y la frescura de los productos exhibidos. Muchos de estos, como los listos para consumo, postres, ensaladas y carnes, deben estar refrigerados en su exposición para la venta o el servicio de comidas, dado que cualquier bacteria o cambio térmico puede alterar su composición. Y, si bien el frío no destruye los microorganismos, sí vuelve más lento o frena su desarrollo, mientras el monitoreo permite una correcta evolución térmica.

Como vemos, las heladeras mostrador son un elemento clave en los establecimientos que ofrecen productos refrigerados, sea en el sector de la gastronomía o en la venta minorista. No obstante, como vemos, a veces puede presentar inconvenientes en su funcionar, como cuando no enfría de modo adecuado, lo que puede significar un importante problema para el negocio, dado que los productos no se conservan de modo correcto y pueden deteriorarse, creando pérdidas monetarias y poniendo en compromiso la satisfacción de quien compra.

La temperatura de una heladera de mostrador ideal ronda entre 0° y 5° C. Para alcanzarla, se aconseja que estos equipos refrigerados se ajusten por debajo de estos valores. De ahí la importancia de que la temperatura esté configurada de forma correcta en el termostato de la heladera.

El valor de controlar la temperatura en una exhibidora

La temperatura dentro del equipo de exposición refrigerada tiene que ser controlada, por lo menos una vez por día, para estar seguros de que la temperatura está dentro de los niveles correctos y que su funcionamiento es óptimo al total de producto que contiene.

Este equipamiento abarca dispositivos digitales que evidencian la temperatura, aunque se aconseja comprobar de forma regular con un termómetro de sonda que la temperatura que se fija en pantalla digital es la correcta.

Ventajas del frío en una heladera mostrador

• Mejor distribución del frío: al ser uniforme, estas cámaras aseguran que el aire frío alcance cada sector de la heladera, previniendo la formación de puntos calientes donde los alimentos pueden deteriorarse a velocidad.
• Conservación inmejorable de los alimentos: al sostener una temperatura continua y pareja, el ventilador contribuye a extender la vida útil de los productos que se exhiben, previniendo que se descompongan.
• Eficacia energética: una heladera mostrador con buen funcionamiento ayuda a un enfriamiento más eficiente y ágil, lo que puede impactar en menos consumo energético.

En resumen, el control adecuado de la temperatura en una heladera mostrador es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y la frescura de los productos exhibidos. La correcta gestión de estos equipos no solo preserva las características de los alimentos, sino que también optimiza el consumo energético y extiende la vida útil del equipo. Empresas especializadas como MGZero ofrecen soluciones avanzadas en refrigeración comercial, proporcionando equipos de alta calidad y servicios de mantenimiento que aseguran un rendimiento óptimo en todo momento, contribuyendo al éxito de los negocios que dependen de la cadena de frío.