

¿Por qué el Índice de precios al consumidor (IPC) no refleja los aumentos de mis consumos? Este interrogante se volvió habitual en La Plata y en la Argentina.
Algunos sectores de la población tienen la sensación de que los datos sobre inflación se elaboran en una oficina de estadísticos sin ningún vínculo con la vida real.
Por ese motivo, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) explicó cómo mide el IPC y lanzó una calculadora para que cada persona calcule el de su economía personal.
En primer lugar, el INDEC indicó que si bien se utiliza al IPC como sinónimo de lo que cuesta vivir "las personas pueden variar sus consumos con el paso del tiempo".
Por ejemplo, en un hogar que consume tres kilos de carne vacuna por mes podría variar la proporción de este alimento si lo reemplaza por carne de cerdo, según la evolución de los precios de cada uno.
"El término técnico costo de vida que se incorporó a nuestro lenguaje cotidiano contiene elementos subjetivos que surgen de la forma en la que el consumidor cambia su canasta personal de consumo para satisfacer sus necesidades y mantener un determinado nivel de bienestar", agregó el Instituto.
Entonces, ¿por qué no se calcula el costo de vida? Porque, según el organismo, no hay posibilidades prácticas de conocer en forma inmediata y permanente tres hechos que pueden producirse al mismo tiempo en los hogares argentinos:
1) los cambios en las cantidades consumidas;
2) los cambios de los precios de los bienes consumidos;
3) los cambios en los gustos y posibilidades de los consumidores.
En cambio, el IPC mide únicamente los cambios de los precios de una canasta elaborada a partir de un conjunto de bienes y servicios que no varían en función de decisiones subjetivas.
¿Cómo define el INDEC la canasta del IPC para que estén representados todos los hogares?
A partir de una encuesta que indaga sobre los consumos de miles de hogares seleccionados mediante métodos estadísticos, se sabe cuáles son los artículos más consumidos, cuánto, dónde y con qué frecuencia.
De acuerdo al Instituto, la elección de los productos de la canasta de cada consumidor depende de muchos factores: de sus preferencias y sus gustos, de su entorno geográfico y social, de su nivel de ingresos y de su nivel de vida, así como de los precios de mercado.
Además, destacó que "existen hogares unipersonales, de dos o más integrantes, de diversas edades y con sus particularidades que consumen bienes y servicios diferentes: aquellas familias cuyos miembros salen a trabajar tendrán mayores gastos en transporte y en comidas preparadas fuera del hogar; otras gastarán una parte en alquiler -poco más de un tercio de la población alquila una vivienda- y algunas destinarán gastos a prepagas".
A su vez, los consumos de los hogares tampoco son los mismos a lo largo del año. En julio se gasta más en bienes y servicios para calefaccionar la vivienda, en época de vacaciones en recreación o viajes y en marzo destinamos más dinero a la educación, si se tiene hijos en edad escolar.
Finalmente, el impacto de las variaciones de precios no es igual en cada región. Por ejemplo, si hubiera un aumento en el boleto de subte, se registrará en el índice del transporte de la región en la cual funciona la red de subterráneos, pero no lo afectará en las regiones que no tienen usuarios de ese servicio.
¿Cómo calcular mi propio IPC?
El Instituto puso a disposición una herramienta interactiva que permite explorar cuánto aumentaron los bienes y servicios de un hogar con base en el relevamiento de precios del INDEC.
Con la calculadora del IPC se tendrá una aproximación más certera de las variaciones de precios de una canasta de consumo individual con relación a la del total de los hogares que promedia el IPC nacional.
No obstante, el INDEC aclaró que es necesario tener un índice de referencia como el IPC, "la operación estadística utilizada para orientar expectativas y decisiones de política monetaria", entre otras cuestiones.