

Ayelén Mansilla no es solo una coach de mentalidad: es una mujer que supo reconstruirse desde la adversidad para convertirse en referente del desarrollo personal y financiero en Latinoamérica. Su historia es un testimonio de transformación profunda, desde dormir en un sillón roto sin recursos hasta formar una comunidad educativa con impacto real y crecimiento constante.
“Me hice coach porque entendí en el mundo de las finanzas que la clave no era solo saber operar, sino aprender a confiar en uno mismo”, cuenta Aye, que hoy combina el coaching de mentalidad con el arbitraje financiero, una práctica que cambió su vida para siempre.
El arbitraje, explica, es básicamente comprar barato y vender caro, una lógica presente en el día a día aunque pocos la reconozcan. En su caso, se aplica al mundo cripto: “Comprás con pesos, buscás dónde vender más caro y ganás con esa diferencia. No es magia, es estrategia. Pero también es mentalidad”, remarca.
Aye descubrió esta herramienta cuando atravesaba uno de sus momentos más difíciles: estafada, sin dinero y sin independencia económica. “Me bastaron dos días de llanto para renacer. Empecé a estudiar, a moverme, a conectar con personas que estaban en la misma que yo. El arbitraje fue mi salida, pero también el comienzo de mi propósito".
Con el tiempo comprendió que el mayor obstáculo no era técnico, sino emocional. “La gente se traba por miedo, por creencias, por dudas. Ahí supe que tenía que acompañarlos más allá de los números.” Así nació su enfoque integral, donde enseña a operar pero también a fortalecer la autoconfianza, la tolerancia a la frustración y la toma de decisiones conscientes.
Hoy, su comunidad crece cada día gracias a su autenticidad. “Lo construí sola, conectando con personas reales. Porque yo también pasé por eso”, afirma. Entre sus casos de éxito destaca a Laura, una alumna que comenzó llena de dudas y hoy, gracias a lo aprendido con Aye, logró comprarse su primer terreno con las ganancias del arbitraje.
Para Aye, la autoconfianza es la base invisible de todo éxito financiero. “Podés tener todo el conocimiento, pero si no te la creés, perdés oportunidades. Con confianza, cada caída se convierte en parte del crecimiento".
Con múltiples formaciones y una filosofía clara —“en lo que te enfocás, se expande”—, su misión es ayudar a otros a romper sus propios límites. En sus planes está lanzar un emprendimiento familiar para ayudar a sus padres y, a futuro, llevar sus mentorías a escenarios internacionales.
“Todos tenemos más poder del que creemos. Y si necesitás que alguien te lo recuerde, acá estoy”, concluye Aye, con la misma convicción que la sacó adelante cuando no tenía nada, y que hoy la convierte en una referente en el camino de la transformación personal y financiera.